Los rituales fúnebres también varían con los tiempos en Sancti Spíritus. Hoy algunas inquietudes rondan la dolorosa ceremonia: un cementerio colapsado, la inexistencia de un crematorio y los cuartos de necropsia. Escambray se acerca al tema
Un anciano a caballo pasa por la carretera frente al cementerio y se quita respetuosamente el sombrero. Los vecinos de no pocos bateyes lejanos aún velan a sus muertos en la propia casa. En la funeraria de la ciudad, alguna familia viste rigurosamente de luto. Otros lloran y se abrazan, aunque a muchos ya les basta una hora en la capilla antes de la partida definitiva. Solo unos pocos optan por los modernos crematorios.
Los rituales fúnebres varían con los tiempos y las culturas. La muerte, como misterio y destino inseguro, constituye preocupación de los humanos desde que el mundo es mundo. Algunas inquietudes rondan hoy aquí la dolorosa ceremonia que, lamentablemente, algún día toca en todas las puertas: ¿cómo se realizan los enterramientos en el cementerio de Sancti Spíritus, colapsado desde hace años?, ¿por qué no se ha construido un nuevo camposanto en la ciudad?, ¿cómo los espirituanos pueden acceder al servicio de cremación existente en otros territorios? Escambray se acerca al tema y por el camino encuentra algunos disensos.
CEMENTERIO ATESTADO
En Cuba la práctica del enterramiento y el culto a los cadáveres aparece desde los aborígenes, quienes utilizaban cavernas, lugares apartados o las propias habitaciones del difunto. Con la llegada de los conquistadores españoles y el cristianismo surgen los primeros cementerios en la isla, inicialmente dentro de las propias iglesias hasta que, a inicios del siglo XIX, el Obispo de Espada incentivó las inhumaciones fuera de las ciudades por razones higiénicas.
El cementerio general de Sancti Spíritus, uno de los más grandes de la provincia, comenzó a funcionar hacia el año 1860, aparece entre los primeros edificados extramuros en Cuba y se encuentra sobresaturado desde hace años: “Muchas veces han dicho que van a hacer uno nuevo, con un crematorio, pero no sé cuándo. Anualmente aquí llegan alrededor de 1 200 cadáveres”, comenta Magalys León, la administradora desde hace tres lustros.
Y mientras la incertidumbre va y viene, ¿cómo resuelven el problema de los enterramientos?, inquiere Escambray.
“Estamos exhumando y pasando a los nichos, aunque ahora también tenemos apretados los nichos, están entrando los materiales. Aprovechamos para levantar bóvedas gaveteros donde se exhuman los cadáveres y hasta en las propias calles. Con esto y los osarios voy resolviendo. Además, tenemos bóvedas y guardarrestos particulares que ayudan”.
A la administración del camposanto también le preocupa la custodia de este lugar sagrado, donde los serenos no alcanzan: “Son viejitos, ganan poco y en esta zona existe delincuencia, brincan las tapias y acaban, se roban candados, flores, rompen los cristales…Ya lo hemos planteado a la Policía, pero no actúa. También queremos acabar de poner la iluminación, mejorar las calles y subir la tapia que está muy bajita para estar en el medio del pueblo. Dicen que van a poner los materiales”.
Inicialmente ubicado fuera de los límites de la ciudad, con el crecimiento poblacional el cementerio quedó insertado donde no debía, dentro de la trama urbana, colindante con viviendas, centros gastronómicos y de servicios, cuando debiera mediar no menos de un kilómetro de distancia, según asegura el reciente estudio de pregrado de la arquitecta Yaileny González.
En su tesis Caracterización del patrimonio construido en los cementerios de las ciudades de Sancti Spíritus y Trinidad certifica que esa cercanía puede provocar, a través del viento, la propagación de posibles agentes contaminantes, malos olores y especies de dípteros que habitan en los camposantos.
El Departamento de Higiene y Epidemiología del Policlínico Norte, que visita sistemáticamente este espacio como centro de riesgo ambiental, confirma que incluso algunas viviendas del barrio utilizan su tapia como pared, como una especie de arrimo improvisado; además, muestran preocupación porque cuando transcurre el tiempo establecido para desenterrar los cadáveres, se queman las ropas y las cajas en un horno sin condiciones que esparce el humo contaminante por los alrededores.
¿Resulta cierto que algunos perros excavan por allí y en ocasiones sacan de la tierra restos de cadáveres?
“A veces sucede porque los entierran con poca profundidad, aunque en el cementerio han mejorado la limpieza y la higiene en general. Lo que se mantiene es un hacinamiento grande que se ha ido agravando con el tiempo”, considera Leydi Lara, técnica de ese departamento.
Según la Dirección Provincial de Comunales, en la provincia existen 42 cementerios que reciben sistemáticas acciones de mantenimiento: “El que más problemas tiene es el de Sancti Spíritus. En otro momento ya aprobaron el proyecto de construcción de uno nuevo, pero no llegamos a contar con el financiamiento. Próximamente vamos a montar al menos un incinerador óseo para los restos que son exhumados”, asegura Demetrio Veloso, subdirector de Recursos Humanos.
El anhelado futuro cementerio —previsto frente a la llamada Loma del Santo, un área periférica en la carretera hacia Jatibonico— incluiría un crematorio dentro y el costo total de la obra se calcula en 1 800 000 pesos.
“Este año Comunales no lo presentó. Antes lo presentaron como dos o tres veces. En el 2018 se aprobó por el Ministerio de Economía y Planificación, pero no se pudo ejecutar porque durante los últimos años al territorio —sin incluir la Vivienda— solo se le ha aprobado un millón y medio de pesos para inversiones y el Consejo de la Administración Provincial decidió priorizar el hospital”, puntualiza Javier Pérez, subdirector de Inversiones en la Dirección de Economía y Planificación.
¿Se considera una prioridad en Sancti Spíritus construir un cementerio y un crematorio?
“El cementerio se ha valorado entre las prioridades, pero va a ser difícil hasta que no se termine el hospital, que debe durar tres o cuatro años más, porque absorbe casi todo el presupuesto, si se mantienen estas cifras. También se priorizan algunas obras de la Defensa y la Oficina del Conservador de Trinidad. Lo otro se emplea para construir nichos y bóvedas, no da para más”.
En el reducido espacio actual del camposanto también se deben realizar las autopsias a los cadáveres que se encuentran putrefactos porque esos cuerpos en estado de descomposición no pueden entrar a la morgue de las instituciones hospitalarias debido a que atentarían contra sus normas de protección higiénica.
“En su momento en los cementerios existían cuartos, pero ya no están o se utilizan con otros fines y eso conlleva a que ocurran violaciones éticas y morales contra el cadáver porque tenemos que hacer la necropsia sobre una tumba, al aire libre, sin el agua ni el alumbrado idóneo. Muchas de estas necropsias son obligatorias, pues responden a un proceso legal y contribuyen a esclarecer las circunstancias de un delito. Esos cadáveres ya presentan mal olor, gases pútridos, desprendimiento de líquidos. Algunos indiscretos se suben en la cerca del cementerio a mirar. Este es un problema generalizado y lo que se necesita es simple: un local con una mesa apropiada, ventilación natural, luz y agua”, comenta el doctor Reinaldo Rodríguez, médico legista.
Consultada al respecto, la Dirección Provincial de Comunales defendió la existencia de estos espacios en los camposantos de la provincia, aunque reconoció que quizás algunos no cuenten con todas las condiciones. Por el mínimo deber de cotejar criterios e información, Escambray visitó el cementerio de la ciudad espirituana.
“Desde el 2004 que llegué aquí ese cuarto ya no se usaba para autopsias de este tipo. Ahora está vacío. No tiene las condiciones, hay que restaurarlo completo, no tiene luz ni agua. Está en el plan que debe restaurarse este año. Hoy esos casos se preparan en alguna calle del cementerio”, sella la discrepancia Magalys León.
LA ELECCIÓN DE CREMAR
Con los tiempos, el culto a los muertos ha transitado de la magnificencia monumental de las pirámides de Egipto o el Taj Mahal, en la India, a la sobriedad de unas cenizas esparcidas al viento. La cremación, una práctica que apenas comenzó a utilizarse en el 2007 en Cuba, no resulta, sin embargo, una opción moderna: desde la antigüedad muchos pueblos la empleaban, aunque algunos la prohibían por considerarla un método bárbaro.
La descripción de los funerales de Patroclo en la Ilíada, de Homero, se considera el más temprano retrato escrito de este rito funerario. En la era moderna la incineración resultó impulsada por los higienistas. Durante la segunda Guerra Mundial se utilizó tanto para rendir orgulloso homenaje a los combatientes propios como para expresar desprecio hacia los cuerpos del bando contrario.
Las opiniones muchas veces aparecen divididas en torno a esta modalidad, ya sea por cuestión de credo religioso, desconocimiento o simple percepción: según reportes internacionales, entre los países que más la aceptan hoy se encuentran Japón, Taiwán e India; mientras que en el continente americano esta práctica se emplea bastante menos, con los mayores porcentajes en Perú, Estados Unidos, Brasil y Colombia.
“En la provincia actualmente se están cremando de siete a 10 casos mensuales. En Medicina Legal les entregamos un visto bueno antes para descartar posibles elementos de criminalidad porque después que un cadáver se quema se pierden las evidencias. Esta no era una costumbre en el país, pero en los últimos años se ha ido incrementado su uso”, comenta el doctor Reinaldo Rodríguez.
Entre las ventajas de esa modalidad se mencionan su costo, más económico que el de un funeral; la disminución de los enterramientos, cuando no pocos cementerios ya cuentan con poco espacio y una limitada disponibilidad de nichos y bóvedas; la reducción de las dolorosas horas del velatorio; la eliminación luego del penoso momento de la exhumación; sin mencionar que así se evita el riesgo biológico de transmisión de algunas enfermedades y contribuye a la preservación del medio ambiente.
Aunque ya existen incineradores en la mayoría de las provincias del país, en Sancti Spíritus aún no se ha construido porque “el proyecto del crematorio se ubica dentro del cementerio nuevo y como no hemos podido construir uno, tampoco hemos hecho el otro”, explica Demetrio Veloso.
¿Y entonces cómo proceden en el territorio los familiares de un difunto que decidan cremar el cuerpo?
“Se trasladan a otras provincias por solicitud familiar. Luego que tengan el certifico de Medicina Legal, en la funeraria se hace el trámite para el lugar donde quieran y les dan un turno por teléfono. Si va a demorar, se lleva el cuerpo a una cámara de frío en el hospital y se saca no menos de seis horas antes de cremarlo”.
¿Quién y cómo se decide el destino de las cenizas?
“Se decide por voluntad familiar, los familiares son dueños de ellas. Algunos las velan, otros las entierran en los nichos, las guardan en sus casas o las esparcen en algún lugar a solicitud del fallecido. Solo para sacarlas del país hay que pedir un autorizo, pero no para trasladarlas hacia otras provincias porque ya son inocuas. Es bueno aclarar que ninguna enfermedad impide la cremación”.
Escambray contactó, vía telefónica, con las administraciones de los crematorios cercanos de Santa Clara y Ciego de Ávila, quienes precisaron que antes del proceso a los cadáveres se les deben retirar las prendas y objetos metálicos porque pueden ser explosivos; que la incineración dura alrededor de tres horas, tiempo durante el cual los familiares esperan en los salones creados para ello; y las cenizas se entregan un rato después, luego de su enfriamiento, ya colocadas dentro del ánfora, cuyo costo se incluye en el precio total de la incineración, valorada en 340 pesos.
Otras dudas y preocupaciones también rondan las ceremonias fúnebres: “Algunos quieren extender el tiempo en la funeraria para esperar, por ejemplo, que llegue un familiar, pero el límite establecido para velar no puede pasar de 24 horas desde el momento del fallecimiento al entierro e, incluso, para llegar a eso hay que preparar el cuerpo o hacerle la necropsia. Solo excepcionalmente se permiten otras seis horas más, con la autorización de personal médico que certifique la buena condición del cadáver. Si necesitan demorar más allá de un día el entierro, hay que pasarlo a cámara fría, ese servicio se puede solicitar, si el estado del cadáver lo permite”, precisa Demetrio Veloso.
Aunque más allá de la muerte los caminos se eclipsan entre las dudas y el dolor, aunque el misterio aún acompañe a los hombres en ese límite hacia lo desconocido, solo el respeto y una altísima sensibilidad con los más mínimos detalles harán más llevaderos los rituales fúnebres, ya sean durante un entierro común o a la hora de reducir a cenizas el cuerpo amado.
Hay que resaltar que el dinero se le prioriza a la oficina del conservador porque el turismo si no se puede afectar. Estaría buenísimo llevar las delegaciones de turistas el cementerio y al hospital para que vean en las condiciones que se encuentran. Seria maravillosa su reacción, pónganse las pilas que con la nueva crisis que se avecina en el pais. Es mucho el muerto que va a haber que enterrar, esperemos se resuelva esto de una ves. Si no se puede hacer el cementerio, pues hagan el ares de incineración en otro lado. Pues eso si hace falta urgente. Saludos
Me pregunto y respondo si en ocasiones no se publican comentarios que no son groseros ni ofensivos porque no conviene publicar mucha verdad. También me pregunto a dónde van los comentarios y sus verdades…. Sé de amigos que han hecho comentarios moderados y no los publican porque un tema como este es muy neurálgico en nuestra ciudad y los filtros informáticos y mentales no dejan que lleguen a todos los que leemos, seguimos y vivimos en Cuba. Lo cierto es que existe un proyecto ejecutivo para construir el nuevo cementerio y crematorio desde hace 2-3 años que debe tener financiamiento aprobado por el Ministerio de Economía, pero el dinero debe haber tenido otros usos, que el cementerio existente ya apenas tiene condiciones y capacidad. Es mejor publicar y hacernos caso en nuestra provincia que escribir al sitio de la presidencia para molestar con cosas que son de la casa. Por favor seamos más serios…
Es impresdimble e inaplazable que las autoridades competentes se hagan responsables de destinar recursos al mantenimiento o creación de los recursos humanos en los servicios necrológicos, en especial de los custodios, el camposanto no debe ser atacado, violentado por personas indolentes y carentes de los más elementales valores éticos y morales, lamentablemente con el paso del tiempo, la limitación de recursos económicos en el país también han provocado la pérdida y lastimosamente irrecuperable de valores y conducta cívicos, pero las autoridades y funcionarios públicos cuya principal labor es salvaguardar la seguridad pública no deberían desentenderse del tema, más que no deber no pueden hacerlo, un cementerio como lugar sacro que es, merece el respeto y la atención de todos.
Lo que si es una realidad es que el cementerio espirituano, es uno de los que en mayor mal estado se encuentra a nivel de pais y que es innegable el asinamiento de restos humanos que presenta y sus perdidas, debe ser prioridad del partido, el gobierno y las entidades estatales, de servicios comunales y la construccion resolver definitivamente esta situacion, los despojos humanos nuestros merecen tener respeto a la hora de abandonar esta tierra, se cremen, entierren o embalsamen, deben ser tratados con respeto y tiene que ser necesario la intervencion de todas las entidades responsables de hacer lo que hay que hacer y no justificar mas lo que no se hace, ni mentir, ni esquivar que es lo que se acostumbra desde hace ya algunos años.
Lo del cementerio parece una pelicula de horror y lo del hospital el cuento de la buena pipa..Mi padre trabajo en su constrccion hace mas de 30 años el mismo tiempo que lleva reparandose..El hospital nunca se termino..es un clasico monumento al absurdo,la desidia y la chapuceria costructiva…Al meno los materiales robados han servido para construir casa y mansiones..Opino que por eso nunca se termina de reparar