Si en su primer año de uso una inversión ha demostrado correspondencia entre los estudios de factibilidad y los resultados productivos, ha sido la moderna tecnología de riego instalada en Banao, al sur de Sancti Spíritus, un soporte que irriga alrededor de 200 hectáreas que aportan apreciables niveles de alimentos con alto rendimiento agrícola.
Ni falso espejismo ni números fríos, los datos que conoció Escambray son dignos de plasmar en estás páginas: de las 487 toneladas de frijol vendidas al Estado en el 2018 por la Empresa Agropecuaria Banao, 144 toneladas se cosecharon en 80 hectáreas bajo riego, a un rendimiento agrícola de 1.8 toneladas; para el resto de la producción se utilizaron 300 hectáreas.
El maíz también demostró cuánto representa en los tiempos que corren asegurar la humedad al suelo y, de las 269 toneladas entregadas a Acopio en Banao, 110 toneladas —el 41 por ciento— salieron de los cuadrantes bajo máquinas.
Isidro Hernández Toledo, director técnico y desarrollo en la entidad, acudió a otro ejemplo para valorar el impacto de la inversión en su primer año de trabajo: “Tradicionalmente aquí no se producía mucho boniato y ahora en 25 hectáreas bajo riego se sacaron 200 toneladas, con un rendimiento de 17 toneladas, el índice que pide el Ministerio de la Agricultura en estas condiciones de humedad y suelo; aun así tuvimos dificultades en la cosecha porque carecemos de implementos para sacarlo”.
Se trata de cuatro máquinas de pivote central eléctricas de fabricación nacional, un equipamiento emplazado en el 2017 en posiciones donde antiguamente funcionaron sistemas del tipo Fregat, que se unieron a la que se había instalado tiempo atrás en El Caney, como parte de una inversión dirigida a respaldar producciones de viandas, granos y hortalizas con destino a la comercialización estatal.
De todas las maquinas de este tipo instaladas en la provincia, las de Banao son actualmente las más productivas y arrojaron un rendimiento agrícola integral en el 2018 de 16 toneladas por hectárea, todavía distante de las 25 toneladas a que aspira el Ministerio en áreas como estas, señaló Isidro Hernández.
Con la explotación de los sistemas se benefician productores de las cooperativas Francisco Moya y Ernesto Valdés, y dos fincas de la Unidad Básica de Producción Cooperativa Seguidores de Vilma, unidades situadas en el llamado macizo de riego de Banao, entre Flor del Campo y El Caney, sobre el que existe un programa de desarrollo perspectivo que abarca hasta 18 máquinas de riego.
Especialistas de la rama aseguran que de las técnicas que se explotan en el territorio esta es la más eficaz, porque concentra mejor la entrega de agua al cultivo, alcanza una eficiencia entre el 85 y el 90 por cientos y el soporte, eléctrico totalmente, puede desplazarse hacia delante, hacia atrás, con agua o sin agua.
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