China y Estados Unidos retoman este jueves el diálogo con la tarea de sellar las diferencias que los sumergieron desde 2018 en su guerra comercial, nuevamente en medio de un contexto tensado por recientes golpes de Washington.
Las pláticas transcurrirán hasta este viernes en la capital norteamericana y con similar formato que las anteriores: a puertas cerradas, encabezadas por el viceprimer ministro Liu He en la parte china, junto al secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y el representante adjunto de Comercio Jeffrey Gerrish, al frente de la estadounidense.
A ambos equipos les tocará negociar y encontrar un punto medio que permita zanjar de una vez los asuntos conflictivos en un entorno marcado por las sanciones de la Casa Blanca contra 28 firmas del gigante asiático y restricciones de visados a sus funcionarios.
El camino hacia esta ronda de pláticas se allanó en septiembre con gestos recíprocos de buena voluntad que implicaron exenciones a varios productos sobre las respectivas alzas tarifarias y repercutieron a nivel global con estímulos en el mercado financiero.
Pero justo esta semana, Estados Unidos sorprendió con el garrote y tomó medidas de castigo hacia empresas e individuos de China bajo el pretexto de que tienen responsabilidad en el supuesto abuso de derechos humanos contra minorías étnicas en la región autónoma uigur de Xinjiang.
Beijing rechazó y exigió revocar esas acciones, tras denunciar que constituyen una intromisión en asuntos internos, socavan los intereses nacionales y al mismo tiempo contravienen las normas básicas de las relaciones internacionales.
‘Xinjiang no tiene los problemas de derechos humanos que señala Estados Unidos. Esas acusaciones son meros pretextos para la injerencia’, puntualizaron las autoridades asiáticas en un texto oficial.
También reiteraron que el programa antiterrorista aplicado en dicho territorio goza de reconocimiento y respaldo en la comunidad mundial y continuarán adelante con las medidas necesarias para salvaguardar su seguridad nacional e intereses.
El panorama no resulta del todo novedoso, más bien es una especie de círculo vicioso, en el que primero surgen señales alentadoras sobre el posible fin de la controversia y luego todos los arreglos conseguidos se ensombrecen por decisiones unilaterales del país norteamericano.
Con ese escenario de fondo, este jueves y viernes el mundo entero seguirá al pendiente de cómo se desenvolverán las relaciones comerciales entre dos naciones que, de optar por mantenerse en la batalla, pueden arrastrar al abismo a toda la economía global por ser las principales potencias del planeta.
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