Producción de carne de cerdo en Sancti Spíritus va de menos a más

En un año marcado por el déficit de alimento animal, Sancti Spíritus aporta la carne porcina comprometida en el plan, resultado impensable seis meses atrás

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El 94 por ciento de la carne porcina lo aporta el sector cooperativo y campesino, actualmente con más de 540 convenios. (Foto: José Luis Camellón/ Escambray)
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El 94 por ciento de la carne porcina lo aporta el sector cooperativo y campesino, actualmente con más de 540 convenios. (Foto: José Luis Camellón/ Escambray)

Cuando en la primera mitad del año la escasez de alimento animal casi se volvió un SOS para la crianza y ceba de cerdos ante la imposibilidad del país de garantizar el pienso industrial, pocos se aventuraban a pronosticar la transformación en una actividad que mayoritariamente está en manos del sector cooperativo y campesino sobre la base de recibir buena parte de la comida; sin embargo, los criadores y la Empresa Porcina hicieron malabares para, una vez asegurada la proteína, engordar el rebaño con las cosechas de la tierra, alcanzar buen peso promedio y eficiencia.

Tal fórmula no tiene nada de novedad para un criador de corral como Felo Cepeda, que nunca ha desperdiciado ningún rastrojo de viandas o grano de palmiche en los alrededores de Jarahueca; pero habría que preguntarle a ese cuarto bate de la ceba de cerdos, el fomentense Aris Espinosa, si pudo conciliar el sueño en todas las madrugadas del 2019 a sabiendas de su compromiso de responder por las 8 349 precebas convenidas.

Más que malabares, el mayor productor de cerdo de la provincia vivió apuros y desvelos, honró la contratación anual y, de un plan de 880 toneladas, acumulaba hasta mediados de diciembre más de 1 140, casi el doble del aporte del municipio de Jatibonico.

DE MENOS A MÁS

Hablamos de un renglón donde la demanda de carne fresca está, por mucho, delante de la oferta, pues más del 90 por ciento de la producción se destina a la primera prioridad: el Ministerio de la Industria Alimenticia (Minal), en nuestro caso la Empresa Cárnica; el resto de la producción se envía al Comercio, la Gastronomía y a los Mercados Agropecuarios Estatales administrados por Acopio.

En el año que termina la provincia inscribió un plan de 14 936 toneladas de carne de cerdo, cifra rebasada días atrás y, de acuerdo con los directivos de la rama, existen condiciones para tributar unas 1 000 toneladas de sobrecumplimiento, aunque el territorio se quedará por debajo de las entregas totales del año anterior.

No son los números los que van al plato ni las partidas destinadas a la venta directa permiten sostener la presencia en la red comercial a 16 pesos los 365 días del calendario; pero valga decir que la oferta a ese precio se ha vuelto más regular en la segunda mitad del 2019, con perspectivas de incrementarse en los días finales de diciembre.

Lo cierto es que materializar este encargo estatal ha sido similar a componer un rompecabezas.

“Tuvimos el último cuatrimestre del 2018 muy duro en la entrega del alimento —adelanta Rolando Pérez Sorí, director general de la Empresa Porcina Sancti Spíritus—. Durante casi todo este año ha sido también así, agravándose en esta última etapa; si comparamos los meses de septiembre, octubre y noviembre con igual período pasado, las estadísticas dan que hemos recibido 3 000 toneladas menos de comida y trabajado, solo en el mes anterior, con unos 14 530 animales más”.

Salir airoso en medio de tamaña encrucijada es, cuando menos, expresión de trabajo y compromiso, sostiene Pérez Sorí. “No ha existido otra vía que multiplicar el alimento alternativo, los productores le pusieron el pecho a la tierra, están sembrando mucha yuca, boniato y la empresa les ha garantizado la proteína    —soya—, ahí ha estado la clave de la recuperación y el cumplimiento; también ayudó mucho que retomamos la compra del cerco de traspatio, acción que nos tributó unas 4 000 toneladas”.

Otro escalón que ha permitido a la rama porcina sortear las limitaciones aparece en la reproducción, tanto que la entidad pasó de ser una de las que menos reproductoras tenía a nivel de país hace poco tiempo al grupo de la delantera en un frente decisivo; de ahí la garantía a la hora de entregar la preceba a los criadores, modalidad de donde sale el 70 por ciento de la carne.

Tampoco la siembra de cultivos diferenciados para la actividad porcina ha sido una obra de pura espontaneidad; hay un programa en el que se contabilizan más de 500 hectáreas dirigidas a ese destino; no obstante, a escala de sitierías es conocido que ante la falta de piensos, mucha comida de la destinada a la población ha ido a parar también a las cochiqueras.

“Aunque prevalece la deuda de comida con los productores, tampoco puede pensarse que la ceba ha sido solo a yuca y boniato; el hecho de haber garantizado la proteína y lograr una mezcla en el balance nutricional del animal ha sido también un resultado que aporta a este cumplimiento del plan de carne en medio de un panorama difícil; el otro trabajo ha estado en proteger la masa de las unidades que garantizan la reproducción y el reemplazo de las precebas”, acotó Yenier Pérez Remón, director técnico y de desarrollo en la Empresa Porcina.

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La ceba porcina descansa cada vez más en la siembra de cultivos dirigidos a ese objetivo. (Foto: José Luis Camellón/ Escambray)

TIMONEAR LA COMIDA

“La escasez de alimentos es grande, el que ha llegado se ha compartido entre los productores, es verdad que las siembras del campo me han sacado del apuro, pero el puerco sin la comida sólida que nos entrega Porcino no despega; a yuca y boniato solo no hay producción de carne”, expresó José Yoelbis Rodríguez Pérez, integrante de la Cooperativa de Créditos y Servicios Heriberto Orellana, en la zona de La Aurora, en Sancti Spíritus.

“He podido bandear la escasez porque los 500 puercos los he tenido escalonados de diferentes tamaños y voy timoneando la comida; oiga, es bravo amanecer con esos corrales llenos de animales y con poco que darles, muchos días de estar a la espera de que me llegue algo, otros de echar prácticamente yuca sola; así he salido adelante con 500 precebas en cada semestre”.

José Yoelbis no declara preferencias cuando se ve delante de sus contratos agropecuarios: “No es sencillo fajarse con una vega de tabaco de 300 000 posturas y 500 puercos; sí, hay que sembrarles yuca a los animales, pero eso lleva más tierra y, si me la entregan, por ejemplo, en la zona de Macaguabo, no me sirve porque estoy concentrado aquí; además, para buscarles comida a 400 o 500 puercos hay que sembrar La Trinchera, El Chambelón y La Aurora”, comentó finalmente, a propósito de que en lo adelante al productor le pedirán que garantice el 60 por ciento de la alimentación del cerdo.

José Luis Camellón

Texto de José Luis Camellón
Reportero de Escambray por más de 15 años. Especializado en temas económicos.

2 comentarios

  1. Soy porcicultor de 800 animales, y sería una locura pensar que a viandas (yuca y boniato) se logra un mayor peso promedio en el menor tiempo posible, no hay rentabilidad en la crianza, para criar solamente 100 animales hay que sembrar yuca suficiente, el cerdo necesita un balance proteico adecuado y que entre a la ceba lo más rápido posible, quien tiene que garantizar los alimentos en tiempo y cumplir lo contratado es la empresa porcina, que tiene un deuda enorme con los privados, lo que desaniman a todos y cada día se contrataran menos animales lo que al final habrá menos carne de cerdo para el cubano. Publiquen la realidad de lo que está pasando y no lo que los jefes digan al periodismo. Es fácil manipular al lector y la realidad es otra.

  2. En momentos de necesidad alimentaria y carencia de combustible se me hace descabellado alimentar los cerdos con viandas que pueden ser destinadas a la población. Cabe preguntarse: Estamos pensando y actuando como país??

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