El presidente de la Cámara de Representantes de Haití, Gary Bodeau, despejó las dudas y reveló este 30 de julio que la sesión de acusación contra el mandatario Jovenel Moïse se realizará antes de la ratificación del Gobierno.
Bodeau señaló que esta reunión fue solicitada por los miembros de la
oposición, que firmaron una moción presentada en el buró de la Cámara Baja.
A inicios de junio, unos 20 diputados enviaron una misiva al legislador
instándole a presentar una acusación contra el jefe de Estado, por supuesta
malversación de fondos públicos.
La denuncia sucedió a la divulgación de un informe del Tribunal de Cuentas que
implica a varios exfuncionarios gubernamentales y directivos de empresas,
relacionados con contrataciones de proyectos incompletos o que nunca se
realizaron.
Aunque Moise cuenta con mayoría en ambas ramas del Parlamento, la sesión podría
encender las alarmas, sobre todo por la tensa situación política que
experimenta el país y la multiplicación de demandas de renuncia al mandatario.
La reunión, además, alargaría la ratificación del nuevo Gobierno, integrado por
ministros con poca experiencia en la arena política, y postergaría la
implementación de medidas urgentes para sortear la actual recesión económica.
Ya el jefe de Estado alertó sobre la necesidad de aprobar al nuevo gabinete que
desbloqueará el presupuesto, así como los millones de dólares en fondos internacionales
para apoyar a la población.
Sin embargo, la oposición insiste en que el primer paso para mejorar la vida de
los millones de ciudadanos es la renuncia del gobernante y la instauración de
un gobierno de transición, así como la celebración de una Conferencia Nacional.
El Fórum Económico del Sector Privado, sin hablar de dimisión, presentó la
víspera el Marco de intercambio para una salida de la crisis, instrumento que
algunos interpretan como una propuesta post-Jovenel.
Sus autores, entre los que figuran actores políticos, económicos y sociales,
pero sin representación gubernamental, destacaron que el país ‘no ha sido
gobernado desde los disturbios del 6, 7 y 8 de julio de 2018’, cuando cientos
de manifestantes arremetieron contra instituciones privadas y públicas por el
alza de los precios del combustible.
Señalaron que la actual situación agrava el sufrimiento de los más vulnerables,
que se enfrentan a la pobreza y a la guerra de bandas en el territorio
nacional, sin que las autoridades puedan controlarlas.
El actual panorama tensa más la cuerda sobre el presidente Jovenel Moïse que
pierde aliados, aunque aún cuenta con el polémico respaldo de la comunidad
internacional, en especial del gobierno norteamericano.
Lastima lo de Haití son un pueblo muy trabajador, se merecen algo mejor para sus vidas. Ya han sufrido mucho. Que Dios se apiade de ellos. Abajo los gobiernos corruptos