Hay quienes van de un lado a otro plantando mezquindades, son las zarzas y guijarros de los que habló Martí. A ellos, el ropaje anticubano le queda justo a la medida.
Ello se infiere de un post que el músico Alexander Abreu, líder de la agrupación Havana D’ Primera, publicara en el perfil de la orquesta en Facebook. Allí asegura haber recibido 1 000 mensajes en su teléfono móvil, huérfanos de decencia y dignidad. Le dijeron desde gorila hasta las peores ofensas, como si el reconocido artista fuera un criminal de guerra.
Y aclaro: estos términos no nacen de mi imaginación; los escribió el propio artista. Por si no bastara, entre los mensajes había seis amenazas de muerte.
¿A quiénes podría molestarles la luz de cubanía y, más que ello, la voz comprometida de este músico con su isla rebelde? A raíz de lo visto hasta hoy, de tanta campaña para desacreditar a artistas e intelectuales cubanos, en general, no queda otra opción que mirar hacia el “Norte revuelto y brutal que nos desprecia”, en palabras de quien solía vestir traje de color negro, comprado en los baratos mercados de Nueva York.
En la época del Maestro Martí también abundaban los anexionistas. Los de ahora, como aquellos, venden su alma al diablo y esconden sus verdaderos objetivos en un discurso donde cohabitan términos como “derechos humanos”, “democracia” y “libertad de expresión”.
Lo conoce al dedillo el cantante, instrumentista y compositor Alexander Abreu, quien no se ha quedado solo en la embestida desatada contra su persona. Miles de comentarios a su favor en la red social Facebook no me dejarán mentir. Desde los más insospechados lugares de esta isla y del mundo ha venido la palabra cálida y solidaria. En nada extraña. Quien siembra la cubanía más raigal, no se queda solo en ningún camino.
Por ejemplo, para Samuel Formell, director de Van Van, el Tren de la música cubana, los mensajes dirigidos a Alexander Abreu no resultaron obra de un “fanático” aislado. Y lo subrayó pues recuerda los viajes de su orquesta a Estados Unidos, cuando no faltaron avisos de bombas, improperios y amenazas de toda ralea.
Al tanto de lo trascendido en las últimas jornadas, ha permanecido el presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien expresó en su cuenta de Twitter: “Enfrentaremos la campaña mediática de manipulación y de odio contra intelectuales y artistas cubanos, concebida, dirigida y muy bien pagada desde Estados Unidos. Lo haremos desde la verdad, la identidad y el amor”.
Así lo demostró Alexander Abreu, una de las figuras más notables de la música popular cubana en este minuto. Contrario a lo que muchos pudieran pensar, después del aluvión de mensajes ofensivos contra su persona, ni la ira ni la belicosidad vencieron al músico: “Lo único que quiero decir es que a todos los que escriben con tanto odio, les tengo un corazón lleno de amor y música”.
Así puede responder quien viene de donde el sol calienta la tierra, la tierra donde nació y vivirá, como lo confiesa en su criollísima pieza “Me dicen Cuba”. Así reacciona quien considera, como Martí, que “cuando se tienen los ojos fijos en lo alto, ni zarzas ni guijarros distraen al viajero de su camino”.
Por CubaDebate le decía: Eso es envidia negrón (de cariño) no cojas lucha…..y pá la próxima canción incluye….
Pá los los que quieren que mi ira suba
y hablan hasta de mis pañales
a mi me roncan los timbales
Por eso me dicen Cuba…….
Métele compadre………