Si bien el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, no fue invitado a la cumbre del G-7 que comienza mañana en Biarritz, Francia, la política antiambientalista que él defiende lo hará presente, en medio de un incendio sin precedentes en la Amazonía.
La víspera, Emmanuel Macron, el jefe de Estado francés y anfitrión del foro de los poderosos, calificó de crisis internacional lo que ocurre en la selva del país sudamericano.
“Nuestra casa arde. Literalmente. La Amazonía, el pulmón de nuestro planeta, que produce el 20 por ciento de nuestro oxígeno, está bajo fuego”, escribió en Twitter, generando la cólera de Bolsonaro.
Macron instó en la red social a los mandatarios de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Italia, Japón y Reino Unido a abordar el desastre en la reunión prevista hasta el lunes. “Miembros del G-7, nos vemos en dos días para hablar de esta urgencia”, subrayó.
El presidente brasileño reaccionó calificando la postura de Macron de colonialista, e intentó sumar voces con el argumento de que no debería discutirse el asunto sin las naciones de la región presentes.
Tiene razón Bolsonaro en lo de la mentalidad colonialista, porque la misma fue y es una verdad en el actuar de integrantes del G-7, pero viniendo de un político de extrema derecha subordinado a intereses de los ricos, la crítica no le encaja mucho.
No será el mandatario brasileño el único en el banquillo de los acusados en Biarritz, porque aquí estará su par estadounidense, Donald Trump, un detractor del cambio climático que retiró a Washington del acuerdo de París.
Tal vez dentro del G-7 no habrá fuertes denuncias contra los que contaminan y anteponen las ganancias de las transnacionales a la salud del planeta, pero de eso se encargará la contra-cumbre.
En los últimos días, miles de pacifistas, ambientalistas y defensores de un mundo mejor han llegado a las inmediaciones de esta suroccidental ciudad para rechazar el encuentro de los poderosos.
Conferencias, talleres y manifestaciones convocadas por decenas de organizaciones buscan condenar al capitalismo y sus males, como la destrucción del planeta, las guerras, las desigualdades y las crisis económicas y migratorias.
Aunque criminalizados, la inmensa mayoría vino hasta aquí para recordarle de forma pacífica al G-7, que digan lo que digan sus miembros, la verdad es que son responsables de todo esto.
FIN DEL MUNDO O INVOLUCION DEL HOMBRE
La naturaleza reunió a todos los animales
en los momentos finales del mundo y le preguntó:
quien de ustedes agotó los recursos naturales,
quien con sus aptos brutales provocó el fin de la vida
y una palomita herida surgió entre los animales
Ese que nada perdona y al ser humano apuntó
y un caballo susurró… será verdad que razona,
entonces dijo una mona luego de plasmar su nombre:
el mundo que no se asombre, pido perdón a la vida
juro estar arrepentida “de haber surgido del hombre.”
En eso habló el presidente de los EE UU
se asombran los reunidos y se enrarece el ambiente,
que animal tan indecente, que torpe, que criminal
y era el Águila imperial que indignada preguntaba
por qué se le vinculaba con semejante animal.
Fue el burro el más absoluto al hablarle a sus iguales,
de todos los animales resurta el hombre el más bruto,
yo eso se lo discuto con ejemplos a cualquiera,
el ser humano es la fiera que causó esta situación
sembrando la destrucción y la muerte por do quiera.
Extinguió especies enteras, todo lo dilapidaron
y entre ellos se mataron como verdaderas fieras.
armas potentes, certeras, para matar idearon,
por miles las fabricaron, sin límite, sin medida
acabaron con la vida y con el mundo acabaron.
Si alguna vez en la tierra, en el cielo o en el mar
la vida vuelve a brotar…por favor, que no haya guerra,
eso lo escribió…una perra y todos la secundaron
y con su firma gravaron una tarja que decía:
aquí existió vida un día y los hombres la acabaron.