Cuba muestra un enorme compromiso con la salud de la infancia, aun en los momentos más complicados para la nación, una tarea que ha requerido y exige de mucho esfuerzo, sacrificio, entrega y compromiso de miles de profesionales, quienes laboran en los servicios de atención materno-infantil del país y enfrentan con entereza cualquier dificultad o contratiempo.
De ahí que en la Isla sea bajo el riesgo de morir durante el primer año de vida. En ello va el empeño de todo un equipo multidisciplinario capaz de afrontar los más grandes retos, gracias a la voluntad política de nuestro Gobierno.
Datos preliminares ofrecidos por la Dirección de Registros Médicos y Estadísticas de Salud, refieren que en el año recién concluido nacieron en Cuba 109 707 niños, 6 626 menos con relación al año precedente, con una tasa de mortalidad infantil de 5,0 fallecidos por cada mil nacidos vivos.
A escala global, explicó a Granma la doctora Noemí Causa Palma, directora de Atención Médica del Ministerio de Salud Pública (Minsap), continuamos dentro de los 35 países con la tasa más baja de mortalidad infantil y dentro de los primeros en la región.
Las principales causas que incidieron en este indicador, agregó, estuvieron relacionadas con las complicaciones asociadas al nacimiento prematuro y el retardo en el crecimiento intrauterino, y a pesar de las acciones contenidas en los programas de atención a la embarazada y al recién nacido, y de las medidas adicionales adoptadas, no se logró aminorar su impacto en la mortalidad del menor de un año.
Cabe destacar que por tercer año consecutivo se sostiene en 0,8 fallecidos por mil nacidos vivos la tasa de mortalidad infantil por malformaciones congénitas, aspecto en el cual las provincias de Cienfuegos, Sancti Spíritus y el municipio especial Isla de la Juventud concluyeron el año sin defunciones por esa causa.
Este indicador es el mejor en la región de las Américas y es el resultado del trabajo desplegado por los servicios de genética comunitaria, el desarrollo de la red nacional de genética médica y el programa nacional de prevención de defectos congénitos y enfermedades genéticas, precisó la doctora.
Significativo también resulta que en 2019 no se reportaron muertes maternas por hemorragia posparto, un problema persistente en los países en vías de desarrollo y un logro en el nuestro, fruto del trabajo multidisciplinario desarrollado en los últimos tres años.
Para este 2020, refirió la doctora, constituyen objetivos esenciales en la atención a la salud materno-infantil incrementar las acciones multisectoriales encaminadas a reducir el embarazo en la adolescencia y la modificación de los riesgos de la mujer en edad fértil, tales como la obesidad, la hipertensión arterial y la diabetes mellitus, entre otros.
También se proponen fortalecer las acciones de control a las gestantes con alto riesgo obstétrico durante su atención prenatal para lograr la detección oportuna del crecimiento intrauterino retardado, los trastornos hipertensivos y prevenir el parto pretérmino.
En el caso de los servicios de neonatología, añadió, se intensificarán las acciones para continuar elevando la supervivencia del recién nacido.
De igual forma, se continuarán incrementando las acciones de promoción y educación para la salud, dirigidas a mujeres en edad fértil, sus parejas y familiares, a través de los medios de difusión masiva relacionadas con: la ingestión de ácido fólico para prevenir malformaciones congénitas, la prevención de las infecciones de transmisión sexual, los cuidados a la salud frente a las enfermedades crónicas y el embarazo, el fomento de la lactancia materna, la prevención de los accidentes y de las infecciones adquiridas en la comunidad.
Principales indicadores
- La tasa de mortalidad preescolar –de 1 a 4 años de edad– en el 2019 se incrementó de 3,0 a 3,5 por cada 10 000 habitantes de la edad referida, siendo las principales causas los accidentes, las infecciones respiratorias agudas y los tumores malignos.
- La supervivencia infantil en el menor de 5 años al quinto año de vida es del 99,3 %. Este indicador supera el 99 % desde hace 20 años.
- Se mantuvo la tasa de mortalidad escolar –de 5 a 14 años– en 2,0 por cada 10 000 habitantes en este rango de edad.
- Se redujo la tasa de mortalidad perinatal de 8,3 a 8,0 a expensas de la reducción de la muerte fetal tardía.
- La tasa de mortalidad materna total se reduce de 43,8 en 2018 a 37,4 por cada 100 000 nacidos vivos en 2019, significando diez defunciones menos.
- La mortalidad materna directa se reduce de 27,5 a 23,7 y la indirecta de 16,3 a 13,7.
- En la red de servicios del programa de atención a la pareja infértil se logró una cifra superior a los 6 000 embarazos, 2 000 más que en el año anterior. En los servicios provinciales seis de cada diez parejas atendidas lograron su embarazo. En los Centros Regionales de Alta Tecnología, ubicados en las provincias de La Habana (dos), Cienfuegos y Holguín, por primera vez fueron concebidos más de 200 embarazos con técnicas avanzadas de reproducción asistida.
- Un mérito para nuestro país y para el Sistema Nacional de Salud fue la ratificación, por la Organización Mundial de la Salud en septiembre pasado, de la condición de país libre de transmisión materno-infantil del vih y la sífilis congénita, otorgada a Cuba en 2015 como primer país del mundo.
- En 2019 se garantizó una cobertura de vacunación por encima del 98 %, lo que permitió proteger a la población infantil contra 13 enfermedades.
- Además, al cierre de 2019 se alcanzó la cifra de 510 implantes cocleares, acumulados desde los inicios del programa.
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