El presidente de Perú, Martín Vizcarra, convocó a elecciones parlamentarias para enero de 2020, en el decreto de disolución del Congreso de la República, y recibió el respaldo del alto mando de las Fuerzas Armadas.
La convocatoria a los comicios fue publicada en una edición electrónica extraordinaria de la gaceta oficial El Peruano, dentro del decreto de disolución del Legislativo dictada ante la tácita negación de la confianza en el gabinete ministerial por el pleno del Congreso.
El decreto precisa que la elección de los 130 nuevos legisladores que reemplazarán a los cesados, se realizará el 26 de enero de 2020, dentro del plazo de cuatro meses establecido por la Constitución.
Los elegidos cumplirán una gestión de solo 18 meses, hasta el 28 de julio de 2021, pues solo completarán el mandato del parlamento disuelto y Vizcarra, al anunciar la decisión, dijo que los peruanos decidirán su futuro en esos comicios.
De otro lado, el mandatario recibió en el palacio de gobierno al alto mando militar integrado por el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, general César Astudillo, y los comanadantes generales del Ejército, general Jorge Celiz; la Fuerza Aérea, general Rodolfo García, y la Marina, almirante Fernando Cedró, así como el titular de la Policía, general José Luis Lavalle.
Los nombrados acudieron al palacio pese a que legisladores de la mayoría neoliberal del cesado parlamento, los incitaron a no sumarse a lo que califican como ‘golpe de Estado’.
El Parlamento desacató su disolución, suspendió por un año a Vizcarra y designó como presidenta paralela a la vicepresidenta neoliberal Mercedes Aráoz, quien dijo que pedirá apoyo a la Organización de Estados Americanos (OEA).
También abrió una investigación al mandatario y envió un funcionario al palacio de gobierno, para notificarlo a fin de que comparezca en un proceso parlamentario, pero el emisario fue rechazado y el citatorio no fue recibido.
Además de desacatar la disolución, el presidente del cesado legislativo, Pedro Olaechea, envió cartas a los secretarios generales de las Naciones Unidas y la OEA, en las que acusa a Vizcarra de afectar el estado de derecho.
La disolución del Congreso generó marchas multitudinarias de apoyo a la medida y grupos de manifestantes fueron dispersados esta noche por la policía que rodea el palacio legislativo, cuando asediaban el local exigiendo que lo desocupen los congresistas que se mantienen en el lugar y hasta se proponen sesionar de madrugada.
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