Beirut amaneció este 9 de agosto bajo la tensión de una precedente jornada violenta por choques entre manifestantes y policías como resultado de los cuales un gendarme murió y 728 personas sufrieron heridas, según cifras actualizadas.
La
manifestación demandaba justicia para las víctimas de dos explosiones
registradas el martes último que convirtieron la ciudad capital de El Líbano en
una zona de guerra.
Se achaca a la negligencia e incapacidad de las autoridades el almacenamiento
de dos mil 750 toneladas de nitrato de amonio almacenados desde 2014 sin
protección alguna en el muelle 12 del puerto beirutí que explotaron y causaron
el desastre.
Los informes dan cuenta que las detonaciones dejaron un cráter de 43 metros de
profundidad y destruyeron 15 mil toneladas de trigo y otros granos.
También ocasionaron daños parciales o totales de 300 mil viviendas y sus
moradores ahora desplazados, pernoctan en casas de familiares y amigos o
deambulan por las calles. Por tales motivos, miles de personas se concentraron
este sábado en las cercanías del Parlamento e intentaron pasar las barreras que
lo protegen, a lo que las fuerzas de seguridad respondieron con balas de goma y
gas lacrimógeno.
Un comunicado de la corporación difundido hoy refiere que al menos 70 de los
uniformados recibieron lesiones en la aciaga jornada, y uno de ellos Toufic
Douweihy murió al caer por un ascensor en el hotel Le Gray cuando huía de
vándalos.
La nota precisa que están bajo arresto una veintena de personas por posesión de
drogas y en otras 13 detectaron narcóticos en su sistema. ‘Nunca había visto
Beirut así, ni siquiera durante la guerra’, dijo Mona Tabbah, de 63 años de
edad, en declaraciones a la televisión local.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.