Nadie sabe de dónde salen o no se quiere saber o, a lo mejor, se supone. Cuando el vaso desechable llega a la boca uno bebe y, como por instinto, se fija en el agua jabonosa que tiene enfrente el dependiente, en el cesto de la basura donde se zambullen muchos vasos más, en la vasija, para nada estéril, de donde sacan otros “limpios”. Con el recipiente entre los labios —aunque se beba— todavía uno se pregunta si los trabajadores por cuenta propia serán tan ecológicos que aquellos vasos seguramente cumplen el ciclo: desecho-recogida-reciclable.
Porque por más que se quiera aparentar nadie puede convencerme de que cada uno de aquellos vasos se usa solo una vez. No en Cuba; no en los puntos donde se venden alimentos o en los triciclos ambulantes donde se expende granizado.
Y no es por incredulidad —tampoco he visto nunca un nailon rasgarse ante mis ojos y que de él salgan pulcros los vasos plásticos—; pero dudo que los trabajadores por cuenta propia desembolsen 1 CUC por 10 vasos desechables cuando los sacan en las tiendas de Artex o que paguen igual cifra por similar cantidad en los mercados en los que se comercializan productos por moneda nacional.
Están prohibidos. Ni vasos desechables ni los que ahora se hacen rústicamente de botellas picadas. Ningún establecimiento puede vender alimento alguno en tales recipientes. No es capricho provinciano, ha sido norma nacional. Lo sostiene tajantemente Isara Alvarado Gómez, jefa del Departamento de Inocuidad e Higiene de los Alimentos y Nutrición del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología: “El que lo hace está cometiendo una violación de la las normas higiénico-sanitarias en cuanto a inocuidad de los alimentos.
“Se prohibió el uso de vasos de botellas picadas y de los desechables —argumenta Alvarado Gómez— porque suponen una fuente de trasmisión de enfermedades, sobre todo digestivas. Además, los envases rústicos al no tener bordes esmerilados impiden su correcto fregado y desinfección y constituyen un peligro potencial de accidentes”.
Se usaban —y aún se usan—, pero siempre ha constituido una violación de la Norma Cubana 456-2014, pues esta establece desde la obligatoriedad de utilizar envases destinados solo para la alimentación hasta la especificidad de que sean diseñados con facilidades para su limpieza.
Y tales desacatos cotidianos no han pasado impunes. Al menos la también licenciada en Higiene y Epidemiología asegura que cuando se han detectado infracciones de la legislación se han aplicado decretos que han llegado hasta la paralización de los servicios. No obstante, asegura la propia fuente: “Son los menos, pero aún quedan”.
El gardeo no depende únicamente de salud; la responsabilidad recae también en los inspectores estatales, en los organismos que rectoran y deben controlar el trabajo por cuenta propia, en los propios trabajadores no estatales que deben tener escrúpulos para no comprometer la salud de nadie.
Claro está, no se trata de sacar la vajilla de la casa para el portal del merendero; pero tampoco improvisar con la higiene. Tales recipientes se usan —y pueden ser algunas de las respuestas— porque en ninguna tienda te expenden al por mayor utensilio alguno para sustentar el negocio; porque resulta más barato pagar 5 pesos por una botella picada que 9 o 13 por un vaso industrial, cuando los hay; porque es más económico pagarle al viejito por aquellos vasos desechables fregados como nuevos.
Me aterra pensar que se pudiese clonar por tierras espirituanas aquel suceso villaclareño que denunció meses atrás Vanguardia, el periódico local: par de personas fregando vasos en el arroyuelo del Arcoiris presuntamente para ir a parar, luego, en los establecimientos por cuenta propia.
Y hay aquí también un panorama que horroriza: personas zambulléndose en latones de basura; cestos que se llenan y se vacían luego —imagino que no precisamente para Materias Primas—; gente recogiendo vasos en cualquier lugar… Ojalá sea por una vocación salubrista esa recogida voluntaria y que esos vasos no sean los mismos que, después de rodar por las calles, luzcan relucientes en los mostradores sin que nadie sospeche que han sido reci-chables.
La salud humana es lo fundamental por ello ojsla existiera preocupacion por las autoridades gubernamentales y creen mecanismos para la9 certificacion de vasos y envaces descehables lejos de criticar la activdad que ahorra al pais millones de dolares anueles. Necesitamos de un periodismo constructivo que promueva la busqueda de soluciones a los problemas. . No podemos negar las necesidades.
Yo comprendo que a la periodista le de asco y horror ver esas cosas pero a nosotros también y creo podría ayudarnos contactando con el mincin, finanzas y precios y salud pública para que compren urgente vasos y detergente baratos para el uso de la gastronomía particular y estatal pues en cuanto a higiene estamos muy mal en todos los aspectos, nos cuidan por un lado y por otro nos enferman, yo creo los trabajadores de la salud en cualquier momento tendrán que tomar en esos vasos y podían quejarse a las instancias superiores del riesgo a que estamos sometidos todos
Yanay coincido con usted, que también vallan a la terminal de Ómnibus par que vean a los vendedores del refresco gaseado venden dicho refresco con estos vasos y no son precisamente trabajadores por cuenta propia, es el propio estado.
Estoy en parte de acuerdo con los colegas anteriores, esa medida es similar a la del esposo que atrapó a su mujer siendole infiel en el sofá de la sala y botó el sofá. Me parece que esa no es la solución más correcta a ese tema porque es verdad que entonces esos cuentrapopistas donde comprarían los vasos si en las tiendas, ya sean de CUC o en MN no hay vasos y cuando los venden son muy pocos los que sacan y a precios exhorbitantes. Me parece que lo que hay que garantizar es la permanencia del producto (vasos) en las tiendas a precios módicos.
Simple es prohibir,pero aún más simple es no hacer caso de las prohibiciones por qué estas son tantas,que es imposible llevar la cuenta de todo lo ilegal y prohibido.Si UD tiene un negocio del que depende su familia y el monopolio estatal no le vende los vasos..Que haría la encargada de fiscalizar las prohibiciones?..Por que seguír apretando a la actividad privada que funciona mucho mejor que la estatal quien le cobra impuestos y nada le da a cambio y ni siquiera le vende
Muy buen articulo.
Creo que seria necesario mencionar por nombre los lugares donde se han detectado las violaciones.
Otra medida es hacer responsable por separado AL DUEÑO y al DEPENDIENTE e imponerle multas considerables. Y si resulta que ambos son la misma persona pues multa doble.
Encima de eso a la primera infraccion se cierra el negocio por tres meses, a la segundo seis meses y a la tercera permanentemente y eso quiere decir que el local queda inhabilitado para vender comida. No vaya a ser que cierren el paladar y abran un guarapera, o que pasen la patente al un primo tercero que vive en Zambia.
Tiene que llegarse al punto que el riesgo sea mayor que el costo de comprar los vasos necesarios.
Que notición, los cuentapropistas o trabajadores privados, como deseen llamarle aún así mantienen mejor higiene que muchos lugares incluso donde se vende en CUC. den una vuelta en los lugares donde venden cerveza en CUC. y verán como existe quien los recoge y eso para qué? Cada vez que uso alguno los destruyo y los boto en el cesto y siempre me miran con mala gana…….Por que será? Lo otro es lo de siempre, caramba los vasos los encuentras en CUC y bien caros por cierto, hace falta hacer algo por mejorar la vida, estamos detenidos en el tiempo, dedicando un artículo periodístico al uso de vasos reciclados o inventados, cuando el mundo está ocupándose de alimentos biológicos y otras normas más exigentes, lo cierto es que en Cuba no hay de nada y por eso se inventa..y esto quien no lo sabe!!!!!!!!
Pues que vallan a la funeraria de aquí de Sancti Spíritus el café lo dan en vasitos desechables y bien usados da asco eso.