Cuando a Fidelina Abstengo Valle le confirmaron que tenía una lesión maligna en la mama ya lo sospechaba. El día aquel había levantado el brazo izquierdo, lo había puesto detrás de la nuca y se había examinado el seno por pura rutina. Tocó y tocó y aquella bolita apareció inesperada.
“Me vieron allá en Guasimal, donde yo vivo, y enseguida vine para acá para el Hospital Provincial. Llegué aquí el 23 de abril y me hicieron VAF y todo y me pusieron los sueritos de lo más bien y ya estoy lista para operarme. Con mente positiva vine para acá y encantada de la vida que estoy”.
Tal diagnóstico le llegó a los 60 años, cuando ya había trabajado más de dos décadas como auxiliar general en los salones de operaciones del Materno Provincial. Y ha sido difícil, no solo por las sesiones de quimioterapia que recibió cada 21 días, sino también por la complejidad del caso.
“Fidelina tiene además una aneurisma de la aorta abdominal —especifica a su lado la doctora Yania Jiménez Madrigal, especialista de segundo grado en Oncología—, por lo que en un momento ni soñamos que podría sobrevivir a la quimioterapia. Presentaba un tumor muy avanzado en etapa 3”.
Y lo hizo a empuje de fuerza de voluntad, con el sostén de la familia y de los médicos que la han levantado cuando el desánimo ha minado tanto. Fidelina es una entre las más de 250 mujeres espirituanas que se diagnostican cada año con cáncer de mama en el servicio de Oncología del Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos.
“Hay una tendencia a la incidencia de casos nuevos en edades más tempranas de la vida —asegura Jiménez Madrigal, también profesora auxiliar, máster e investigadora agregada—. Se diagnostican de manera tardía en etapas avanzadas de la enfermedad muchachas entre 20 y 30 años cuando esta patología siempre ha sido característica de la cuarta década de la vida”.
En ese auscultar diario caso a caso han ido hallando, quizás, las causas: las debilidades en la Atención Primaria de Salud que coartan la detección precoz, el aumento de los factores de riesgo como la no lactancia materna, el abuso de anticonceptivos orales, la nuliparidad…
“Están incidiendo también los hábitos alimenticios, el alcoholismo y el tabaquismo en edades cada vez más jóvenes”, recalca la galena.
Por eso advierten los especialistas que no puede ser solo en octubre —el 19 de este mes es la fecha señalada por la Organización Mundial de la Salud como el Día internacional de lucha contra el cáncer de mama— cuando se insista en el autoexamen, cuando se hagan campañas promocionales, cuando se salga del hospital y los policlínicos a los barrios para hablar del tema.
Desde el servicio de Oncología lo han hecho en otras oportunidades, aunque no sea una labor exclusiva. Lo comparte Dariel Suárez Concepción, especialista de Medicina General Integral y residente de tercer año de Oncología Clínica: “Hemos ido a centros de trabajo a dar conferencias, a comunidades como Tunas de Zaza y El Médano y a las universidades”.
Ha habido otros antídotos como la consulta multidisciplinaria que, recuerda la doctora Yania, se abriera 12 años atrás. “Es muy importante porque, además de contar con un equipo integrado por oncólogos, radiólogos, cirujanos, sicólogos y ginecólogos, allí se decide la conducta que se va a tomar; es decir, se decide la vida del paciente”.
Y una alerta gravita: el cáncer de mama no es exclusividad de las mujeres, por más que se asocie erróneamente com de ese modo. Según la doctora Jiménez Madrigal en una década ha diagnosticado a alrededor de una veintena de hombres con esta patología. “Llegan en un estadio más avanzado que las féminas y presentan un por ciento más elevado de metástasis y de muerte que las mujeres. Porque los hombres no se hacen el autoexamen de mama jamás y se resisten, a veces, a acudir al médico”.
Más de una alternativa terapéutica se ha probado contra el cáncer de mama —patología que en Cuba se coloca en el segundo lugar de las afecciones malignas antecedida por el cáncer de pulmón—. Tanto que se aplican en estos momentos en la provincia dos ensayos clínicos para las pacientes en estadios avanzados de la enfermedad y con metástasis que han logrado favorables resultados.
“Las mujeres que antes no tenían más opción, porque en el tratamiento no existía, ahora disponen de estas vacunas que se hallan garantizadas de por vida. Son pacientes con una sobrevida increíble. No hablamos de cura, pero gran parte se halla en una remisión completa de la enfermedad por largo tiempo”.
Cuesta aún levantar el brazo y palparse. Es una batalla que debe ser diaria. A las puertas de aquella consulta hay muchas mujeres que esperan y justo en el pasillo alienta la respuesta espontánea de Fidelina para sustentar certezas: “Aquí estoy viviendo la dulce vida, gracias a ella, mi doctora”.
Desde el año 2011 fui una de las víctimas de esta terrible enfermedad pero con mi apoyo familiar y el equipo médico de oncología logré que hoy he vencido esta gran batalla me siento una guerrera que con mente positiva he tenido mis éxitos en esta enfermedad
El equipo de Oncología del hospital Camilo Cienfuegos es excelente. Soy paciente de la doctora Yania. Ella es una profesional de altos quilates.
Ese equipo merece mejores condiciones de trabajo. Así como los enfermeros de quimioterapia, su trato hace olvidar a los pacientes la terrible enfermedad. Gracias a todos.
Soy una GUERRERA más en esta lucha contra el Cáncer de Mama porque vencí esta batalla hace dos años y sigo luchando en ella con buenos resultados. Gracias a todos estos especialistas del HCQ de S.Sptus, estoy hoy viva y feliz de haber luchado y vencido.
Por mi familia, mis amigos que siempre estuvieron a mi lado en esos difíciles momentos,….y gracias especiales al Dr. Cirujano Concepción y a la Dra. Yania que lucharon a mi lado y les estoy eternamente agradecida. Gracias a esta Revolución porque un tratamiento tan costoso no hubiera sido posible en otra parte del mundo.
Hoy transito por un tartamiento de seguimiento de la enfermedad al lado de la Dra. Yania, que con su sabiduría e intereza me ha transmitido energías tan positivas que veo la vida de una forma diferente. Agradecer también al personal de enfermería de la sala de Quimioterapia (Humberto, Jany, Maidelyn, Bertha) que hacen que el malestar y el dolor sea menos en tal difícil tratamiento.
Gracias a todos por devolvernos la vida. Les estaré agradecida toda la vida y continúen con ese amor que tanto necesitamos los pacientes oncológicos.
EL EQUIPO DE MEDICOS DE ONCOLOGIA DEL HOSPITAL SON PERSONAS MARAVILLOSAS Y CON UNA ATENCIÓN CON DOLIENTES DE ESTA ENFERMEDAD. TODAVIA NO APTAMOS A ESTA ENFERMEDAD COMUN COMO SUELE DECIR LOS MEDICOS.
HAY QUE SEGUIR ADELANTE COMO GUERREROS DE LA VIDA…………