“Nunca permaneceremos de brazos cruzados cuando nuestra soberanía esté amenazada y no permitiremos nunca a ninguna fuerza invadir o dividir a nuestro país”, ha subrayado este viernes Xi Jinping en advertencia a Estados Unidos y a su política actual de ataque en diversos frentes al gigante asiático.
En un discurso en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín, capital, para conmemorar el 70 aniversario de la guerra de Corea (1950-53), el presidente chino ha celebrado que, hace 70 años, las tropas chinas y norcoreanas derrotaron a sus rivales y “destrozaron el mito de la invencibilidad del Ejército estadounidense”.
Xi, sin citar específicamente a Washington, o a su presidente, Donald Trump, ha denunciado el “unilateralismo, proteccionismo y egoísmo extremo” así como “los actos arrogantes, hegemónicos y de acoso, los cuales no llevan a ninguna parte”.
El primer mandatario chino ha condenado la política del “chantaje, los bloqueos y la presión máxima” y ha advertido que “China nunca se acobardará ante las amenazas, ni será sometida”.
“Hay que hablar a los invasores en el idioma que conocen”, ha afirmado en alusión a la guerra librada hace 70 años, y añadido que “se debe librar una guerra para disuadir la invasión y la violencia debe enfrentarse con violencia. Se necesita una victoria para ganar la paz y el respeto”.
Xi ha pedido “avanzar más deprisa” en la modernización de sus Fuerzas Armadas así como “aunar la formidable fuerza que nos une a todos los chinos”, y ha destacado que “si algo grave ocurre, nos encargaremos de ello con la cabeza alta”.
El titular chino ha reiterado que China nunca buscará hegemonía ni expansión, pero se opone firmemente al hegemonismo y la política de la fuerza.
A la guerra comercial y tecnológica o la pugna diplomática e ideológica se han unido mayores tensiones a cuenta de Taiwán o en el mar de la China Meridional, donde ambas partes se acusan mutuamente de militarizar la zona.
Las declaraciones de Xi se producen un día después de que Washington anunciara la aprobación de la venta de armas a Taiwán —isla considerada por China parte indivisible de su territorio— valorada en mil 800 millones de dólares y a la que China se opone frontalmente.
China ha criticado repetidamente el acercamiento entre EEUU y Taiwán, en especial, acrecentado desde la llegada de Trump a la Casa Blanca. Por ello, advierte que está listo para la guerra si tratan de independizar a la isla.
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