Entre la expectativa y el recelo los aficionados cubanos esperan el debut de Cuba en el Premier 12, evento devenido centro de las prioridades competitivas más importantes de la Confederación Mundial de Béisbol y Softbol (WBSC), sobre todo después que la presencia de este deporte en los Juegos Olímpicos será intermitente.
Tales manifestaciones están justificadas, mucho más porque esta es la primera presentación “en serio” de la selección nacional después de la debacle de los Juegos Panamericanos de Lima, donde se obtuvo el sexto lugar tras un partido fatídico ante Colombia que todos recuerdan como una de las mayores vergüenzas de nuestra pelota a escala internacional.
Después de eso, no debe venir nada peor, piensan al menos los más optimistas. Por eso la cita coreana mantiene la expectación por ver si los aires de renovación que corrieron tras la cita panamericana dan los saldos que se esperan.
Entre los cambios llegó también la renovación sustancial de la nómina con inclusiones ancladas en el rendimiento y la entrada de varios jugadores que regresaron al país tras distintas experiencias en ligas internacionales.
Está por ver qué frutos concretos rinden estas novedades, así como una preparación diferente, si tomamos en cuenta que la primera fase de la Serie Nacional aportó, por lógica, el por ciento mayor del entrenamiento, de lo que se infiere que el equipo debe llegar en buena forma tanto física como competitivamente.
Otra de las expectativas apunta a ver si por fin, los contratados en Japón rinden y juegan con el “Cuba” de la misma manera en que lo acaban de hacer en su liga, de la cual varios terminaron campeones.
Y, aunque el concepto de equipo es mucho más que una sumatoria de estrellas, está claro que ellos deben ser la bujía, pues al ser los “mejores pagados”, deben ser los más motivados, mucho más porque están allá gracias a un contrato firmado a través de la Federación Cubana.
Habrá que esperar a que Cuba despegue en Corea del Sur para despejar estas y otras interrogantes, porque si bien el mánager Miguel Borroto ha dicho que los muchachos se ven “sin presión”, lo cierto es que esta no se puede medir por lo que hayan hecho en los partidos de preparación, donde se juega sin ella.
Precisamente en el Premier se disparan las tensiones no solo para Cuba, sino para el resto de los contendientes, si tenemos en cuenta que lo relevante del evento, más allá del título o las medallas, es que reparte solo dos cupos directos a los Juegos Olímpicos de Tokio entre las 12 selecciones que toman parte.
Para el director será el mayor de sus retos en un evento que le sopesará sobre todo su mentalidad y sus concepciones, lo mismo que al resto de sus antecesores. Al margen de que son la calidad y aptitud de los jugadores las que definen en un terreno de pelota, no pocas veces una decisión incorrecta sobre alineaciones, cambios, estrategias de juego, decisiones sobre los lanzadores… pueden marcar las pautas de un encuentro y también de un evento.
Tiene un elenco combinado de jóvenes, entre quienes cuenta el receptor Yunior Ibarra, y gente de experiencia, liderados por el espirituano Frederich Cepeda, a quien parece le revindicaron todos los agravios a raíz de su polémica exclusión del Cuba de los Panamericanos y ahora es, con justicia, el capitán del elenco. Parece, por los nombres, que la selección es versátil, rápida y fuerte, con hombres en el staff que habrá que saber mover según las circunstancias, más que por su historia, después de los nefastos ejemplos que hemos vivido.
Como ventaja de la selección cubana puede señalarse el hecho de marchar al sitio de competencia unos días antes del comienzo del torneo, lo cual le permite, al menos, una mejor adaptación.
Lo que sí se sabe es que, como le ha sucedido en los eventos de los últimos años, la selección nacional no tendrá rival fácil y para pasar la fase de grupos le será complicado, pues tiene que superar los escollos de Canadá, que nos ha ganado cada vez que ha querido; Australia, que no es segundo de nadie, y Corea del Sur, que es una de las potencias mundiales.
Si logra salir vivo de ese volcán, el elenco pasaría a la súper ronda con sede en Japón del 11 al 17 de noviembre.
Hasta entonces Cuba estará en vilo por ver si logramos jugar en Tokío 2020 y también para saber si recobramos el orgullo herido y la dignidad beisbolera.
Los saldos esperados,quiebran estrepitosamente.