Estudiantes, trabajadores y movimientos sociales salieron a las calles en al menos 24 estados de Brasil para protestar contra el Gobierno por el recorte de fondos en la educación y la impopular reforma en la seguridad social.
En Brasilia, el llamado tsunami educativo, que se agregó al último día de la Primera Marcha de Mujeres Indígenas, se concentró frente al Museo de la República, en la Explanada de los Ministerios, y desde allí partió hacia el Congreso Nacional, portando franjas y carteles contra las políticas del Ministerio de Educación.
De lo alto de un vehículo de sonido que acompañó la marcha, los oradores se manifestaron a favor de más inversiones en las universidades públicas y sobre el riesgo de que el recorte de fondos en educación, determinada por el presidente Jair Bolsonaro, inviabilice las investigaciones desarrolladas en los campus académicos.
También impugnaron el proyecto de reforma del régimen de retiro que modifica la edad mínima para el acceso a la jubilación. Tras ser aprobada en segunda vuelta en la Cámara de los Diputados, la cuestionada iniciativa se discute ahora en el Senado.
Según los organizadores, en 150 ciudades brasileñas se repitiendo las manifestaciones del 15 y 30 de mayo, y los jóvenes rechazaron los recortes presupuestarios en educación, ordenados por el ministro Abraham Weintraub, y el proyecto Future-se que condiciona la financiación de la universidad pública a intereses comerciales.
‘Este proyecto no fue debatido… En esencia, significa un descargo de responsabilidad estatal de financiar la universidad pública. Quieren aumentar la financiación privada para hacer que la universidad dependa de los negocios’, dijo ante a miles de personas en la avenida Paulista, en Sao Paulo, el presidente de la Unión Nacional de Estudiantes (UNE), Iago Montalvão.
La educación permite el pensamiento crítico. Los gobiernos autoritarios no apoyan a una población crítica. Atacan a la universidad para destruir a la ciencia también, remarcó.
Para el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, en Sao Paulo, Douglas Izzo, ‘los recortes representan el desmantelamiento, la disminución de las condiciones de trabajo de los profesionales de la educación es un revés para la educación brasileña.
Y el conjunto de políticas de lo que presenta el Gobierno Federal (…) resulta lamentable, porque la educación es un sector estratégico para que un país supere problemas y avance’, subrayó el dirigente.
Estudiantes e integrantes de movimientos populares ocuparon las calles del barrio de Higienópolis, en la región central.
En el interior del estado, las ciudades de Sorocaba, Presidente Prudente, Jundiaí, Ribeirão Preto, Campinas, Jaboticabal, Santos, Araraquara, Río Claro y San Carlos tuvieron protestas.
También hubo actos en Petrópolis, Teresópolis, Nova Friburgo y en Fortaleza (Ceará).
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