Lo que va a suceder en Bolivia es difícil decir, todo puede pasar: debilitamiento por temor, o quiebre de tolerancias que desate una ola de demanda de desagravio, dijo este 19 de noviembre el exvicepresidente boliviano Álvaro García Linera.
En una
entrevista que publica hoy La Jornada digital, el exdirigente político señala
que no cabe la menor duda de que definitivamente Washington está detrás del
golpe. No hay otra manera de explicar todo lo que ha sucedido más que en
términos de influencias externas, de presiones externas.
El dinero para sobornar a los mandos policiales y militares y financiar un
conjunto de protestas al estilo de las clases medias tradicionales que se
hacían en Chile contra Allende en los años 70, no salió de los empresarios
locales, ha venido del exterior, aseguró.
García Linera consideró que el golpe cívico,policial, militar no está
consolidado. En lo formal, hay un gobierno dividido. El Ejecutivo con los
golpistas. El Legislativo, tanto Cámara de Diputados como de senadores, con
nosotros; tenemos dos tercios en ambas cámaras.
Ninguna ley de convocatoria de elecciones, de nombramiento al nuevo tribunal
puede hacerse sin la Asamblea, a no ser que rompan cualquier bipartidismo
democrático y se gobierne por decreto, deshaciéndose de la Asamblea.
Por lo tanto, insistió, todo puede suceder: o debilitamiento por temor, o
quiebre de tolerancias morales de los afectados que desate una ola generalizada
de demanda de desagravio, de reconocimiento, de justicia. Las dos salidas son
probables.
Dijo que en medio de la situación está una negociación que se quiere iniciar
con Naciones Unidas, embajadores, gobierno y nosotros, en la búsqueda de
pacificación. Todos los sectores tienen un tipo de fuerza, de temores, de
cohesiones, de divisiones. La correlación de fuerzas se mueve con fluidez.
No me atrevo a decir qué sucederá, expresó. Pero, quiero, otra vez, mostrar mi
admiración por la valentía de esas mujeres, jóvenes, de esos hombres que
marchan con pecho descubierto, con petardo, con un palo, para enfrentar fusiles
de asalto, Kaláshnikov, tanques que están al frente, helicópteros y
francotiradores.
Carlos Mesa, Luis Fernando Camacho y el mando policial y militar actual están
bañados de sangre. Esa sangre nunca podrá ser borrada. Están dispuestos a matar
para mantener el capricho de su voluntad. La historia recordará a Mesa no como
un mediocre o un tibio liberal, sino un consumado golpista, denunció.
Está claro que, muy por encima del mando nacional, hay una fuerza que está
conduciendo todo. No habría otra manera de explicar los riesgos que están
corriendo los actuales mandos policiales, militares y políticos con su aventura
golpista.
Hubo matanza. Ningún mando policial ni militar actúa así, dispuesto a correr el
riesgo de ser enjuiciado por genocidio en los siguientes años, si no tuviera
respaldo de una fuerza superior. Citó a la acción de la OEA de sumarse al golpe
e intentar legitimarlo.
La OEA no actúa sola, como una voluntad de países soberanos. Actúa como mandato
de un país extranjero. Estados Unidos es el que paga los viajes.
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