Con frutas y vegetales, Pipito, el chimpancé del parque zoológico de Sancti Spíritus, festejó sus 50 años de vida en cautiverio, un hecho extraordinario si se tiene en cuenta que, debido a su naturaleza de animal salvaje, resulta poco común que ejemplares de esta especie sobrepasen las cinco décadas de existencia.
Según su ficha técnica el carismático simio nació el 5 de diciembre de 1969 en el Zoológico Nacional y con tres años de edad fue trasladado a uno de los aposentos de la instalación espirituana, donde actualmente goza de buena salud y estado de ánimo, características que constituyen referentes para evaluar su comportamiento en general.
La doctora en Medicina Veterinaria Taimy Mencía Venegas explica a Escambray que durante los 47 años de estancia en el centro, Pipito ha sido el animal de mayor atractivo para los visitantes, por su comportamiento socializador y alegre que lo convierten en todo un espectáculo.
“Nuestro chimpancé siente atracción por las chicas —refiere Taimy—, sobre todo por las rubias, a las que les hace piruetas, les tira besos y residuos de alimentos, un comportamiento que demuestra su amistad, sin desestimar que se trata de un animal salvaje, con raíces en las junglas, sabanas y bosques del África. No obstante, en ocasiones, Pipito se comporta como un humano, sobre todo con Almanza, su cuidador, del que se deja acariciar con sistematicidad”.
Añade la doctora que aunque su dieta es balanceada, el chimpancé muestra preferencias por las galletas y los plátanos maduros, pero también come viandas, vegetales y frutas.
“En época de invierno —dice— padece de alergia asociadas a su estrato respiratorio, para lo cual le suministran antihistamínicos incorporados en infusiones de plantas medicinales que se toma en un vaso, con sus propias manos”.
El chimpancé es uno de los pocos animales que pueden comunicarse a través de signos entre ellos mismos y los seres humanos, lo cual se complementa con diversos ruidos vocales. Estudios realizados indican que un ejemplar de su especie puede dominar hasta 34 sonidos distintos.
La bibliografía contempla, además, que debido al estrés y a las limitaciones de los espacios cerrados, como los zoológicos y los centros de investigación, un chimpancé en cautiverio tiende a reducir su esperanza de vida a mucho menos de 50 años, que no es el caso de Pipito. Igualmente explica que los de su especie suelen reírse, tirar besos, dar abrazos y palmadas, entre otras expresiones.
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