Para Cuba constituye un reto cotidiano mantener su sistema educativo universal y gratuito –una de las más importantes conquistas de la Revolución–, en medio del asedio del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de Estados Unidos.
A pesar de ello y de la tensa situación que ha enfrentado el país y el mundo a causa de la pandemia del nuevo coronavirus, en Cuba no se paralizó el proceso docente-educativo, y se llevó a feliz término en días pasados.
Dania López Gulbone, viceministra de Educación, conversó con Granma sobre lo que ha significado la realización y culminación del año académico 2019-2020.
–¿Lo novedoso en este curso?
–Para asegurar la continuidad educativa en medio de la pandemia nos vimos en la necesidad de cambiar y transformar la escuela, hacia el ámbito de la familia, desde la casa. También reforzamos el uso de los medios audiovisuales con las capacidades creadas por nuestro país: un Canal Educativo con cobertura nacional, una casa productora que garantizó todos los contenidos necesarios de apoyo a los docentes y a la familia, así como una red telemática que gestiona un portal educativo.
«Las tecnologías de la información y las comunicaciones en el entorno escolar son algo trascendental e imponen garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, a partir de brindar oportunidades de aprendizaje para todos durante toda la vida, pero también responde a uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el número cuatro».
–¿Qué vías aplicaron para no perder la calidad en el periodo lectivo que culminó?
–Las acciones que se implementaron (como las teleclases y otras variantes) garantizaron el desarrollo del proceso docente-educativo. Los nexos de trabajo entre la escuela, la familia y la comunidad no se perdieron, tampoco el vínculo con los organismos y las organizaciones. La preparación de todos en el cumplimiento de las medidas higiénico-sanitarias sentaron las bases para acometer los servicios educacionales sin renunciar nunca a la calidad.
«Ahora nos encontramos trabajando en la propuesta para la transformación de las instituciones y modalidades educativas, que son las nuevas formas de trabajo del Tercer Perfeccionamiento, que las vamos a generalizar en el curso escolar 2020-2021».
–¿Cuáles son los retos que tiene ante sí el Ministerio de Educación?
–Los retos y los aprendizajes que hemos tenido desde que empezó la COVID-19, más todo lo que hemos hecho, nos ha permitido seguir avanzando, desde el currículo, en la preparación de nuestros docentes para enfrentar situaciones como estas, en fomentar la producción de medios y recursos para la transformación digital del proceso de enseñanza-aprendizaje, y en compartir experiencias. Hemos compartido con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) las lecciones aprendidas para el manejo de desastres, incluyendo los epidemiológicos.
«Se paralizaron las escuelas, pero no se detuvo el proceso docente-educativo, se buscaron alternativas. Esto sigue siendo un gran reto, porque aun en el curso 2020-2021 continúa la situación epidemiológica, y todos los días estamos llamados a cumplir estrictamente con las medidas higiénico-sanitarias y el uso permanente del nasobuco.
«Precisamente, tenemos que reconocer la labor titánica del personal docente, a los teleprofesores.
«En la situación cruda de la pandemia en La Habana, muchos con edad de jubilación estuvieron trabajando y no hubo nunca ni una ausencia. Nuestros maestros también se merecen un aplauso, porque en medio de la COVID-19 no solamente trabajaron para continuar fortaleciendo la labor educativa, también apoyaron en los hospitales, en los centros de aislamiento, en la producción de alimentos y en la atención a la familia.
«Hay que destacar que el cierre del curso 2019-2020 transcurrió sin transmisión de la COVID-19 en las instituciones educacionales, y se caracterizó por el cumplimiento de las medidas higiénico-sanitarias y en el rápido accionar de docentes, estudiantes y familias en cuanto se confirmaron casos positivos en la comunidad, para tomar las decisiones correspondientes.
«Fue positivo, en la primera semana de reanudado el curso escolar, el diagnóstico realizado a los estudiantes, lo que permitió ofrecer una atención diferenciada a los educandos sin objetivos vencidos, repitentes y desaprobados, entre otros.
«Otra adaptación es que noveno grado trabaja de lunes a jueves en la sesión de la mañana; séptimo grado: lunes y miércoles en la sesión de la tarde, y el viernes en la sesión de la mañana; y octavo grado: martes, jueves y viernes en la sesión de la tarde.
«En el preuniversitario, en la sesión de la mañana, trabajan décimo y duodécimo grado; décimo grado con cinco turnos clase, y duodécimo grado con seis turnos clase. En la sesión de la tarde recibe la docencia onceno grado.
«En la Educación Técnica y Profesional (ETP) los estudiantes de todos los años se insertan en las entidades de la producción y los servicios para contribuir al desarrollo económico del país».
En contexto
El 2 de septiembre de 2019 inició en Cuba el curso escolar 2019-2020.
El 24 de marzo de 2020 fue interrumpido, debido a la situación epidemiológica desatada por la COVID-19. Hasta esa fecha se logró el 71,05 % de cumplimiento del plan de estudio.
A partir de ese momento, el Mined implementó un sistema de acciones para garantizar las actividades previstas y dar continuidad al proceso educativo, desde la primera infancia hasta el nivel medio superior.
El 30 de marzo comenzaron las actividades docentes televisivas por los canales Educativo y Tele Rebelde, dirigidas a sistematizar y ejercitar objetivos y contenidos en todas las asignaturas. Metodólogos nacionales, provinciales y municipales, profesores de la Universidad de Ciencias Pedagógicas, investigadores del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas, miembros de los colectivos de autores del III Perfeccionamiento del Sistema Nacional de Educación, de las comisiones nacionales de asignaturas y de las subcomisiones de planes y programas de estudio y organismos (MES, Minsap e Inder) se prepararon para orientar por la televisión la continuidad del proceso docente desde los hogares.
Los círculos infantiles continuaron funcionando para brindar servicio a los hijos de las madres que debían mantenerse en sus puestos de trabajo. Durante la pandemia de la COVID-19, un total de 394 círculos infantiles han estado abiertos en el país y 3 527 niños han sido atendidos en este tiempo.
El 1ro. de septiembre se reanudó el curso escolar 2019-2020 en la Isla. Debido al rebrote de la enfermedad de la COVID-19, se decidió aplicar dos variantes: presencial, con los maestros y alumnos en las escuelas, y desde las casas, con actividades docentes televisivas por el Canal Educativo.
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