De solo escuchar el objetivo que persigue el programa de dignificación que acomete el Grupo Tabacuba en su infraestructura: mejorar continuamente las condiciones laborales de los trabajadores para consolidar los resultados y crear valores, se entiende su utilidad. Se trata de transformar un escalón productivo con extrema dependencia del trabajo manufacturado a lo largo de todo el ciclo de cosecha, beneficio y torcido.
No hace falta retroceder muchos almanaques para avistar que las instalaciones por donde transita la hoja después que sale de la casa de curación, también recibieron el impacto de la escasez de recursos, en varias de ellas sobrevino el deterioro y menguaron en muchas las facilidades para el trabajo.
Para bien de una rama ligada directamente a la exportación, nació en los últimos años un proceso dirigido a cambiar el soporte estructural que participa en el esquema poscosecha, que incluye desde la mesa de trabajo, el baño, el comedor y el almacén, hasta los sistemas de pago, la contabilidad y la producción. La dignificación, más que necesaria, se tornaba una urgencia de cara a los crecimientos agrícolas de la hoja y a la inestabilidad laboral que empezó a manifestarse en detrimento del torcido.
OTRA ESCOGIDA
Teodoro Piñero Expósito, despalador en el taller escogida R-CH-1, en Cabaiguán, aprecia la dignificación desde su trayectoria de un cuarto de siglo en el sector. “Al fin se acordaron de esta infraestructura, esta parte se había quedado un poco atrás, son instalaciones antiguas donde las condiciones no eran las mejores en la ventilación, los baños, el agua; hoy tenemos otra escogida, antes para almorzar nos tirábamos en el piso por un rincón, ahora da gusto sentarse en ese comedor. Hay condiciones para rendir más en el trabajo, también pienso que el salario debe mejorarse”.
La única escogida de la localidad —existe otra en Guayos con mayor capacidad— exhibió durante años el traje de la ruina y su deterioro se agravó al paso del huracán Irma; desde junio pasado reabrió sus funciones para bien del proceso de beneficio, la economía y el colectivo.
Alexander Francisco Hernández, administrador del centro cuya función define la compra del tabaco al productor, el almacenamiento y el despale para luego pasarlo a la planta de proceso, el último ciclo que antecede al torcido o la exportación en rama, explica:
“Puede ser esta una de las unidades más favorecidas por la dignificación, estuvimos trabajando un tiempo en otro local, en junio regresamos a la instalación tradicional y te puedo asegurar que no hay comparación, todo mejoró, taburetes nuevos, tablas nuevas, una estética diferente, estábamos acostumbrados a trabajar en un lugar feo, todavía puede faltar algo, pero el cambio ha sido grande”.
Luego de 32 años de trabajo, Rosalina Cubilla Albiza puede escribir las memorias de la escogida de Cabaiguán. “El cambio es de la noche al día, solo te voy a decir que antes no me daban ganas de venir, lo hacía porque tenía que ganar dinero; ahora me da mucha satisfacción llegar aquí todas la mañanas”.
SOSTENER LA DIGINIFICACIÓN
De poco serviría tanta inversión y progreso si las mejoras laborales introducidas en las instalaciones del sector no se sostienen y perduran. Por eso Esther Urías Llanes, trabajadora de la escogida, recalca que “todo lo que se ha hecho hay que cuidarlo como si fuera en nuestra casa, no podemos dejar que se deteriore nada porque los primeros perjudicados seríamos nosotros mismos, lo que se hizo en esta unidad te lo resumo en una palabra: maravilloso”.
Según la información del área de Capital Humano de la Empresa de Acopio y Beneficio de Tabaco Sancti Spíritus, las 13 instalaciones de la entidad han realizado acciones de reconstructivas y mejoras laborales como parte del proceso de dignificación, cuya finalidad persigue tener más tabaco, elevar la calidad, incrementar las exportaciones y aumentar los ingresos financieros del país.
Además de la escogida de Cabaiguán, son apreciables las mejores condiciones introducidas en unidades como la escogida de tabaco tapado en Jíquima y la de servicios técnicos que se encarga de atender la base productiva en perfiles tan necesarios como la reparación de la maquinaria y las turbinas.
Para que el atinado programa que implementa el sector sea coherente con toda la cadena del rubro exportable, nada más lógico que ese impacto se exprese también en la cooperativa y el productor en virtud de integrar a todos los eslabones en función del incremento productivo y la eficiencia.
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