Desde la misma subida el aire es diferente y la pureza del ambiente hace olvidar por un rato el intenso calor de agosto que se respira en la ciudad. En medio de las lomas de Banao, en las estribaciones del Escambray espirituano, la base de campismo Planta Cantú hace del turismo de naturaleza una opción casi única para una buena parte de los cubanos.
La instalación fue la pionera de esa actividad en Sancti Spíritus desde que abrió sus puertas el 26 de junio de 1982 con 212 capacidades en cabañas y 90 en tiendas de lona, panorama que a través de los años cambió, hasta convertirla en una de las bases de campismo más atractivas del territorio con 32 confortables cabañas, 128 capacidades y una piscina de excelentes dimensiones, con espacio para los niños.
Nadie mejor que los cabaiguanenses Betty González y Carlos Companioni, quienes cada año escogen esta opción para hablar de atenciones porque, a pesar de que el ciclo de hospedaje concluye, tienen en mente estirar los días de vacaciones.
“Nos sentimos tan bien aquí que no queremos irnos, venimos todos los años y la pasamos bien, los precios son módicos y las atenciones las mejores, por eso, si nos permiten, vamos a repetir el ciclo y nos vamos la otra semana”, asegura la pareja.
Similar criterio expone Yoaxel Pérez García, un trabajador de la agricultura urbana que agradece la atención que recibe y la exigencia con las medidas sanitarias. “Hay cerveza, ofertas en la tienda de divisa y, lo más importante, está la cantidad de personas permisibles para esta etapa pospandemia”.
Los primeros meses del año fueron de duro trabajo para Maikel Hernández Romero, director de la Unidad Empresarial de Base Planta Cantú, quien junto a su tropa de algo más de 25 trabajadores se empeñó en cambiar la imagen del centro recreativo.
EL CAMPISMO POR DENTRO
“En medio de la COVID-19 y de tantas limitaciones económicas fue un reto darle mantenimiento a todo, ya estábamos en esa atapa un grupo reducido de trabajadores. No obstante, pudimos abrir el 30 de junio tras un esfuerzo constructivo que incluyó pintura, sustitución de juegos de baños y sus accesorios, y el avituallamiento de las habitaciones, algo que no se hacía desde hace más de un lustro”, asegura Maikel.
El Campismo es una económica modalidad recreativa para el disfrute pleno de la naturaleza que se encuentra por varios municipios de la geografía espirituana donde existen seis de esas instalaciones enclavadas en valles, ríos, montañas y playas con hermosas vistas y paisajes naturales.
De acuerdo con el director general de la Empresa de Campismo Popular en Sancti Spíritus, Alexis Gómez Ruiz, el 2020 trae características diferentes con medidas restrictivas para lograr el distanciamiento físico de las personas, y preventivas para evitar el contagio con el nuevo coronavirus.
“En esta ocasión los campistas disfrutan de las habituales actividades de senderismo, recorridos a caballo, piscinas, zonas de baño en ríos, junto a las acostumbradas noches recreativas, pero en todos los casos con el 60 por ciento de las capacidades. Deben cumplirse las medidas establecidas para la tercera etapa pospandemia, entre ellas el distanciamiento físico y el uso de la mascarilla en locales cerrados. Al mismo tiempo, en cada una de las bases es imprescindible la presencia de un médico y una enfermera, ya que la persona tiene que someterse a la toma de temperatura y el cuestionario para conocer si existen síntomas que hagan sospechar de la presencia del virus antes de entrar a la instalación, como está dispuesto por parte de la Dirección de Higiene y Epidemiología y el Mintur”, aseveró el directivo
NATURALEZA VIVA
Por las bases espirituanas han pasado hasta la fecha más de 12 000 turistas y, según Gómez Ruiz, están vendidas todas las capacidades hasta el mes de septiembre, pero en el Buró de Ventas hay reservas hasta el mes de diciembre.
“A pesar de las limitaciones y que no se están otorgando pasadías, el pasado mes de julio ha sido el mejor de los últimos cinco años en la provincia con ingresos que se sobrecumplieron en un 10 por ciento. A veces hay problemas con los recursos, pero de manera general se cumplen los ciclos de abastecimientos de acuerdo con las disponibilidades de los proveedores”, acotó Alexis.
Cercanas cascadas y pozas del río Cayajaná, excursiones tanto a lugares naturales como históricos, conforman una oportunidad más en este entorno montañoso que define a Planta Cantú, marcado, además, por el sitio donde acampó el Che Guevara durante la campaña invasora de 1958, última etapa de la lucha rebelde.
“Aquí todo es muy bueno, las ofertas gastronómicas, las condiciones de las cabañas, el servicio, el trato de los trabajadores y la recreación, aunque escasean las confituras para los niños”, reiteran los huéspedes.
El campismo espirituano se reactiva y aunque restan por resolver viejos asuntos como una mejor recreación y el acceso al lugar en Arroyo Lajas, en Cabaiguán, la iluminación en exteriores de algunas de las bases y mayores ofertas gastronómicas para los más pequeños, los espirituanos continúan apostando por el Campismo Popular, una módica y accesible elección que se extiende durante todo el año.
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