Cuando se habla de gastronomía en el país está claro que tenemos mucho terreno por recorrer en aras de alcanzar la eficiencia, control y disciplina. Sin embargo, con la premisa de que al socialismo no le sobra nadie, a ese sector, rectorado por el Ministerio del Comercio Interior, le nació una obra por excelencia humana: el Sistema de Atención a la Familia (SAF).
Se trata de una acción que vio la luz en 1998 en aras de favorecer a un sector de la sociedad en situación vulnerable, que no por reducido deja de importar. Se conecta, además, con la actual dinámica demográfica, pues muchos de los que se benefician con este servicio de alimentación especial son adultos mayores.
Hoy, a precios razonables, en 1 437 establecimientos, distribuidos en todos los municipios del país y en las zonas del Plan Turquino, se favorecen de este programa 71 674 cubanos, según dijo a Granma Sonia Mantrana Expósito, directora nacional de Gastronomía del Ministerio del Comercio Interior.
En condiciones confortables, las personas de bajos ingresos que acceden a estos recintos para complementar su alimentación disfrutan de variedad de platos, asentados en la tradición culinaria del país, para lo cual el Ministerio de Economía y Planificación proporciona recursos y alimentos y cada territorio dispone de un presupuesto asignado para este tipo de programa.
Los caminos para acceder al saf son varios. Las peticiones llegan mediante el trabajador social de la comunidad, la dirección de la Juventud y el Partido, el delegado del Poder Popular y hasta de los propios comedores. Una vez que se recogen las propuestas y se realiza la caracterización, el Consejo de la Administración Municipal (CAM) evalúa cada solicitud y da el visto bueno a la lista de los censados. Hay prioridad para los casos sociales, discapacitados, jubilados, personas de la tercera edad que viven solas, embarazadas con riesgo y, en sentido general, todo aquel que no puede acceder de manera independiente a la elaboración del alimento.
También se verifica si el ciudadano cuenta con los recursos económicos para costearse la prestación, y ahí es donde interviene el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), al aprobar una chequera mensual para aquellos que se declararon como insolventes; tal subvención económica es independiente de la pensión que puede recibir el ciudadano por su jubilación o por la asistencia social. El subsidio solo deja de ser válido cuando se comprueba que las condiciones que dieron origen a la protección se han modificado.
En Cuba todos contamos y por eso es obligación de administraciones, Gobierno y población en cada territorio obrar cual centinela alerta por el buen funcionamiento de esta otra arista de la Gastronomía, que distingue a una sociedad como la nuestra.
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