En nómina, los Gallos no sugieren ese equipo bateador que impresiona. Mas, cuando ya los maderos empiezan a pesar más de lo habitual en una campaña que está por cerrar su fase clasificatoria, a los espirituanos les ha dado por batear ¡y de qué manera!
No se trata solo del promedio, de por sí impresionante: 307, tras el nocaut del martes, el más alto que han logrado en el torneo. Así se han ido colando entre los primeros seis de una campaña que si algo le ha sobrado es ofensiva. Lo sustancial ha sido el aprovechamiento y el aporte colectivo.
Han conectado lo necesario para fabricar las carreras que han hecho falta para mantenerse estables durante toda la serie y acariciando ya la clasificación a falta de 16 partidos.
Lo de fabricar anotaciones tiene una traducción literal. Como no son jonroneros (es el cuarto equipo que menos conecta), los yayaberos han explotado las potencialidades que tienen y “línea a línea” han suplido los cuadrangulares.
Para ello se han auxiliado de los dobles —con 108, son los segundos que más conectan— y de los triples —9 (quinto)—. A fin de cuentas, en la pelota se gana por carreras y no por batazos. Esas conexiones han enviado muchas veces a home a corredores que se encuentran en base por otras variantes ofensivas, imprescindibles en un conjunto que tampoco es de los más rápidos ni de los primeros en hits ni anotadas.
Eso sí, sus hombres ponen la bola en juego y son los cuartos que más se embasan, con un OBP de 410 y es también el que mejor batea con corredores en las almohadillas, con 334.
¿Cómo logran llegar a las bases, incluido el home? Son líderes en boletos, tienen el mejor tacto del campeonato al ser el conjunto que menos se poncha: 187; son los que más flies de sacrificio conectan, apelan al toque de bola con frecuencia (30) y, ¡mire usted!, pese a tener varios hombres lentos, es primero en bases robadas con 37, con destaque para Rodolexis Moreno, que suma la tercera parte de esas estafas, y cuando no lo logran, al menos lo han intentado en otras 31 ocasiones.
Hay otro aspecto que no va a los números: la explosividad en el terreno, tanto a la hora de batear como a la hora de correr, empujados, en parte, por una competencia interna donde casi nadie tiene un puesto seguro de un juego para otro. Al menos parece la traducción del pensamiento del mánager Eriel Sánchez: “Seguimos tratando de impregnar la disciplina táctica, que es lo que da el resultado, que no es portarse bien en una habitación, a veces la gente comenta que si salen, que si toman. Lo importante del equipo es la disciplina y la entrega en el terreno”.
¿Han logrado la perfección? Para nada. Aun es el cuarto equipo que más hombres ha dejado en posición anotadora con 739, un aspecto a limar para si, como parece, acceden a la exigente próxima fase.
Vamos a lo colectivo. A la par del liderazgo de sus dos figuras emblemáticas: Frederich Cepeda y Yunier Mendoza, ha caminado todo un equipo que mantiene a seis de sus regulares sobre los 300, mas llama la atención que ningún Gallo se ubica entre los primeros 10 en los departamentos de anotadas e impulsadas.
El dúo Cepeda-Mendoza está a la vanguardia en la producción de carreras con 76 y 65, respectivamente, pero el resto mantiene un aporte bien parejo que ha permitido, aun con los constantes cambios de alineación que ha tenido el conjunto a lo largo de la serie, que el elenco no se haya resentido por una u otra ausencia. Según las estadísticas de la página del béisbol cubano, Sancti Spíritus es el equipo que más emergentes ha usado una cifra superior a 110 comparecencias, eso sin contar las sustituciones a la defensa o en el corrido de bases.
Es lo que el mentor Eriel Sánchez defiende como filosofía de juego: “Apuesto por la alineación que esté bien en el día, uno se rige por muchos parámetros; hay una base de tercero, cuarto y quinto que uno tiene que mantener más o menos, pero todos estos cambios, que por diferentes razones hemos hecho, nos han dado la posibilidad de haber visto a todo el mundo y saber cuándo cada cual puede estar bien o mal; no nos estamos casando con ninguna alineación, buscamos el que mejor esté en cada momento, sin ser tan inestables porque tenemos que lograr que los muchachos tengan confianza en sí mismos”.
Uno de los que han mejorado su contribución es Geisel Cepeda, el que más carreras producía dentro del conjunto hasta el martes pasado, con 48. Otro que en las últimas subseries se ha soltado a batear, con extrema oportunidad y a base de explosividad es Daviel Gómez, luego de un inicio tenue; en tanto resulta loable el desempeño de Yoandy Baguet, que no comenzó jugando, pero ahora es de los que más dobletes conectan en el conjunto y uno de los que más anotan.
Rodolexis se destaca, sobre todo, por su velocidad en bases, y Diasmani Palacios, aun con su merma en algunos partidos, ha rendido un mundo con cerca de 60 carreras producidas, algo similar a Dismani Ortiz, con más de 50.
No cuentan solos los promedios. El dueto de receptores Yunior Ibarra-Loidel Rodríguez, que para mí tiene suficiente con custodiar bien el home y guiar los hilos defensivos del partido, suma 40 carreras producidas. Otra cosa, todos los que conforman el elenco, han pisado al menos una vez la goma para concretar una anotación y hasta el recién llegado Alberto Rodríguez, ronda la decena de impulsadas.
Del aporte de sus bates va a seguir necesitando Sancti Spíritus en sus reales opciones de clasificar hacia la siguiente fase, para así respaldar el trabajo del pitcheo que también ocupa sitios cimeros en el país, cuando los maderos tienden a cansarse, pero al box nos subiremos en próximas ediciones de Escambray.
Muy buen artículo.