Nadie mejor que los hombres y mujeres que visten día y noche el traje de la zafra azucarera para saber que ese encadenamiento de procesos y detalles tiene en el calendario su aliado más seguro si se exprime a plenitud cada jornada a fin de extraerle la cuota de producción planificada, según los balances de recursos disponibles y los índices de eficiencia programados.
En Sancti Spíritus sobra experiencia sobre lo perjudicial que resulta dejar ese extra que le ponen los colectivos y el territorio a la contienda para el final del juego, cuando casi siempre las lluvias amenazan con dejar al campo la cosecha, la caña languidece y el agotamiento hace mella en hombres y equipos.
La zafra es una obra de voluntad laboral, pero reclama funcionar como una guerra bien planificada para que cada paso rinda el fruto previsto o, de lo contrario, surgen contratiempos que generan impactos negativos en la operación agroindustrial y terminan comprometiendo la fabricación.
Tras más de un mes de campaña y superados algunos obstáculos iniciales, la provincia mantiene un ligero adelanto en el plan de azúcar —equivalente a casi dos días de zafra—, aunque a título individual el central Melanio Hernández exhibía leve atraso. En ese comportamiento sobresale la eficiencia conseguida en ambas fábricas, al punto de que el territorio encabeza nacionalmente los indicadores de rendimiento potencial de la caña, recobrado, autoabastecimiento energético y rendimiento industrial.
El sobrecumplimiento de este último parámetro puede ser la nota más sobresaliente de la joven cosecha, toda vez que se han ganado por esa vía más de 2 900 toneladas de azúcar sin tener que procesar unas 30 000 toneladas de caña.
Visto así, pareciera que todo marcha bien en medio de un clima que apenas ha interrumpido los cortes y no se ha aprovechado a plenitud, aunque vale subrayar una apreciación sacada a la luz por los propios directivos del sector, referente a que la escasez de lluvias comienza a reflejarse negativamente en plantaciones del centro y sur del territorio.
Eso, unido al déficit de la cosecha y la molida por debajo de lo previsto, forma parte de las alarmas que le suenan a la contienda y la colocan delante de la única guardarraya por donde transitar en virtud de no comprometer el desenlace futuro: moler y moler.
No puede desconocerse que todavía el transporte automotor reporta afectaciones de neumáticos y rodamientos sin que se vislumbren soluciones inmediatas, de acuerdo con declaraciones de ejecutivos de la rama; en tanto el ferrocarril, si bien hasta el momento no ha provocado grandes contratiempos, no deja de ser un punto de tensión dado el estado del parque de locomotoras y carros jaula.
Si algo apura ante tales realidades es no desperdiciar ni un minuto el buen tiempo que acompaña actualmente a la cosecha, por cierto una de las principales encomiendas dejadas por Salvador Valdés Mesa, primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en su reciente recorrido por ambos centrales en el contexto de la visita gubernamental a la provincia.
Uno de esos apremios radica en acelerar el bacheo alternativo, orientado desde días atrás por el Consejo de la Administración Provincial (CAP), en el vial Guasimal-Tayabacoa, cuyo mal estado ha obligado a mover cosechadoras y camiones a otros lugares, además de repercutir en reiteradas roturas de los equipos.
El hecho de que a esta altura del calendario existan carros del tiro de caña sin pasar el somatón marca otra prioridad que debe resolverse con prontitud, a la vez que revela falta de comunicación e integralidad de trabajo, según trascendió en reciente análisis del CAP.
Al mismo tiempo obliga, por muy importante que sea la zafra, a no aflojar ni un ápice los rigores de esa inspección técnica, porque no se debe permitir la circulación de un medio de ese tipo —ni de ningún otro— sin dicho permiso, máxime después del reciente accidente de Jatibonico, aunque el equipo del sector involucrado en el hecho tuviera los papales en regla.
Como la zafra no duerme ni para, la atención al hombre se vuelve un puntal sobre el que se afinca la productividad laboral de las fuerzas; entonces, resulta imperdonable que ocurran chapucerías como que quioscos de centros de limpieza de ambos centrales dejen de vender meriendas en la noche por falta de dependientes.
No está de más decir lo que representa la zafra en materia de exportación de azúcar, de ahí el compromiso de Sancti Spíritus para sacar adelante el tonelaje de crudo comprometido, solo que esa prioridad y atención deben materializarse ahora y no al final del calendario con apoyos emergentes, porque nadie mejor que los propios trabajadores del sector para sacar a flote la cosecha en medio de un clima ideal para cortar caña y moler.
adelante , a trbajar duro , para cumplir nuestras metas
Muy bien por los azucareros de Santi Spiritus, trabajar para sacar adelante el tonelaje de crudo comprometido.