A pesar del silencio oficial, miles de chilenos recordaron hoy el 46 aniversario del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 y al presidente Salvador Allende, como paradigma de ética política.
Durante toda la mañana el monumento al presidente mártir, a un costado del palacio de La Moneda fue cubriéndose de ofrendas florales llevadas hasta allí por sindicatos, organizaciones sociales, de derechos humanos, de familiares de víctimas de la dictadura, de partidos políticos y de la Cámara de Diputados y el Senado.
Invariablemente, las peregrinaciones se repitieron primero hasta la puerta de la calle Morandé 80, por donde cada día Allende accedía a sus oficinas en el palacio de Gobierno, para finalizar ante el monumento en la plaza de la Constitución.
Con flores, banderas y fotos de los muchos desaparecidos por la
dictadura cuyo destino todavía se desconoce, el desfile ante el monolito
transcurrió durante horas.
Por primera vez también acudieron hijos y familiares de represores de la
dictadura, que unidos en la organización Historias Desobedientes, han optado
por la justicia, porque como expresaba un cartel enarbolado por uno de ellos,
‘La culpa no se hereda, yo escojo mi vereda’.
En declaraciones a Prensa Latina, Lorena Pizarro, presidenta de la
Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, aseguro que ‘Chile se
encuentra en un momento decisivo de su historia, en el cual avanzamos hacia la
justicia y la verdad o se materializa la impunidad’.
Este Gobierno, dijo, ‘es el más fiel reflejo de la dictadura cívico-militar,
porque no hay verdad, no hay justicia, y la pregunta dónde están los
desaparecidos sigue sin respuestas, se gobierna bajo la misma Constitución
establecida por Augusto Pinochet y continúa la represión, ese es el Chile que
se ha construido desde el año 1990’.
Por su parte, Lautaro Carmona, secretario general del Partido Comunista
de Chile, señaló a Prensa Latina que es necesario recoger el legado de Allende,
que se simboliza muy bien cuando en su último mensaje radial convocó a abrir
las anchas alamedas y construir un país libre y para todos.
Consideró que ‘el golpe fue no solo para derrocar el gobierno más profundamente
democrático que ha tenido Chile, sino para instaurar el capitalismo más
extremo, neoliberal, en un contubernio perfecto con el imperialismo
estadounidense’.
Desde entonces han pasado muchas jornadas de lucha, desde la
resistencia y a la rebelión popular en los 17 años de dictadura, y luego con la
larga transición que no ha sido capaz de poner en el centro el cambio del
modelo de desarrollo’, puntualizó.
Expreso que es un tiempo de homenaje a Allende y a todos los que cayeron, pero
también de compromiso para retomar aquel proyecto porque la vida ha demostrado
que el modelo impuesto por la dictadura a sangre y fuego no es la solución para
las mayorías sino que pone todo a favor de los privilegiados.
Mientras, en la Cámara de Diputados se rindió un minuto de silencio en
recordación de la fecha, con decenas de parlamentario enarbolando fotos de
Allende y de otros caídos ese día, aunque del homenaje se distanciaron los
representantes de la coalición oficialista Chile vamos.
Aunque desde el Gobierno no se realizaron actividades oficiales, pasado el medio día, el presidente Sebastián Piñera, en una inesperada alocución desde el palacio de la Moneda, lanzó un mensaje ambiguo con motivo de la fecha, en el cual reiteró el argumento de dar vuelta a la página, que es criticado sobre todo por quienes aun reclaman justicia.
Según dijo, el 11 de septiembre de 1973 se produjo ‘el término de la Unidad Popular, que había conducido a Chile a una crisis sin precedentes de carácter político, económico y social, y se inició el régimen militar, con todas sus secuelas de graves, reiteradas e inaceptables violaciones a los Derechos Humanos’.
Piñera llamó a la unidad nacional porque ‘no tenemos derecho a legarles a nuestros hijos los mismos odios y divisiones que tanto daño causaron en el pasado’ y convocó a ‘desterrar absolutamente la violencia como instrumento de lucha política’.
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