Apenas rebasaba los 16 años cuando ya regalaba arte dentro de un aula. Poco tiempo necesitó para percatarse de que sus alumnos, incluidos algunos mayores que él en edad y tamaño, transformaban sus conductas y modos de expresión al adentrarse en los compases y demás manifestaciones artísticas. Supo, entonces, que formar a estudiantes en el ámbito cultural, incluso hasta “asaltar” los escenarios, era la única vía para canalizar sus sueños. Hacia allí dirigió el rumbo de su vida Pedro Jorge Sánchez, un auténtico formador de artistas.
“Vi que el trabajo cultural les resaltaba la autoestima. Cuando laboraba con ellos y lograba resultados, eran otros. Aprenden a ser mejores personas, pues para ser un artista hay que ser disciplinado, educado, estudioso, desenvuelto…”, dice este experimentado maestro de Música.
La primera gran experiencia resultó Juventud 2000, aquel grupo infantil que durante 28 años, sin academia teórica, fue capaz de arrastrar a multitudes por gran parte de la isla.
“Cuando llegó el momento en que ya la orquesta no podía seguir por la falta de instrumentos, decidimos parar y crear una compañía variada. Fue entonces que en el palacio de pioneros Los zapaticos de rosa, el 23 de octubre del 2000 le dimos vida a Haciendo futuro, un proyecto donde confluyen música, danza, magia, malabares…”, añade el profesor.
En la escuela especial Alberto Delgado, donde Pedro Jorge también enseña Artes Plásticas, se deja escapar la algarabía de la veintena de niños de la brigada artística que convida, muchas veces, a los mayores de 15 años que crecieron en ella —algunos profesionales en el sector artístico— para que los acompañen en las presentaciones.
“Muchos han llegado porque los propios padres perciben que tienen aptitudes. A otros los envían los maestros. Antes de entrar se les hace una rigurosa prueba porque nuestra brigada apuesta por un trabajo diversificado. Por eso nos han podido ver lo mismo en una gala político-cultural que en un carnaval”, refiere.
Haciendo futuro nunca dice no cuando se le llama, ¿por qué?
Cuando se gesta un proyecto infantil y se alcanzan los límites del trabajo técnico, si se pierden las oportunidades de presentación, se retrasa lo alcanzado. Llevas meses en la formación de un niño para que salga a escena, lo cual le da energías, por lo que precisa de una retroalimentación con el público para estimularlo a seguir. Al no promocionarlos, disminuyen sus intereses por el arte.
¿Cómo preparan los espectáculos?
“Los ensayos se realizan el sábado o el domingo, desde la una de la tarde hasta las cinco. Dos maestros, sin parar. Exige de mucho sacrificio, pues lo hacen después de una semana de escuela. El entrenamiento es fuerte, pues lo mismo cantan, bailan, actúan o hacen magia y telepatía…”, alega.
Dicha particularidad se robó el show el pasado 20 de octubre en el Teatro Principal, de Sancti Spíritus, donde se mostraron fragmentos de estos 19 años de vida de esta brigada artística. Momento propicio para que merecieran las ovaciones y el reconocimiento oficial del Sectorial de Cultura y Arte por tanta entrega.
“Contamos desde el primer día con el apoyo del departamento de Cultura Comunitaria y la Organización de Pioneros José Martí. Gracias a ese respaldo y nuestra constancia en el trabajo hemos podido participar en jornadas de gran convocatoria como la Feria Internacional del Libro y las Lunas de Invierno, además de visitar varias comunidades de la provincia.
Muy cerca Mélani, Guillermo y César Alberto, algunos de los infantes de esta nueva hornada de Haciendo futuro,siguen cada una de las palabras de Pedro Jorge Sánchez. Son cómplices de las horas de ensayo, los desvelos de los padres para la confección de los vestuarios y maquillajes, las meriendas, la preocupación cuando algún integrante no viene porque está enfermo…; son una gran familia.
“Este trabajo se hace con amor porque si no, no sale. Los niños evalúan constantemente el comportamiento de quienes les rodeamos y reconocen cuánto se les entrega. Cuando se les lleva bien de la mano avanzan sin problemas. Y lo más importante: hay que seleccionar a quienes tienen las condiciones para que el trabajo salga espontáneo y se diviertan”, asevera.
¿Estará por muchos más años Haciendo futuro?
“Ya me quedan nueve años para la jubilación. No sé si tenga fuerzas para seguir; aunque, pensándolo bien, creo que sí”, concluye justo cuando la conga arrolladora nos regala un verdadero espectáculo.
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