La gobernante de facto boliviana, Jeanine Áñez, optó por escalar su enfrentamiento con el Parlamento, al reponer como ministro de Defensa a Luis López Julio, tras cesarlo porque fue censurado por el Legislativo.
Al mismo tiempo, lanzo ataques y acusaciones contra la Asamblea Legislativa Plurinacional, donde el Movimiento al Socialismo (MAS) -que tiene dos tercios de los escaños legislativos- y contra su líder, el expresidente Evo Morales, y su candidato, Luis Arce Catacora.
La exsenadora catapultada a la presidencia por las fuerzas políticas derechistas que obligaron a renunciar a Morales, dijo que no se rendirá.
Áñez fue acompañada por medios de prensa afines y partícipes en la desestabilización de Morales, que coinciden con ella en que el parlamento, por no ser afín al gobierno, usa su poder con supuestos fines desestabilizadores.
Similares criterios asumieron personajes que empezaron como críticos de centro-izquierda del gobierno del MAS, como el ministro de Obras Públicas, Iván Arias, y el presidente del llamado Comité Nacional de Defensa de la Democracia (Conade), Waldo Albarracín.
Arias es uno de cinco ministros convocados a interpelaciones parlamentarias, que han postergado más de una vez su presencia y que, según los líderes del poder Legislativo, serán censurados como López Julio, lo que constitucionalmente equivale a una destitución.
La presidenta del Senado, Eva Copa, del MAS, dijo que Arias fue citado para el domingo próximo, para responder sobre la corrupción en la aerolínea estatal BoA y la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTEL).
Dos días antes deberá comparecer el ministro del Interior, Arturo Murillo, para responder sobre la matanza de más de 30 civiles en la represión de dos marchas contra el golpe de Estado de noviembre pasado.
Este miércoles tendrán que presentarse las ministras de Comunicación, Isabel Fernández, y de Medio Ambiente, María Elva Pinckert, y el 20 de marzo la titular de Relaciones Exteriores, Karen Longaric.
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