En las inmediaciones del Cultivo Protegido La Quinta, una de las zonas periféricas de la ciudad cabecera, los vecinos esperan cada día la llegada de la futura enfermera. “Su visita es aliento para todos nosotros, porque nos cuida, indaga sobre cualquier cambio en nuestro estado de salud”, expresó Marlene Orduñe, quien agradece el gesto altruista de la joven.
Cada mañana desde bien temprano Legna Laritza Pérez González comienza el recorrido por las 59 casas que le han sido asignadas para realizar el pesquisaje de la población, como parte del enfrentamiento a la COVID-19. Ella cursa el primer año de Enfermería en la Universidad de Ciencias Médicas de Sancti Spíritus y es una de las tantas jóvenes vinculadas a esta noble misión.
Con un registro entre las manos que contiene los datos de cada uno de los residentes en el lugar, la joven de 19 años indaga sobre algún síntoma respiratorio, fiebre, malestar o cualquier otra molestia de salud.
“Esto se ha convertido en mi rutina —dice Legna—, pero me aporta mucho porque ya conozco los padecimientos de cada cual, si padecen de diabetes, si son hipertensos o asmáticos o tienen alguna otra patología. En esta área hay personas hemipléjicas, ancianos, niños, embarazadas, discapacitados mentales y eso me obliga a ser mucho más rigurosa a la hora de realizar la pesquisa”.
Una vez realizado el recorrido del día, la joven informa sobre los resultados, primero en el consultorio número 13 al cual está vinculada y luego al Policlínico Norte. “El reporte se realiza de inmediato y, en caso de detectar a cualquier persona con síntomas, la premura es mayor”, alega.
Con su uniforme de estudiante, esta espirituana asegura que cuando acabe esta pandemia volverá a su otra rutina. “Me esperan la escuela, el aula, los profesores y todo lo que me queda por aprender, pero nunca olvidaré estas pesquisas y el contacto con la población porque forman parte de mi preparación.
“Mientras duren las pesquisas —dice la joven— estaré en el lugar que me asignaron, solo así siento que estoy ayudando a las personas, al sistema de Salud y a mi país”.
Guardando la distancia y muy bien protegida Legna sigue de puerta en puerta para transmitir aliento y confianza a quienes la ven como a un familiar, nadie se niega a ofrecerle los datos solicitados, pues la consideran como la enfermera que dentro de un tiempo será alivio para algunos de sus males.
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