Andrés Manuel López Obrador, presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, recibió este 17 de octubre a su par cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez en el Patio de Honor de Palacio Nacional ubicado en la Ciudad de México.
El presidente de la República de Cuba, de visita oficial en tierra azteca, llegó este mediodía a la sede del Ejecutivo y también Casa Presidencial acompañado de su esposa Lis Cuesta Peraza.
Primero, la pareja anfitriona cruzó el Patio en busca de los visitantes y juntos saludaron a grupos solidarios que, situados a las puertas del Palacio, daban vivas a la amistad entre Cuba y México y gritos de “¡Cuba sí, yanquis no!”
Todo fue tan sencillo, como el estilo de Gobierno de ambos mandatarios. Bajo una lluvia pertinaz, que sólo ha cesado a ratos, aquellos gritos solidarios le pusieron color a la ceremonia.
Después, todo fue solemne y breve. Un presentador dijo todas las palabras y la banda de uniforme interpretó los dos himnos.
Entonces, las dos parejas subieron a las oficinas del Despacho Presidencial, las dos delegaciones se retiraron y se desató el aguacero, que hasta ese minuto se había contenido para no deslucir la ceremonia.
En este minuto, los dos presidentes sostienen una reunión privada en el Despacho Presidencial, en tanto Beatriz Gutiérrez y Lis Cuesta comparten impresiones en la Oficina de la Primera Dama.
Aquí viven, en un apartamento sencillo, Andrés Manuel López Obrador, su esposa Beatriz Gutiérrez Müller y su hijo adolescente que lleva de nombres Jesús Ernesto, por Cristo y por el Che, como lo han reconocido sus padres.
Después que mandó cerrar la Residencia de Los Pinos y convertirla en museo al que se accede gratuitamente, AMLO se instaló en este vetusto Palacio del siglo XVI, una de las edificaciones emblemáticas del centro histórico de la Ciudad de México junto a la histórica Catedral, en la Plaza del Zócalo.
Lo que vemos en las fotos son los balcones sobre el Patio de Honor, donde son recibidos los huéspedes ilustres.
Justo detrás de los cristales está el despacho presidencial.
A través de ellos, imágenes de los próceres de esta gran nación donde resulta imposible estar sin pensar en Martí, en Mella, en Fidel, Raúl, Almeida y la generación que aquí junto fuerzas y apoyos para liberar a Cuba.
Mientras llegan los presidentes pienso en ellos y suena en mis oídos La Lupe de Almeida. Quizás la banda que espera vestida de gala, toque más que los himnos nacionales.
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