El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció un nuevo complot organizado en Colombia para atentar contra su vida y la de otros dirigentes de la Revolución bolivariana.
En una alocución desde el Palacio de Miraflores (sede del Ejecutivo), señaló al exmandatario colombiano Álvaro Uribe como uno de los involucrados en esos planes desestabilizadores, en complicidad con dirigentes de la extrema derecha venezolana.
La conspiración contaría con la participación del embajador de Colombia en Estados Unidos, Francisco Santos, y el prófugo de la justicia venezolana, Lester Toledo, aseguró el jefe de Estado.
Maduro explicó que Uribe, Santos y Toledo discutieron en la casa del primero un plan para ingresar 32 mercenarios con el objetivo de perpetrar el asesinato de varios miembros del alto mando político del país sudamericano.
Subrayó que la estrategia contra Venezuela no solo apunta contra la vida del mandatario, sino también al desarrollo de actos violentos para desestabilizar a la nación.
El Gobierno venezolano rompió relaciones diplomáticas con Colombia en febrero último a raíz de las reiteradas agresiones contra la soberanía del país, gestadas desde territorio neogranadino con la complicidad de las autoridades de Bogotá, según denuncias.
De acuerdo con las pruebas presentadas por el Ejecutivo bolivariano, los autores materiales del intento de magnicidio perpetrado el 4 de agosto de 2018 contra Nicolás Maduro en la avenida Bolívar, de Caracas, recibieron entrenamiento en territorio colombiano.
Asimismo, el político opositor prófugo de la justicia Julio Borges,
señalado como autor intelectual del atentado con drones cargados con
explosivos, permanece bajo la protección de la administración de Iván
Duque.
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