La preselección cubana que se prepara para el torneo preolímpico de Arizona ya está cumpliendo su plan de entrenamiento en el estadio Latinoamericano de la capital del país. Desde el próximo 22 de marzo los que finalmente queden seleccionados estarán ante uno de los retos más grandes del béisbol cubano en los últimos tiempos: lograr el boleto para los Juegos Olímpicos, a celebrarse este mismo verano en Tokio, Japón.
Para lograrlo, es necesario concluir en la primera posición ante otros siete equipos contendientes (Estados Unidos, Canadá, Colombia, Venezuela, Puerto Rico, República Dominicana y Nicaragua) y solo ocupando los puestos dos o tres, tendrían una última posibilidad de conseguirlo en una competencia en Taipéi de China unos días después.
En medio de la vorágine de los entrenamientos y en un ambiente relajado, nos encontramos a su director Miguel Borroto pasando por cada una de las áreas de trabajo e impartiendo instrucciones en todas direcciones, quien hizo un alto en sus funciones para responder algunas preguntas para Cubadebate.
Borroto, teniendo en cuenta que estos peloteros han terminado una Serie Nacional de más de 90 juegos, ¿cómo evitar una curva descendente en sus rendimientos para enfrentar el reto del preolímpico?
—Ellos hicieron un descanso activo, eso es necesario porque no pueden estar plano. Terminaron con una intensidad emocional, psicológica y física muy alta, decrecieron en su rendimiento pero ahí está la base, está intrínseca. Hay una cosa en el atleta que se llama forma deportiva oculta o entrenamiento oculto, es muy científico, y aquí ahora vamos a reactivarlo. La velocidad, la reacción y el reflejo, se recuperan 21 días después, por eso no me preocupa.
Aquí hay que ir más directo a lograr esa forma deportiva sobre los elementos técnicos: el bateo, el fildeo, jugar contra bateadores y jugar partidos como tal. Ya tenemos cinco juegos contratados a partir del domingo contra la selección del sub 23 que tiene un buen picheo, aunque pensamos intercambiar con los lanzadores nuestros para lograr el equilibrio y para que nuestros bateadores se ajusten al picheo lo más parecido posible a lo que van a enfrentar en el preolímpico de Arizona
Fue la ofensiva el punto débil del equipo en el Premier 12 y lo ha sido en otros torneos previos. ¿Crees que esto es un problema psicológico o un mal diseño de los entrenamientos?
—El problema del bateo de nuestros equipos no es psicológico ni es producto de un entrenamiento mal diseñado. No hay entrenamiento en el mundo por diseño científico que se tenga que logre lo que se tiene que hacer en la competencia. Te puedes preparar, pero allí hay un tipo de picheo diferente al nuestro, al que tenemos aquí.
Algunos bateadores de experiencia que tenemos necesitan tener allí una cierta cantidad de turnos al bate para lograr conectar bien esos lanzamientos, pero en 12 turnos al bate es muy difícil adaptarse y hacer ajustes.
Por eso la defensa y el picheo es más fácil, esos dos factores se resuelven más fácil en esas competencias, pero el bateo no lo vamos a resolver con esa facilidad.
Nadie llega a las Grandes Ligas bateando, para eso necesita muchos turnos en las Ligas Menores ¿Con el picheo que tenemos aquí de qué manera podemos enfrentar a equipos como Corea, Japón o Estados Unidos donde la calidad de sus lanzadores están muy por encima de los nuestros?
¿Cómo resolvemos esto entonces?
—Mientras más peloteros estén jugando en las ligas foráneas más rápido se va a solucionar el problema del bateo en los torneos internacionales. Eso es un problema de jugar a altos niveles. Aquí pueden traer al mejor entrenador de bateo de las Grandes Ligas y no logrará ajustar a los bateadores desde aquí para enfrentar ese picheo que verán en esas competencias cortas.
¿Es este torneo más asequible para el equipo cubano?
—Creo que sí. A los asiáticos los conocemos poco. Los de América tienen su juego muy similar al nuestro y por lo tanto jugaremos en un ambiente más cómodo, pero en el deporte no hay nada fácil, sobre todo cuando tu techo de calidad está por debajo de esa competencia.
La gente me critica porque no hice cambios en la alineación pero es que en esos torneos cortos no se puede cambiar. Los mejores resultados bajo estas condiciones solo se pueden lograr en la continuidad de los juegos, teniendo en cuenta que abrimos con los mejores. Ellos necesitan la mayor cantidad de turnos posibles para tratar de lograr una adaptación rápida.
Sin dudas el resultado que se obtenga dependerá mucho del aporte de los peloteros contratados en Japón. Según tu opinión, ¿por qué estos atletas no han estado a su altura en competencias internacionales?
—Ellos son lo contrario, están en un nivel alto y vienen a jugar a uno más bajo, además llegan de otro uso horario para competir y no es fácil la adaptación en unos pocos partidos. Camagüey aportó tres lanzadores al Premier 12 y pasaron trabajo, lo mismo al llegar allá que cuando regresaron a la serie. Ellos aquí no tuvieron buenos resultados hasta el cuarto partido y el pueblo me criticaba porque los dejaba mucho tiempo en el box, pero yo tenía que ponerlos para que al menos me tiraran 70 envíos aunque no sacaran out, era necesario lograr una readaptación lo más rápido posible y eso fue posible porque ya teníamos un cúmulo de victorias, de lo contrario no hubiéramos clasificado.
¿Es Borroto un director tradicional que se deja llevar por su instinto y su experiencia o le da mucha importancia a la sabermetría moderna?
—La sabermetria es importante pero el hombre no la puede resolver si no la interioriza. Eso lleva horas trabajo y se logra en la preparación teórica. Es necesario hacer una combinación de acciones. Una cosa es como dicen los números que batea un determinado jugador y otra donde el lanzador puede poner la bola. Aquí los lanzadores no tienen ese control, eso se logra en el béisbol de alta calidad cuando el lanzador ha llegado a un nivel de especialización.
La experiencia del director y de los propios peloteros es determinante. En una computadora se puede diseñar un avión pero todo se hace con las manos del hombre, sin él ese avión no despega. Así es la pelota, aunque es cierto que debemos que trabajar más con la teoría.
Podemos encontrar a especialistas que son capaces de diseñar software para el béisbol pero nunca se han parado en una caja de bateo. Yo coloco a los jugadores lo más cercano posible donde se hizo el diseño original de las posiciones y al final estoy seguro que saca más out.
Muy pocos son optimistas con el boleto olímpico. ¿Qué les puede decir Miguel Borroto a esos aficionados?
—El hombre que no sea optimista no puede trabajar en el deporte. Nosotros estamos en un momento en Cuba que ningún deporte colectivo ha clasificado para las olimpiadas y si estoy aquí hablando contigo ahora es porque voy a salir a buscar esa clasificación. Aún hay oportunidades y estos peloteros quieren ese boleto, con ese deseo ya tenemos un porciento a favor. Este equipo está más fuerte y no tendremos el problema del cambio de horarios. Si no lo logramos no será por falta de batalla, estaremos peleando hasta el último out.
Va ser difícil pero dejen de luchar ánimo