La jornada se viste de verde olivo. En derredor, vegetación y silencio casi total. Siluetas de hombres jóvenes, enmascarados para no ser descubiertos, se desplazan entre la húmeda maleza. Llevan sobre su cuerpo, únicamente, los medios necesarios para asumir la defensa del suelo patrio, que está amenazado por factores hostiles.
En un batallón de infantería, una batería de morteros de 120 milímetros realizó ejercicios prácticos de tiro y dirección de fuego a distancia reducida durante la jornada de este viernes, con el empleo de los medios a su disposición.
Bajo el supuesto de que una unidad enemiga penetraba en un lugar determinado dentro del área de concentración de la referida batería de morteros, una sección de la misma realizó disparos contra los invasores, hasta aniquilarlos por completo.
Las acciones comenzaron con la indicación de un blanco en el puesto de mando de observación del jefe de la batería, a lo que siguió el trabajo del mismo con las escuadras de exploración y de comunicaciones para transmitir esa información al punto de dirección de fuego del segundo jefe.
Una vez impuesto de la misión, dicho jefe transmitió la orden a la pequeña unidad que asumiría el cumplimiento de la misma y los miembros de la dotación partieron hacia el punto exacto donde deberían apostarse para efectuar los disparos.
En circunstancias como esta resulta determinante definir las coordenadas exactas de ubicación del enemigo, para no fallar a la hora del tiro. Por ello la vista se aguzó bien y los datos se cotejaron una y otra vez. La cadena de mando funcionó como un engranaje perfecto. Los hombres, ágiles, se desplazaron por la hierba húmeda, y una vez en el sitio escogido, escucharon las voces de mando, cargaron y dispararon los morteros.
El grupo enemigo, que se había posesionado en una elevación para impedir las acciones de las tropas cubanas, quedó definitivamente fuera de combate.
Conjuntamente con lo anterior, se realizó el entrenamiento de tiro y dirección de fuego por parte de la sección de mortero de 82 milímetros, de la Compañía de Infantería del Batallón de Infantería. Durante el mismo, colocados en su trinchera, los jóvenes ataviados de verde olivo practicaron los disparos para hacer blanco, con los morteros, en la fuerza enemiga infiltrada dentro de un área a cierta distancia.
deme subsanarse el error que aparece en el reportaje no EXISTEN morteros antiaéreos
Gracias por su observación. Ya el error fue enmendado.