Creo que ha sido de las mejores iniciativas que he visto, tratar de que la cultura acompañe a la gente durante la cuarentena, una experiencia también nueva para los cubanos, expresó Abel Prieto, presidente de la Casa de las Américas, sobre el papel de artistas e intelectuales en las redes sociales en tiempos de COVID-19.
La cultura tiene una función sanadora, en términos espirituales el artista es un médico del alma, pudiéramos decir, y yo creo que realmente ha sido muy meritorio el esfuerzo unido de artistas, organizaciones e instituciones, en llevarle a la gente momentos de alegría, de cubanía de la más limpia, de la más pura, aseveró.
Sobre su trabajo en la Casa de las Américas, que inició en diciembre último, señaló que ha tenido poco tiempo para trabajar con la gente, con las increíbles potencialidades que tiene esta institución, señala un artículo publicado este 12 de mayoen Cubadebate.
En la entrevista, se refirió a sus predecesores en la dirección de la reconocida institución.
“Figuras como Haydée, una heroína en todo el sentido del significado de esa gran palabra, una mujer que como dice Roberto (Fernández Retamar) lo marcaba todo con el fuego de su voluntad, de su vocación, de su impulso para transformar, para fundar; dirigida después por un extraordinario artista de la vanguardia cubana, Mariano Rodríguez, y luego por Roberto Fernández Retamar, quizás uno de los más grandes ensayistas de la lengua española y de todas las lenguas, alguien que siguió el hilo del pensamiento descolonizador que va de Martí a Fidel y lo llevó realmente a planos deslumbrantes”, expresó.
Confesó sentirse pequeño ante la misión que la dirección de la Revolución le ha dado y, “al mismo tiempo, la cuarentena me sorprendió cuando yo todavía estaba en un momento preliminar”.
A decir de Abel Prieto, tiene que hacer lo imposible para que la institución se haga más presente, sobre todo en la región, en un momento en que han retrocedido muchos gobiernos progresistas.
«Es una etapa de América Latina y el Caribe muy peculiar, ha habido un momento de oro, porque cuando Chávez y Fidel firman el Fondo Cultural del Alba en la Cabaña en una feria del libro de La Habana, en realidad era una expresión de las ideas que habían dado lugar a que se fundara la Casa de las Américas, lograr la integración de la familia espiritual latinoamericana y caribeña a través de la cultura y después vino lo que pasó en Ecuador, en Bolivia más reciente, la trampa judicial que le hicieron a Dilma en Brasil, después a Lula, el neofascista de Bolsonaro sacando a nuestros médicos…»
Sobre la COVID-19 en el país reconoció que el cubano es muy “volcado hacia el exterior, hacia el abrazo, a reunirse con sus compatriotas, inventar el motivo para festejar y si este no existe, aparece rápidamente, somos muy imaginativos a la hora de brindar por cualquier oportunidad que se nos dé y en lugar de eso, una especie de recogimiento, inevitable.
Sin dudas, estamos viviendo tiempos apocalípticos a nivel mundial, toda la humanidad ha tenido que recluirse, confinarse, someterse a restricciones, cambiar sus hábitos de vida. Yo creo que nuestro país ha sido en eso muy estricto, muy riguroso, y a mi modo de ver se están viendo los resultados de esa política tan seria, tan equilibrada, donde se ha dado tanta in formación a la gente, convocando a la disciplina, a colaborar.”
Comentó que cada ciudadano cubano tiene que estar a la altura del “extraordinario y admirable esfuerzo que está haciendo la dirección del país por frenar esta epidemia y evitar cualquier tipo de error, irresponsabilidad, lo que le llaman evento de transmisión local que de pronto se disparan las cifras de contagiados y retrocedemos”.
Cuba va bien, en un mundo donde la mayoría de los países por desgracia va mal y muchos van muy mal, subrayó.
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