Los trabajadores de la Empresa Eléctrica de Sancti Spíritus que laboraron en la capital cubana se declaran rivales a muerte de los Industriales pero se mantienen con la manga al codo por tal de devolver la electricidad a los pobladores de Diez de Octubre
A Ernesto lo despertaron en la madrugada, y a pesar de que las llamadas de trabajo son comunes en su casa a toda hora, esa vez fue diferente: “recoge, mañana nos mudamos para La Habana a ayudar”.
Espirituano de nacimiento y linero de formación, Ernesto Quiala es uno de los 60 trabajadores eléctricos de Sancti Spíritus que se apresuran en devolver el servicio a los pobladores del municipio de Diez de Octubre, uno de los más afectados por el paso del tornado que sacudió La Habana el domingo último.
Llegamos con nuestros propios equipos y accesorios, dijo, porque venimos a colaborar, no a ser una carga. También trajimos algo de ropa y sábanas que nos dio tiempo a reunir para entregarlas a los más necesitados, añadió.
De acuerdo con informaciones del Consejo de Defensa Municipal del territorio, el servicio eléctrico debe estar restablecido antes de que concluya la semana, y aunque la tarea es titánica, quien conoce a un cubano sabe lo que este pueblo da… ¡y Ernesto y toda su tropa son grandes cubanos!
¿Has recorrido el área para ver los destrozos? No, me responde. Mis muchachos y yo vinimos a trabajar con todo, no a hacer turismo de desastre.
Dice que antes ayudó en Santiago de Cuba tras el paso del huracán Sandy, y que nada le da más gusto que trabajar en la capital, que es también su capital, aunque en la pelota no quiera saber nada de Industriales ni de leones.
A solo 48 horas del paso del poderoso y destructivo tornado, se habían recogido más de 25 mil metros cúbicos de escombros, ya se bombeaba agua con normalidad en Diez de Octubre y se había recuperado el 40 por ciento del servicio eléctrico de ese territorio, las manos de todos los cubanos convocados a ayudar están detrás de esos logros.
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