El papa Francisco ofreció ser mediador en el conflicto venezolano si le piden ayuda, al hablar con los periodistas que lo acompañaron en el vuelo de regreso desde esta ciudad a Roma, donde llegó este 28 de enero.
‘Tengo que ser pastor. Y si necesitan ayuda, de común acuerdo, la pidan’, respondió a una pregunta del canal mexicano Televisa sobre el significado de sus declaraciones sobre el tema en Panamá, de una solución ‘justa, pacífica, en el respeto de los derechos humanos de todos’.
Al respecto, precisó que pensó muy bien las palabras que usaría para hablar sobre su cercanía y lo que siente con respecto a la situación de la nación sudamericana, después de la oración del Ángelus realizada ayer en la Casa-Hogar del Buen Samaritano, al este de la capital panameña.
‘Yo sufro por lo que está pasando en Venezuela en este momento. Y por eso deseo que se pongan de acuerdo (…). Una solución justa y pacífica. ¿Qué es lo que me asusta?, el derramamiento de sangre. Y ahí también pido grandeza para ayudar a los que pueden ayudar a resolver el problema’, afirmó.
También dijo que él apoya a todos los venezolanos, porque ‘es un pueblo que está sufriendo (…), y si yo entrara a decir háganle caso a estos países, háganle caso a estos otros, que dicen esto, me metería en un rol que no conozco. Sería una imprudencia pastoral de mi parte y haría daño’.
El Santo Padre aseguró que el problema de la violencia lo aterra y en tal sentido se refirió al ‘terrorífico’ acto ocurrido recientemente en la escuela de cadetes, en Colombia, después de todo el esfuerzo realizado para alcanzar la paz, por eso ‘no es solución la sangre’.
La víspera, el Pontífice expresó: ‘He pensado mucho en el pueblo venezolano, al que me siento particularmente unido en estos días y ante la grave situación que atraviesa el país, pido al Señor que se busque y se logre una solución justa y pacífica para superar la crisis, respetando los derechos humanos y deseando el bien de todos los habitantes del país’.
Durante su discurso, como parte de la agenda final de la Jornada Mundial de la Juventud, Francisco también lamentó las víctimas del atentado terrorista ocurrido este domingo en la Catedral de Jolo, en el sur de Filipinas, los muertos provocados por una explosión en un oleoducto en México por el robo de gasolina, y se pronunció por la unificación de las dos Coreas, al conversar brevemente con un obispo de la Península coreana.
Con particular énfasis se refirió, además, a la explosión de un coche bomba acaecido el 17 de enero en una academia de policías en Colombia, acto que calificó de ‘terrorismo’ y en homenaje a los fallecidos, leyó el nombre de cada uno de ellos y pidió a la audiencia que dijera presente tras cada mención.
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