La búsqueda de su perfecta conservación la ha convertido en una de las más bonitas ciudades coloniales de América, apunta el periódico colombiano El Espectador en referencia a Trinidad, popular destino turístico del centro de Cuba.
Todos se
muestran cálidos y tranquilos. Saludan y sonríen a cada visitante. En las
afueras huele a azúcar, a flores y a brisa marina, luego, llegando el centro
histórico, a mariscos. Arte, música, museos, galerías y más color. Flores
amarillas, rosadas y moradas; caña de azúcar, tabacos, canchánchara y ron,
resalta el artículo Trinidad, Cuba: la ciudad de los mil colores.
El material precisa que la misteriosa atracción que logra generar en todo el
que la visita radica no solo en la hermosura de su conservada arquitectura,
sino también en la persistencia del pasado.
Hay otro ritmo. Los trinitarios se mueven al son de tambores e historias, se
detienen a conversar y a contar cuentos de esclavos, piratas y tesoros
escondidos, que se han repetido tanto, que pareciera que todos fueran ciertos.
Caminar, andar, oír y oler y abrazar, Trinidad da la posibilidad de sentir
entre las más sencillas expresiones de vida y color, realata.
El artículo menciona algunos de los lugares que rodean a Trinidad, cuyo centro
histórico fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización
de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en
1988.
En tal sentido, se refiere al Valle de los Ingenios, también declarado
Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, ‘una gran reserva natural y
arqueológica de la industria azucarera del siglo XIX, cuya producción hizo de
Trinidad una de las más prósperas de Cuba’.
La Ruta del Esclavo, desde donde se puede visitar el Mirador del Valle y las
imponentes vistas que brinda de la llanura de Trinidad, es otra gran opción. En
el camino al Valle hay varias haciendas y casas donde puede tomar un delicioso
café, tomar guarapo, y refrescarse en alguna de las cascadas con agua
transparente y rodeadas de montañas, agrega.
El material de El Espectador puntualiza que ese destino cuenta con alrededor de
50 palacetes e innumerables inmuebles dignos de admirar como la Iglesia
Parroquial de la Santísima Trinidad, el Museo Romántico, la Casa Templo de
Yemayá, donde está un altar dedicado a la divinidad del mar, y ‘muchos más
lugares de interés que sin duda lo enamorarán’.
Además, Trinidad es rica en plazas y plazuelas como la Plaza Mayor que fue
punto de partida de la restauración de la ciudad en los años 80 y es donde se
localiza la estatua de Terpsícore, musa de la danza y la música, amplía.
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