El paro en Francia contra la reforma de la jubilación entró este 26 de diciembre en su jornada 22 sin que la solución de la crisis sea un tema en discusión.
Tras unas
fiestas navideñas con severas afectaciones en el transporte público, con
particular impacto en los trenes internacionales, regionales y entre ciudades y
en el metro de esta capital, la situación este jueves no cambia mucho.
La resignación a esperar el fin de año con un escenario de huelga es evidente,
con acusaciones mutuas de las partes en conflicto, el gobierno que defiende el
sistema único por puntos y una edad de equilibrio de 64 años y los sindicatos
que rechazan uno o ambos componentes de la polémica iniciativa.
El presidente Emmanuel Macron y el primer ministro Edouard Philippe piden una
tregua en el paro, pero las organizaciones que mantienen una postura de reclamo
de retirada del proyecto responden al ejecutivo que el actual panorama es su
responsabilidad, al presentar el plan el 11 de diciembre, consciente del
malestar que generaría.
Las esperanzas de solución se centran en los primeros días de enero, aunque no
exentos de confrontación, ante una reforma que pretende eliminar los 42
regímenes de pensiones vigentes.
Philippe fijó para el 7 de enero una nueva sesión de diálogo con los
sindicatos, después de las conversaciones del 18 y 19 de diciembre, las cuales
incluso recibieron el calificativo en algunos medios de ‘diálogo de sordos’.
Por su parte, sindicatos liderados por la poderosa Confederación General del
Trabajo (CGT) llamaron a una cuarta jornada de protestas nacionales el 9 de
enero, después de las movilizaciones multitudinarias del 5, el 10 y el 17 de
diciembre.
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