Valientes y revolucionarias. Así calificó mi vecino Humberto, mientras caminábamos hacia nuestros respectivos centros laborales, las nuevas medidas anunciadas y explicadas en el espacio Mesa Redonda, de la televisión cubana, los días 15 y 16 de octubre.
“Todo lo que se ha venido haciendo en los últimos tiempos lo veo como un umbral para abrirle caminos al país. No importa si tú o yo no nos beneficiamos directamente ahora de estas nuevas oportunidades, pero es oxígeno para la economía nacional, que durante un buen tiempo permaneció en una especie de inmovilismo”, argumentó.
Y no es el único que piensa así. Lo mismo Esther, la ama de casa, que Deysi, la recepcionista, al comentar la primicia tan pronto fue lanzada en voz del Vicepresidente de la República y de varios ministros, estimaron que era algo bueno y necesario. “Ahora el hijo de mi esposo no va a tener que viajar desde donde vive cargando gomas y piezas para el motor de su padre, porque se podrán comprar aquí”, opina Esther, para quien la fuga de capital hacia el extranjero por cuenta de artículos de diversa índole que eran traídos y revendidos, en muchos de los casos, era un mal al que se debía poner fin.
Fortalecer la industria y el comercio interno, tales son los dos propósitos claves de las nuevas medidas para enfrentar la situación económica del país, que ofrece la posibilidad de que personas naturales importen determinados productos a través de empresas estatales. En concordancia con ello se abrirán unidades comerciales específicamente con ese fin, 13 de las cuales, según se ha informado, quedarán listas el próximo 28 de octubre.
“Son medidas que benefician a todo el pueblo”, fue claro al afirmar, en uno de los programas televisivos, Salvador Valdés Mesa. El Vicepresidente cubano subrayó la importancia de rescatar esa cifra significativa de divisas que se pierde para garantizar mayores facilidades de compra a la población, pues se necesita, dijo, el reaprovisionamiento de los mercados. Muy a tono con ciertas tendencias negativas que se han venido suscitando en el país en los últimos años, ha especificado también algo crucial: esta apertura no se concibió para que las personas abran negocios en el país, ni se permitirán acaparamientos; habrá una estricta vigilancia para impedir que se acuda a la reventa o a la especulación.
“Hay quien tiene bancos de dólares, verás ponerles un precio por las nubes; ahora la gente querrá comprar a toda costa, para formar cuentas y acceder a esas nuevas tiendas”, sostiene un chofer al regreso de su jornada laboral. Para tal suposición hubo también respuesta en las comparecencias especiales, aunque ya se sabe: habrá que andar con ojo avizor.
Cierto que se incorpora otra moneda, pero no circulará de manera efectiva. No se realizarán transacciones ni operaciones en dólares, sino que se efectuarán mediante el comercio electrónico. Con esas palabras lo aseguró Alejandro Gil Fernández, ministro de Economía y Planificación, quien excluyó la posibilidad de que se “dolarice” la economía, pues lo que se pretende es, subrayó, “crear incentivos hacia lo interno del sistema empresarial para ir transitando de mecanismos centralizados en la asignación administrativa a métodos financieros”.
En el espacio Mesa Redonda se ha sido abierto y transparente. Se han explicado los factores que llevaron al país a no disponer de los financiamientos suficientes para importar las materias primas destinadas a la industria, y para que nuestras cadenas abastecieran el mercado. Uno de ellos, aunque ya se sabe que no el único, es el recrudecimiento del bloqueo del gobierno estadounidense, que ha limitado las remesas familiares con el ánimo de dañar a la nación.
Las ventas se iniciarán con los productos más demandados: equipos electrodomésticos, ciclomotores eléctricos, televisores de pantalla plana, aires acondicionados, partes y piezas de autos. En tanto, se mantendrán los exprendios en CUC de los bienes considerados dentro de la línea económica.
Además de la noticia principal, hay otra muy importante, llamada a transversalizar todo el proceso: el sistema bancario está preparado para atender a las personas naturales que deseen abrir las cuentas bancarias a fin de consumar las compras. Y por último, está también esa máxima que viene tomando cada día más cuerpo gracias al llamado personal del Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez: se atiende cada criterio remitido por el pueblo a través de sitios digitales u otras vías. No importa si quien lo formula es un trabajador universitario, como mi vecino Humberto, o si se trata de una recepcionista, una ama de casa o un chofer.
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