El zurdo Yamichel Pérez ha sido la sensación de la actual Serie Nacional al escalar a la condición de mejor lanzador de manera integral con una encomiable hoja de servicios: líder absoluto en triunfos con 13, siete de ellos conseguidos de forma sucesiva con la franela de Matanzas en la segunda fase; atesora el tercer mejor promedio de efectividad: 2.74 PCL, igual posición en los ponches con 73; entre los más trabajadores con 121.1 entradas y bateo contrario que apenas ronda los 200.
Y eso que el espirituano se montó en el último vagón del tren de los refuerzos cuando Armando Ferrer lo llamó para suplir a Raúl González por su asistencia al Premier 12. Ya después, a la hora de las decisiones, Yamichel puso en aprietos al mánager yumurino quien no pudo “deshacerse” de él, y le respondió con creces, pues gracias a su brazo los matanceros ya están al regresar a la fiesta de los play off.
Con el muchacho de 29 años hablamos vía celular, mientras corre jadeante bien temprano en la mañana, luego de haber conseguido la noche anterior su última victoria: “No me hagas preguntas difíciles”, me advierte y trato de corresponder con su pedido.
Se detiene en medio del “Victoria de Girón” y explica. “Esta carrera es parte de la rutina que tenemos los lanzadores al otro día de lanzar para relajar el cuerpo, recuperar energías y así mantenernos bien”.
Pero esa rutina no es lo que explica tu transformación.
En realidad, no he hecho nada extraño, solo escuchar los consejos de mis entrenadores; confío en lo que ellos me mandan a hacer, tanto los de aquí de Matanzas como los de allá de Sancti Spíritus, ya la otra parte es mía, que es donde tengo que poner el esfuerzo y la dedicación para que todo salga bien.
Entonces, ¿en qué crees que radica esta actuación?
He seguido haciendo la misma preparación de mis entrenadores Jesús Salgado, aquí, y Juan de Dios Peña e Ismel Jiménez, allá en Sancti Spíritus. El mismo José Raúl nos decía muchas cosas y todo eso lo tenemos que interiorizar para llevarlas al box en los momentos que se nos dan para poder resolver el problema. He trabajado mucho la parte física, he pensado bien cada momento para tomar la mejor decisión en determinadas situaciones.
¿Cómo defenderte sin llegar siquiera a las 90 millas?
No soy un lanzador de velocidad. Juan de Dios siempre me ha dicho que el control sale de la mecánica, de repetirla, perfeccionarla y he trabajado en eso porque si no me defiendo contra los bateadores, con poca velocidad y sin control, no puedo lanzar; trato de poner la bola donde yo quiera, eso es lo que hago para caminar los juegos.
Se te ve relajado, confiado…
Siento que lo hago para salir a divertirme, pero en esta temporada me he sentido un poco más confiado, les trasmito a los bateadores que yo estoy ahí y tienen que respetarme.
Llegaste de último y te quedaste. ¿Te lo propusiste?
No sabía ni que me iban a pedir y ya estaba de vacaciones, vi que me pidieron y en principio ni tenía muchos deseos de venir porque no era mi equipo y me hubiera gustado seguir con el mío. Además, uno termina un poco agotado porque los entrenamientos son muy fuertes. Ya cuando supe que iba a venir puse toda mi disposición y dije que trataría de quedarme, los profesores confiaron en mí y hasta ahora gracias a Dios no les he hecho quedar mal.
¿Cómo te han tratado los matanceros?
Me han tratado muy bien, la dirección del equipo, la afición, los jugadores con un buen ambiente en el dugout, el día que me toca lanzar creo que se transforman.
Con cinco victorias y tres derrotas con los Gallos… Muchos piensan, incluyéndome, que si hubieras estado así en la primera fase hubiésemos clasificado.
Eso no es tan así, creo que el trabajo con mi equipo fue excelente, puede que haya faltado un poco de confianza hacia mí por parte de la dirección y los entrenadores, porque a veces me quitaban antes de tiempo; uno se sacrifica, pero necesitamos confianza. En realidad, solo creo que ahora las cosas han salido mejor y que llegan cuando tienen que llegar, no cuando uno quiere.
Y también se dice que te quedas por Matanzas…
No, ¡qué va! Estoy dando todo por aquí para responder a la confianza que me dieron, lucharé hasta el final, pero soy Gallo hasta la muerte.
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