Los parques científico-tecnológicos son espacios de innovación y generadores de ideas que se convierten en soluciones para la sociedad. Son instalaciones para gestionar el flujo de conocimiento que genera la conexión entre empresas, centros de investigación y las universidades. Son incubadoras donde se ejecutan proyectos y nacen nuevas empresas que aportan bienestar a la sociedad, y que, el día de mañana, contribuirán al desarrollo económico, social o tecnológico de un país.
Sobre este tema, Canal USB conversó con Rafael Luis Torralbas Ezpeleta y Héctor Rodríguez Figueredo, presidente y vicepresidente de la Sociedad Mercantil Parque Científico de La Habana, para conocer las particularidades del espacio que se crea por primera vez en el país, en una de las universidades más prestigiosas en el campo de las tecnologías en la isla.
¿Cómo surge la idea de este parque científico-tecnológico?
– Rafael Luis Torralbas Ezpeleta: La iniciativa del parque científico-tecnológico tiene como antecedente, la Política para la creación de los parques científico-tecnológicos y los vínculos de las universidades y entidades de ciencia, tecnología e innovación con las entidades productivas y de servicios. Dicha política se aprobó a finales de 2018, y al cierre del pasado año se publicó en la Gaceta Oficial el Decreto Ley 363/2019, que como norma jurídica respalda estas iniciativas. Sobre esta base, se constituye la Sociedad Mercantil Parque Científico-Tecnológico de La Habana para:
– Gestionar y brindar servicios
básicos, tecnológicos y de valor añadido, que garanticen el funcionamiento del
Parque Científico-Tecnológico de La Habana.
– Gestionar proyectos de investigación, desarrollo e innovación, asociados a
las tecnologías de la información y la comunicación.
– Participar en la creación, incubación y funcionamiento de nuevas entidades de
base tecnológica.
«Es una empresa totalmente nueva, no existía, y tiene una particularidad importante: Por primera vez en el país, se aprueba que una universidad sea accionista de una sociedad mercantil 100% cubana.
«En el caso del nombre acrónimo, se definieron los atributos genéricos y específicos y se tomó como referencia un fragmento de la misión del parque: “(…) Impulsar la creación, el crecimiento y la competitividad de las empresas (…)” extrayendo las palabras claves; creación, crecimiento, competitividad y y empresas, para obtener la forma abreviada 3CE.
«Necesitábamos buscar la manera efectiva en que la Universidad, de la cual nace el parque, tuviera una forma legal de insertarse en la gestión del mismo. De otra manera, sin esta vinculación, no hubiera sido posible hacerlo. El parque, al ser temático de las tecnologías de la información y las comunicaciones, tiene un organismo patrocinador, el Ministerio de las Comunicaciones (Mincom). En esta sociedad, la empresa que tiene el 51% de participación (TELAN, S.A.) está atendida por este organismo, y el otro 49% le corresponde a la Universidad de las Ciencias Informáticas.
«El parque científico-tecnológico es un espacio donde confluyen beneficios e incentivos ya sea por ley (como lo ofrece el marco legal habilitador que tenemos en este momento) o porque el propio parque lo implemente y lo proponga para acelerar la obtención de un resultado. A partir de una idea innovativa se genera un proyecto, y se acelera la obtención del resultado, impactando de una manera rápida y efectiva en el desarrollo económico y social de la región donde esté enclavado el parque.
«Dentro del parque ocurren muchas cosas. No solo se ejecutan proyectos o se incuban empresas, también se proporcionan servicios de valor añadido. Las entidades y personas pueden afiliarse a los parques, participar en eventos, recibir determinados beneficios. Después que el parque funciona, se crea alrededor un ecosistema donde la esencia es buscar y difundir conocimiento y transferir tecnología. Servir de puente entre las universidades y centros de investigación, las empresas y los mercados. El parque es una conexión dinámica entre el mundo académico y científico y el empresarial. Este último demanda soluciones que necesita para su desarrollo, y la academia provee el conocimiento científico, y en ese ecosistema se ejecutan en forma de proyectos».
¿Qué particularidades tiene una sociedad formada por una empresa y una universidad?
– RLTE: La universidad participa en la gestión y las estrategias del parque. Aporta directivos a la junta directiva de la sociedad mercantil. De los siete directivos que tendrá esta asociación, tres los designa la UCI y cuatro el Ministerio de las Comunicaciones, lo que da cierta igualdad en la toma de decisiones para el funcionamiento del parque.
«Los dividendos que se obtengan, y que correspondan a la UCI por ese 49% de participación accionarial, la universidad los podrá retener e invertir en proyectos que se ejecuten en el parque. Esta es una particularidad de esta sociedad mercantil que no tienen hoy otras similares que existen con otros propósitos en el país. La otra parte accionista (TELAN) aportará al presupuesto del Estado, pero también puede reinvertir en el parque parte de sus dividendos para recapitalizar la sociedad.
«En el momento de arranque, la idea es que en el parque confluyan proyectos de I+D+i (investigación, desarrollo e innovación), que lo puedan llevar cualquiera de las formas de gestión que confluyen en el modelo económico y social cubano. De esta forma, el proyecto lo podrá presentar, la propia UCI, otra universidad, un centro de investigación, una empresa, una forma de gestión no estatal o un inversionista extranjero».
¿Cómo es el proceso de selección de proyectos? ¿Influirá la forma de gestión?
– RLTE: Los proyectos serán evaluados por un consejo técnico asesor (CTA), un grupo de expertos que funcionará subordinado a la sociedad, aunque no pertenece a su estructura. La sociedad mercantil aprobará si el proyecto califica o no al parque, a partir del dictamen del CTA. Por tanto, este proceso debe ser muy selectivo para garantizar que las soluciones o proyectos que lleguen a materializarse, ameriten que esos beneficios que se van a proveer van a garantizar que el resultado que se obtenga impacte realmente en el desarrollo económico y social. Lo que excluirá al proyecto no va a ser la forma de gestión que lo traiga, sino la pertinencia del mismo para ejecutarse dentro del parque.
Sobre incubar nuevas empresas…
– RLTE: Incubar nuevas empresas, como bien dice el término, es la misma idea de incubar un bebé que no está a término todavía y necesita de un equipo que lo ayude a fortalecerse. Claro, el formato de esa sociedad naciente será de una micro o pequeña empresa. Y el ecosistema del parque, a partir de esos mismos beneficios, la ayuda a que crezca como empresa, y que esté lista después para salir a la economía real.
«Hay aspectos legales que tendrán que acompañar esto, pues hoy la figura de la pequeña y micro empresa no están claramente definidas. En el mundo se busca que en los parques estén asentados solo los núcleos fundamentales de estas empresas. Es donde están los profesionales que más aportan, el componente innovativo. El resto de los servicios, como la gestión legal, económica, búsqueda de financiamiento y mercado, los provee el parque. De esta forma, ayuda a esta empresa no solo a que se desarrolle y obtenga las soluciones, también a comercializar esas soluciones a partir de buscar e identificar mercados específicos».
¿Se ha logrado ya algún acercamiento con alguna forma de gestión?
– RLTE: La Mesa Redonda ayudó mucho en ese sentido, sobre todo en la información a la opinión pública nacional. Se va divulgando la idea de que estas iniciativas están naciendo, pero sobre todo que ya hay un lugar a dónde dirigirse, al menos a buscar información. Hemos tenido acercamiento de empresas estatales, trabajadores por cuenta propia y empresarios extranjeros.
«En el caso de empresas y unidades presupuestadas, está la empresa CALISOFT. Esta además, fue una de las entidad que nos ayudó a modelar cómo debía ejecutarse un proyecto en el parque, en la etapa de diseño que desarrollamos el año pasado.
«También de la Empresa de Tecnologías de la Información (ETI) perteneciente al Grupo BioCubaFarma, sobre todo para trabajar en un proyecto que llevan años soñando hacer y creen que el ecosistema del parque es idóneo para ejecutarlo.
«Hemos avanzado bastante con la Empresa de Aplicaciones Informáticas del Ministerio de la Construcción (AICROS). Aprovechando un conocimiento generado en la universidad, específicamente en el área de gestión de proyectos, esta empresa está conformando un proyecto que deben presentar cuando el parque arranque.
«También han solicitado información Tecnomática del Ministerio de Energía y Minas, y deben acercarse próximamente las empresas Desoft, Softel, Cubatel y Solintel del Ministerio de las Comunicaciones.
«Como un tema interesante y que hemos estado evaluando están las aplicaciones desarrolladas por la UCI y bien conocidas en el país: toDus, Picta y Apklis. Estos proyectos podrán en un futuro llevar al ecosistema del parque necesidades de innovación que contribuyan a su evolución, y a partir de lograr determinada madurez en su monetización como resultado de la alianza estratégica con la empresa Etecsa, evolucionar a largo plazo a otras formas de organización.
«También hay un proyecto sobre el cual la Universidad viene trabajando hace mucho tiempo con la industria electrónica, el desarrollo de una versión del sistema operativo Nova sobre un procesador de fabricación china. Este caso ha tenido determinado financiamiento a partir de que la industria tiene un partner extranjero que es quien aporta el hardware sobre el cual se está desarrollando el sistema. Igualmente, uno de los centros de desarrollo de la UCI, el de informática médica, trabaja de conjunto con CNEURO en un proyecto que hemos evaluado tiene las condiciones para insertarse en el parque.
«Proyectos como estos, son los que en el mundo se buscan para traer a un parque científico-tecnológico. Que puedan traer el conocimiento de la universidad y determinado apoyo financiero o tecnológico de una empresa, que en el ecosistema del parque obtenga un resultado que beneficie a todos».
– Héctor Rodríguez Figueredo: Una empresa determinada llega al parque con un proyecto, por ejemplo, y nos comunica que necesita diez ingenieros de software, veinte desarrolladores, tres diseñadores y cuatro arquitectos. El parque gestiona ese capital humano, lo pone en función del proyecto y ese resultado va a su mercado. Es decir, utiliza las bondades del parque para impulsar el proyecto.
«En ese sentido, tenemos dos empresas extranjeras que se han acercado al parque, una española y una alemana, con las que tendremos conversaciones próximamente para comenzar a evaluar sus proyectos para el parque.
«De momento, tenemos alrededor de 10 empresas nacionales interesadas en traer proyectos al parque. Por lo menos dos empresas extranjeras que ya quieren comenzar a negociar la semana próxima, y dos formas de gestión no estatal. Hay un colchón de soluciones que inicialmente comenzarían a trabajar en el parque apenas estén listas todas las condiciones para hacerlo».
El parque debe ser un negocio rentable
– RLTE: El parque ayuda y dinamiza la gestión de la ciencia, pero es un negocio. Tiene que ser rentable, porque si no, el parque como infraestructura no puede retroalimentarse de los resultados que va obteniendo para garantizar su propio crecimiento. La infraestructura que estamos construyendo, hasta ahora es una inversión de la UCI, pero cuando el parque comience a funcionar, esa infraestructura hay que mantenerla, seguir invirtiendo en ella. Y si llega a ser lo que queremos, seguirá creciendo y habrá que construir edificaciones nuevas, y para eso hace falta financiamiento. Para eso el parque es un negocio y tiene que ser rentable.
– HRF: La mayoría de los parques del mundo, están vinculados a universidades o centros de investigación. Esto se debe a que en el parque se catalizan proyectos a partir de universidades que generan conocimientos. Los parques tienen un ciclo. La universidad genera conocimiento que se transforma en tecnología, esa tecnología se convierte en un proyecto, ese proyecto en una solución, y esa solución en un negocio. Ese ciclo se cataliza en el parque científico-tecnológico.
Para las formas de gestión no estatal, ¿podría ser el parque una alternativa para convertirse en pequeñas empresas oficiales?
– RLTE: El parque va a tener dos cosas positivas para las formas de gestión no estatal. En primer lugar, esas asociaciones que hoy existen de una manera informal (sin amparo legal), pudieran tener en el parque la oportunidad de ganar cierta oficialidad. El ecosistema del parque sí pudiera acogerlos cuando el marco legal este más conformado, permitirles organizarse en la forma de pequeñas empresa, y salir al mercado de una manera diferente. De momento, pueden llevar proyectos al parque, beneficiándose de su ecosistema.
«Lo segundo positivo, es que muchos trabajadores por cuenta propia hoy están exportando de una manera informal. El parque podría ser una plataforma para que esos trabajadores tengan un respaldo legal mucho mejor ante ese socio extranjero con el que hoy trabajan».
¿En qué momento está el parque tecnológico?
– RLTE: Tenemos cuatro temas de prioridad ahora mismo. El primero es terminar todo el proceso de constitución de la nueva entidad. Ya está inscrita en el Registro Mercantil, en la ONEI y en la ONAT. Nos quedan procesos más administrativos como la apertura de cuentas bancarias, asimilación de los fondos que aportaron los accionistas para la creación del parque, y un grupo de condiciones físicas para que la empresa opere.
«La segunda parte es el completamiento de la plantilla de esta empresa, que debe ser pequeña. Concebimos este proyecto como una entidad que no debe tener más de 24 personas. Este año deberíamos completar todos los directivos y la parte del personal que nos permite funcionar. La dirección de la empresa también estaría dividida entre el Mincom y la UCI, pues cada uno aporta cuadros a la junta directiva.
«El tercer gran reto es terminar la infraestructura. El edificio está casi a un 90% de terminación. De resolver los materiales que nos faltan, podríamos terminar en uno o dos meses. La estructura tiene todo lo necesario, alcantarillado, acueducto, electricidad, sistemas contra intrusos e incendios, cámaras de circuito cerrado para videovigilancia. Va a tener respaldo eléctrico con sistema ininterrumpido de energía (UPS) centralizado, grupo electrógeno para respaldo de emergencia y conexión por fibra óptica, no solamente a la red de datos de la UCI, sino también a la infraestructura de Etecsa.
«Y el último punto tiene que ver con los proyectos que vendrán al parque. Hay que definir modelos de negocio concretos para poder empezar a intercambiar con esas empresas, cuentapropistas e inversores extranjeros que se están acercando. Eso incluye poder brindar opciones diferenciadas de acuerdo a esos modelos. Por ejemplo, una empresa estatal, tendrá este espacio con acceso a tales servicios, y le va a costar tanto el metro cuadrado; el edificio tendrá una cafetería que proveerá servicio de alimentación al que podrán tener acceso las personas que trabajen acá. A partir de construir eso, entonces las entidades podrán evaluar el financiamiento que disponen, y de acuerdo a eso pondrían el presupuesto en función del proyecto que se va a ejecutar en el parque.
«Estimamos que en abril, el parque pueda existir como empresa. Es decir, desde el punto de vista que tengamos contabilidad abierta, cuentas bancarias habilitadas, la parte legal. Con esto resuelto, ya podemos empezar a firmar contratos, comenzar a pagar, a recibir financiamiento, todo lo que debe hacer una empresa».
¿Cuál sería la fuente principal de recursos humanos del que se va a nutrir el parque?
– HRF: La Universidad de las Ciencias Informáticas será la fuente principal de recursos humanos, pero también otras universidades de La Habana, incluso del país. En la UCI por ejemplo, hay un capital humano especializado en materia de desarrollo de software y otros roles propios de esta industria. Pero hay otras universidades que también tienen personal para nutrir el parque, subcontratándolos para poder trabajar como personal especializado o expertos funcionales. Que el parque esté dentro del campus de la UCI nos da la oportunidad de aprovecharlo, pero no podemos limitarnos solamente a nuestro terreno, incluso podríamos subcontratar a personal calificado de empresas estatales».
¿Y el bloqueo?
– HRF: El bloqueo es un inconveniente para cualquier empresa cubana. Nosotros aspiramos a tener en algún momento fuentes de financiamiento extranjero para proyectos o iniciativas de inversión extranjera, y el bloqueo podría impedirnos el acceso a esas fuentes, como ha sucedido durante años. Imagina que desarrollemos una solución de software que vendemos en una tienda electrónica en el mundo. El bloqueo pudiera imposibilitar que los ingresos que obtengamos por esa solución o servicio lleguen a Cuba.
«Recuerda que el bloque no solamente es económico, es comercial y financiero. El hecho de que el bloqueo financiero no permita que a Cuba lleguen fondos de otros países, pudiera ser un obstáculo para nosotros. Tendríamos que buscar otros modelos, como se ha hecho en 60 años, aliándonos con empresas extranjeras, a partir de las cuales se puede llegar a ese dinero por terceros países, organismos internacionales, etc».
– RLTE: Si una ventaja tenemos, es que cuando en el mundo se habla de parques científico-tecnológicos, todo el mundo conoce de estas iniciativas. Sería complejo bloquear algo que todo el mundo sabe cómo funciona y los objetivos que persigue, cuando además se comprueba que detrás del parque hay una institución universitaria y una empresa pública que es accionista de otras empresas. Pero siempre es posible que esto suceda. Ya veremos cuando empecemos a negociar con empresarios extranjeros, cómo se nos plantea esta situación a futuro.
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