Los residentes de Trinidad, declarada por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad, festejaron este martes el primer aniversario de la proclamación de la villa como Ciudad Artesanal del Mundo.
Las principales calles empedradas de la tercera villa cubana fundada por los españoles en 1514, en el centro-sur de la isla, están convertidas en un museo a cielo abierto, donde los artesanos trabajan, exponen y comercializan sus creaciones.
Al alcance de los parroquianos y turistas están sus obras, pinturas y la lencería a través de bordados, tejidos, y colores; también se ofrecen encuentros teóricos y talleres.
El Proyecto Urdimbre, desarrollado por diversas generaciones de creadores que lograron con sus manos obras de arte, abrió el camino para que los trinitarios se convirtieran en los primeros en lograr la condición de Ciudad Artesanal en Cuba.
Los ancestros se hicieron acompañar del guano de yarey para tejer sombreros, serones (para llevar la carga en caballería) y jabas- y del barro utilería hogareña ?jarrones, vajillas y adornos-, para dar paso a las creaciones en tejidos.
Son de singular majestuosidad las tallas en madera, la forja en diversos metales, en especial el hierro y el bronce que sirvieron para fundir verjas y campanas que en la actualidad lanzan sus clamores en diversas horas del dia.
Lo más relevante en el siglo XX y principio del XXI de la comunidad, son las manualidades inigualables deshilados, bordados, tejidos, que permitieron mantener la economía familiar y trascender las fronteras del país.
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