En el acto central por el aniversario 60 del Triunfo de la Revolución, el General de Ejército y Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba expresó sentirse profundamente satisfecho, feliz y confiado al ver con sus propios ojos como las nuevas generaciones asumen la misión de continuar el legado
«No vengo aquí a hablar a título personal. Lo hago en nombre de los heroicos sacrificios de nuestro pueblo y de los miles de combatientes que han entregado sus vidas a lo largo de 150 años de lucha».
Así comenzó su discurso el General de Ejército y Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro Ruz, ante la tumba de su hermano Fidel y en el cementerio donde se veneran los restos inmortales de muchos de los mejores hijos de la Revolución, cerca de la tumba del Héroe Nacional.
Raúl significó que el destino les haya reservado el privilegio de poder reunirse un día como hoy, al conmemorar seis décadas del triunfo revolucionario, ocasión en que bajo al mando de Fidel, el pueblo cubano alcanzó por primera vez el poder político.
«Los mambises sí pudieron entrar victoriosos a Santiago de Cuba, coincidentemente 60 años después de que se instaurara el dominio absoluto del imperialismo norteamericano sobre Cuba».
Quien fuera el presidente cubano desde el 2008 hasta el 2018 rememoró que hace pocos meses, en La Demajagua, se conmemoraba el aniversario 150 del inicio de las guerras por nuestra independencia, el 10 de octubre de 1868, fecha que marca el comienzo de nuestra.
Ante los asistentes al acto, en el cementerio de Santa Ifigenia en la Ciudad Héroe, Raúl reconoció que la Revolución revivió en 1895 gracias al genio de José Martí para aglutinar a los mejores y experimentados jefes de la contienda de los diez años y preparar la guerra necesaria frente al colonialismo español.
Aseveró el General de Ejército que la victoria sobre el colonialismo español fue usurpada por la intervención norteamericana y la ocupación en el país, dando paso a un periodo de opresión y de gobiernos corruptos, fieles a sus designios hegemónicos, «y ni siquiera en esas circunstancias, se apagó la llama redentora del pueblo cubano, puesto de manifiesto en figuras como Julio Antonio Mella, Carlos Baliño, Antonio Guiteras, Rubén Martínez Villena, Jesús Menéndez y otros que no se resignaron a vivir en afrenta y u oprobio sumidos.
Se refirió a los momentos en que la llama redentora, relevada ya en los jóvenes del centenario, pudo haber fracasado. A cien años del natalicio de Martí con crímenes y abusos de una tiranía sangrienta, expresó, sobrevinieron momentos de profundo dolor y tristeza, refiriéndose a la aparente derrota de la acción inicial del 26 de julio. Sin embargo, aseguró, sirvió para preparar la próxima y decisiva etapa de batalla.
La naciente etapa de luchas no fue menos difícil, rememoró el General de Ejército. Tras la azarosa travesía del Granma, y la batalla de Alegría de Pío, «cuando nos reencontramos con apenas siete fusiles, Fidel expresó Ahora sí ganamos la guerra».
La derrota de la gran ofensiva de las tropas batistianas fue otro momento decisivo que marcó el inicio de la contraofensiva estratégica y la toma del poder revolucionario, y que condujo a ese enero de 1959, afirmó Raúl en su discurso, repasando los hitos revolucionarios.
La cita a Fidel se impone al repasar este momento en que la Revolución alcanza el triunfo, en aquel enero de 1959: La tiranía ha sido derrotada, la alegría es inmensa, y sin embargo, queda mucho por hacer todavía. No nos engañamos creyendo que en lo adelante todo será fácil, quizás en lo adelante todo será más difícil.
Se iniciaba una etapa de lucha, recuerda el General de Ejército con especial emoción.
Se refirió como otra innegable victoria ante los poderosos intereses económicos de la burguesía criolla y el poder norteamericano con la firma de la Ley de Reforma Agraria, en los inicios mismos de la Revolución triunfante.
Todo tipo de agresiones y amenazas llegaron para la Revolución entonces, aseguró.
Entre esas nuevas agresiones que atravesó la Revolución, Raúl se refirió de manera especial al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de Estados Unidos, y a las acciones para denigrar a la Revolución.
La crisis de octubre en 1962, cuando Estados Unidos pretendió invadir militarmente a Cuba, fue una etapa heroica que el proceso revolucionario debió atravesar con la mayor inteligencia, recordó.
«El pueblo heroico de ayer y hoy comprometido con ideales y obra de la Revolución, que suma cuatro generaciones de cubanos, ha sabido resistir durante seis décadas la obra del imperialismo…» afirmó.
Un momento de intensa lucha y resistencia como fue el Periodo Especial ocupó otra etapa del discurso, en su paneo histórico a la resistencia revolucionaria:
Durante el periodo especial, refirió, solos en medio de occidente, sí se pudo soportar y vencer el reto sin violar ni uno solo de los principios éticos y revolucionarios. Ahora nuevamente el gobierno norteamericano no deja de presentarse como una amenaza de la región, enfatizó, recordando que los desafíos, no han cesado.
Afincado ya en la reflexión de una actualidad llena de riesgos y amenazas de vuelta de la derecha, el General de Ejército expresó que despiadadas políticas neoliberales provocan la pobreza en la región…
«Precarias condiciones de salud, educación y viviendas para las mayorías… Provocar limitaciones adicionales en el consumo y comercio del pueblo, frenar el flujo de la inversión extranjera», denunció, son las eternas maniobras contra las revoluciones de izquierda.
A sesenta años del triunfo revolucionario podemos afirmar que estamos curados de espanto. La unidad del pueblo es una… si ayer éramos unos pocos, hoy somos un pueblo defendiendo su revolución.
El pasado 26 de julio, expliqué que después de un escenario adverso, señalé la convicción que se estrechara el cerco imperial ante Venezuela, Nicaragua y Cuba. Hoy los hechos han ratificado esa afirmación.
Otros intentos son los procesos judiciales amañados y las campañas políticas contra organizaciones de izquierda, reflexionó, asumiendo como parte de nuestra Revolución las luchas latinoamericanistas.
«Así lograron encarcelar al compañero Lula Da Silva», aseguró Raúl, mientras aprovechó la ocasión para convocar a la unidad de la lucha de todas las fuerzas izquierdistas de la región por esta causa.
«Que cesen los ataques a Dilma Rousseff y Cristina Kirchner». Asimismo, expresó su compromiso con seguir luchando por la región, «lo seguiremos haciendo por encima de riesgos y dificultades».
«Ninguna amenaza nos hará desistir de la solidaridad con la hermana República de Venezuela, enfatizó. A la vez denunció los ejercicios militares desestabilizadores en la zona fronteriza de esa hermana nación.
El compromiso cubano con estas luchas regionales, quedó resumida en una sentencia del discurso que asegura la postura cubana. La mayor enseñanza de los revolucionarios y gobiernos progresistas es no descuidar jamás la unidad con el pueblo y no dejar la lucha por los oprimidos por difíciles que sean las circunstancias.
La guardia revolucionara no se descuidará jamás, agregó, continuaremos priorizando las tareas para la defensa, partiendo de la concepción estratégica de la guerra de todo el pueblo…afirmó, recordando la disposición combativa y defensiva propia de la Revolución a lo largo de su historia.
Enfocado en momentos actuales del país, Raúl se refirió a las afectaciones por el recrudecimiento del bloqueo y señaló las afectaciones monetarias para Cuba.
En el tema de la economía, apuntó, los cubanos debemos en primer lugar reducir todo gasto, incrementar exportaciones, y potenciar la inversión extranjera, precisó que se requiere una actitud más proactiva, inteligente y concreta de los dirigentes, con respuestas ágiles y eficientes.
Las acciones acometidas por el compañero Díaz-Canel, incluyendo el consistente trabajo basado en el intercambio directo con el pueblo, la producción de la rendición de cuentas de los dirigentes mediante los medios de prensa y las redes sociales así como el control sistemático de los principales programas de desarrollo y el fomento de una dirección colectiva, fueron valoradas por él como un proceso en que las principales responsabilidades marcha bien, y se expresó seguro de que así continuaremos.
Aquellos jóvenes que tuvimos entonces el privilegio de combatir bajo el mando de Fidel hace más de 65 años, recordó, en todas las epopeyas revolucionarias, junto al heroico pueblo cubano nos sentimos profundamente satisfechos, felices y confiados al ver con nuestros propios ojos como las nuevas generaciones asumen la misión de continuar el legado.
Sin embargo, la Revolución no ha envejecido, sigue siendo joven, y no es una frase retórica, es una continuación histórica, ya que desde los primeros momentos sus protagonistas han sido los jóvenes, aseguró emocionado.
En plena seguridad del papel de las nuevas generaciones, Raúl aseguró que esta Revolución sigue siendo de los humildes, con los humildes, y para los humildes.
Con motivo del próximo referendo de la Carta Magna cubana, el General de Ejército aseguró que la consulta popular fue evidencia del carácter democrático de la Revolución, en que el aporte de todos los cubanos es primordial.
Solo deseo añadir la seguridad de que una vez más nuestro noble y aguerrido pueblo demostrará en las urnas el respaldo a la Revolución y al socialismo, en un contexto, refirió, de aniversario especial, de luchas, sacrificios, esfuerzos y victorias de un país que calificó dueño de su destino. «Con total optimismo y confianza en el futuro vuelvo a exclamar Viva por siempre la Revolución cubana» concluyó.
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