El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva llamó a su pueblo a resistir ante las adversidades y levantarse de cada derrota para construir el país soñado para todos.
‘Estamos vivos y
fuertes. Juntos, vamos a revertir cada retroceso, cada paso atrás en la dura
caminata hacia el Brasil que soñamos y probamos ser posible construir.
Venceremos’, escribió Lula a brasileños y brasileñas a propósito de cumplirse
este domingo un año de su prisión política en Curitiba por supuestos actos de
corrupción.
En la carta, que aparece publicada en el sitio web del Partido de los
Trabajadores (PT), de la cual es fundador y líder histórico, el exmandatario
denuncia que hace un año está preso ‘por el crimen de dedicar una vida entera a
la construcción de un Brasil más justo, desarrollado y soberano’.
Considera que impidieron su candidatura a la Presidencia para que ‘no subiera
otra vez la rampa del Palacio de Planalto (sede del Poder Ejecutivo), empujado
por los brazos de cada uno de ustedes’.
Lula relata que ‘hace exactamente un año estoy aislado en la celda de una
prisión en Curitiba (sureño estado de Paraná). Jamás presentaron una sola
prueba contra mí. Soy preso político, exiliado dentro de mi propio país.
Separado del pueblo brasileño, de mis familiares y de los amigos más queridos.
Prohibido de dar entrevista, impedido de hablar y de ser oído’.
Admite que la militancia progresista sufrió repetidos reveses desde el golpe
parlamentario-judicial que depuso a la presidenta Dilma Rousseff en 2016, pero
‘nuestras derrotas nos fortalecen para la lucha, mientras que sus victorias (de
los adversarios) no les dan un minuto de paz’.
Ellos están cada vez más ricos, pero la fortuna obtenida a costa del
sufrimiento de millones de brasileños no les trae felicidad. Ellos están cada
vez más rabiosos e infelices, envenenados por el propio odio que destilan,
indica el exsindicalista.
Hace alusión al despliegue de un inmenso e innecesario aparato represivo
montado contra su persona cuando salió de la cárcel al funeral de su nieto
Arthur el 1 de marzo, para impedir que ‘incluso acudiera a aquellas personas
solidarias al dolor de un abuelo’.
A la misma hora comprendí que el miedo no es de Lula. Ellos tienen miedo de los
millones de Lulas. Porque ellos saben de lo que somos capaces cuando nos unimos
para transformar este país, subrayó finalmente el expresidente, quien reitera
en todo momento que solo descansara cuando su inocencia sea reconocida en un juicio
justo.
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