Sancti Spíritus: Mosquitos sueltos; negligentes tras las rejas

Esa mañana cuando las bazucas la encañonaron la señora aquella ya tenía la llave en el bolsillo, la puerta cerrada a cal y canto y una determinación: “No hay fumigación que valga”. En otra manzana, el hombre aquel con la fiebre ardiendo hasta en los termómetros y los mosquitos picando por todos lados había dicho: “No ingreso”.

Tales negativas a efectos legales vienen a ser un delito; sobre todo en estos tiempos de epidemia de dengue: municipio de Sancti Spíritus en trasmisión —antes han sido Trinidad, Cabaiguán…—, en junio más de 1 000 pacientes diagnosticados con la enfermedad, en lo que va de año 220 casos graves ingresados en terapia.

De ahí que por propagación de epidemias —como se reconoce tal delito en el Título 3, Capítulo 5, Artículo 187 del Código Penal— se han radicado solo en el municipio cabecera, en este primer semestre del año, seis denuncias: cuatro personas a disposición ya de los tribunales y dos, en proceso investigativo.

Lo atestigua Abel Moya Monzón, fiscal y especialista de Procesos penales de la Fiscalía Provincial: “En tres apartados establecidos en el Código se hace mención a diferentes acciones que clasifican como delito. Según los hechos en los que se incurra, las sanciones a imponer por el Tribunal pueden ser privación de libertad de tres meses a un año; o multas de 100 a 300 cuotas o ambas; o en los casos en que se pruebe que maliciosamente se propague o se facilite la propagación de enfermedades se puede privar de la libertad de tres a ocho años.

“Toda persona que viole las disposiciones sanitarias en cuanto a enfermedades trasmisibles son objeto de este delito. Las conductas que se manifiestan es la negación a colaborar: no fumigar, desacuerdo a eliminar cualquier tipo de vertedero, salidero o depósito donde puede proliferar la enfermedad, los síndromes febriles que se niegan a ingresar…; todos inciden en esta conducta que es intencionada”, afirma Moya Monzón.

No es de ahora, asegura el fiscal que en otros años y en otros lugares, como Trinidad, algunos ciudadanos han sido sancionados por estos hechos. Y el cerco legal al Aedes se aposta por todos lados. Tanto que Salud impone —según Manuel Rivero Abella, director provincial— entre 40 y 45 multas diarias, ya sea por aparición de focos dentro de las viviendas o por riesgos ambientales.

“En junio —señala la fuente— se aplicaron más de 30 medidas administrativas por descontroles en la cadena de mando y por no realizar las funciones establecidas. Además, se denunciaron ante los tribunales nueve personas —donde están implicados trabajadores del sector y de las empresas movilizadas— por fraudes, sobre todo en la fumigación, en el área norte y centro”.

Si alrededor del 80 por ciento de los focos se detectan dentro de las viviendas, si la provincia sigue siendo la de mayor tasa de incidencia del país, si muchos callan y se internan bajo un mosquitero en la casa…; mientras el mosquito ande suelto, cualquiera puede parar tras las rejas.