Miles de personas exigen este miércoles desde varios puntos del centro histórico capitalino que el gobierno nacional anule reformas económicas recientemente anunciadas, que van en contra de la familia trabajadora en Ecuador.
En resistencia se declararon indígenas, trabajadores de varios sectores, campesinos, empleados públicos y estudiantes universitarios, que se unen en esta jornada de huelga nacional contra las medidas tildadas de neoliberales y paquetazo.
Pese al cierre de todas las calles que dan acceso al Palacio de Carondelet, sede de la presidencia de la República, temporalmente trasferida a Guayaquil, los manifestantes insisten en hacer escuchar sus demandas.
Así confirmó a Prensa Latina, Ana, trabajadora de una empresa pública que describió como históricas las movilizaciones vigentes desde el 3 de octubre en todo el territorio nacional.
‘Pedimos al gobierno que asuma la responsabilidad para la cual fue electo. No votamos por el neoliberalismo ni por los paquetazos, elegimos un proyecto que creímos beneficioso para el pueblo y hoy estamos en las calles clamando por eso’, aseguró.
‘Queremos paz, pero también exigimos respeto y atención. No estamos de acuerdo con medidas que solo afectan nuestros bolsillos e impiden que alimentemos de forma adecuada a nuestros hijos, a nuestras familias’, dijo de su lado un manifestante identificado solo como José.
Como ellos, miles de ecuatorianos se unieron a la huelga nacional convocada por la Confederación de Nacionalidades Indígenas, el frente Unitario de Trabajadores y otras organizaciones.
Banderas de Ecuador, estandartes con telas blancas en señal de pacifismo y carteles en rechazo a la eliminación de subsidios a la gasolina extra y el diésel, al alza en las tarifas del transporte público y en el precio de los alimentos, entre otras demandas, acompañan a los movilizados.
Prensa Latina pudo constatar que por momentos los reclamos y el avance paran ante intentos de las fuerzas del orden de repeler la protestas.
‘El hecho de que estemos todos con mascarillas indica que hay represión, porque la policía usa gases lacrimógenos y nos obliga a retroceder. No quieren que nos unamos’, advirtió un joven indígena.
‘Resistencia compañeros’, se escucha en la multitud, mientras en los espacios más tranquilos, se lleva la protesta con canciones.
Desde algunas casas por donde pasan los huelguistas, algunas personas colaboran con agua potable y determinados alimentos para acompañar, como pueden, la acción popular.
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