Grupos opositores insisten este miércoles en retomar las movilizaciones antigubernamentales, luego de unas semanas de tregua que ha experimentado el país.
La plataforma, Konbit òganizasyon politik, sendika ak popilÿ anunció sendas manifestaciones para este jueves y viernes, a las que se unirá el partido Pitit Dessalines, uno de los más reacios a la actual administración.
De acuerdo con el senador Jean-Charles Moïse, secretario general de Pitit Dessalines, su participación en todas las discusiones para encontrar una solución a la crisis del país está condicionada a la salida del presidente Jovenel Moïse.
De hecho, el parlamentario se negó categóricamente a reunirse con el subsecretario de Estado, David Hale, de vista el pasado viernes en esta capital, bajo pretexto de fomentar un diálogo nacional, inclusivo y transparente.
Las protestas deben llegar a varias ciudades de Haití, que el 18 de febrero retomaron las actividades, luego de casi dos semanas paralizadas por multitudinarias movilizaciones contra el gobierno.
De acuerdo con el comunicador y excandidato presidencial, Jean Clarens Renois, a pesar de la gran influencia del gobierno norteamericano en Haití, el apoyo de Estados Unidos no podrá frenar las manifestaciones.
‘La calle será más fuerte que Estados Unidos’, dijo Renois a la agencia rusa Sputnik, y afirmó que de repetirse un importante movimiento popular como el de febrero último, que exigiese la renuncia del presidente, el apoyo de EE. UU. no cambiaría nada.
Aún se desconoce si movimientos multitudinarios como Petrocaribechallanger, se unirán a esta nueva convocatoria de la oposición, que pretende una vez más presionar la dimisión del gobierno de Moise, e instaurar una administración transitoria capaz de llevar al país hacia un nuevo sistema político.
Sin embargo, analistas alertan que una salida precipitada de Moise, abiertamente avalado por el gobierno estadounidense y la comunidad internacional, puede alentar una nueva intervención del país norteño en Haití, como sucedió ya en 1915 con la ocupación norteamericana y en 2004 con la instauración de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilidad, rectorada por el gobierno de ese país.
Si existiera una auténtica intervención humanitaria Haití estaría urgida de ella desde la caída de Duvalier;los grupos políticos se enfrentan, se aúpan en el poder, la población padece enfermedades,hambre y subdesarrollo;cuando parece que han consolidado un Estado democrático, la discordia estalla entre sus políticos y,tras ellos, la ciudadanía;los esfuerzos venezolanos y cubanos, son desbancados y tirados por la borda:¿cuándo reinará la concordia cívica y los haitianos se enrumben a edificar una sociedad pacífica y de bienestar para todos? Me parece que tardarán centurias en lograr ese estado deseado.Es la herencia francesa y africana.