Intervención del ministro de Relaciones Exteriores de la República de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, en la Conferencia de Desarme. Ginebra, febrero de 2020
Señor Presidente:
Preservar el multilateralismo y el respeto a los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional, resulta imprescindible en un escenario internacional cada vez más peligroso y complejo, en el que la seguridad y el bienestar de nuestras naciones enfrentan desafíos sin precedentes.
Proliferan las guerras de rapiña y la carrera armamentista, se intensifica la guerra no convencional, los actos de agresión, las sanciones unilaterales, la manipulación y la politización de los derechos humanos y el irrespeto del derecho a la libre determinación de los pueblos.
El desarrollo de nuevos sistemas de armas nucleares y la modernización de las fuerzas y arsenales ya existentes; el fortalecimiento del papel de esas armas en las doctrinas militares de defensa y seguridad de los Estados Unidos, mayor poseedor de arsenales nucleares; el incremento de sus gastos militares; las amenazas de intervención militar y el desconocimiento de compromisos internacionales en materia de desarme y control de armamentos, socavan la paz y la seguridad internacionales y erosionan la maquinaria de desarme de las Naciones Unidas.
En el año 2018, el presupuesto militar global ascendió a 1,8 billones de dólares. El gasto militar de los EE.UU. creció, por primera vez desde 2010, en un 4,6%, hasta alcanzar los 649 mil millones de dólares en 2018. Es alarmante que cada año se inviertan sumas exorbitantes en la industria de la guerra, en lugar de destinar esos recursos a fomentar la paz, a combatir el hambre y la pobreza e implementar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Señor Presidente:
En ese contexto, genera profunda preocupación la conducta del actual gobierno de los Estados Unidos y su estrategia de dominación militar, que mantiene más de 800 bases e instituciones militares en todo el mundo; avanza proyectos de militarización del espacio ultraterrestre y del ciberespacio, y emplea de forma encubierta e ilegal las tecnologías de la información y las comunicaciones para agredir a otros Estados.
Rechazamos la decisión del gobierno de los Estados Unidos de retirarse del Tratado sobre Misiles de Alcance Corto e Intermedio firmado con la Unión Soviética en 1987, así como del Plan de Acción Integral Conjunto o Acuerdo Nuclear con la República Islámica de Irán.
La comunidad internacional no puede permanecer pasiva ni en silencio ante la amenaza que representa la Revisión de la Postura Nuclear de los EE.UU., que reduce el umbral para la consideración del uso de las armas nucleares, incluso en respuesta a las llamadas “amenazas estratégicas no nucleares”.
Instamos al gobierno de los EE.UU. a renovar el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START III) con Rusia.
Para atender los desafíos que enfrenta la humanidad, subrayamos la importancia de preservar los acuerdos de desarme y regulación de armamentos, resultado de la cooperación internacional y las negociaciones multilaterales, que deben retomarse en la Conferencia de Desarme.
Este foro multilateral está preparado para negociar simultáneamente, un tratado que prohíba la carrera de armamentos en el espacio ultraterrestre; y otro que brinde garantías de seguridad efectivas para los Estados que, como Cuba, no son poseedores de armas nucleares.
Señor Presidente:
Cuba reitera la plena vigencia de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz adoptada en la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en La Habana, en 2014, en momentos en que prevalecen las políticas unilaterales e injerencistas que buscan desestabilizar nuestra región y en que el gobierno de los EE.UU. aplica una política exterior inspirada en la Doctrina Monroe.
Denunciamos las campañas de Estados Unidos contra fuerzas políticas, líderes de izquierda y gobiernos progresistas de América Latina y el Caribe. Rechazamos la guerra no convencional que lleva a cabo Estados Unidos para intentar derrocar al gobierno legítimamente constituido del presidente Nicolás Maduro Moros, en la hermana República Bolivariana de Venezuela.
El gobierno del Presidente Donald Trump persiste en su pretensión de destruir la Revolución Cubana mediante la asfixia económica de nuestro pueblo.
Hoy, más que antes, resulta indispensable la atención a nuestro reclamo de que todos los Estados se abstengan de ejercer presiones o coacción sobre otros países, incluida la aplicación y fomento de cualquier medida unilateral de carácter coercitivo, contraria al Derecho Internacional.
Señor Presidente:
Reafirmamos el compromiso ineludible de Cuba con el multilateralismo y con los esfuerzos para avanzar hacia un orden internacional democrático, justo y equitativo que responda al reclamo de paz y desarrollo sostenible de todos los pueblos. Ese mundo será posible si luchamos de manera mancomunada para lograrlo.
Concluyo rememorando a Fidel Castro, Comandante en Jefe de la Revolución Cubana y luchador incansable en favor de la paz y del desarme, quien en abril de 2016 sentenció: «El peligro mayor que hoy se cierne sobre la tierra deriva del poder destructivo del armamento moderno que podría socavar la paz del planeta y hacer imposible la vida humana sobre la superficie terrestre» (fin de la cita).
Trabajemos sin descanso por el desarme general y completo, especialmente nuclear; preservemos a las generaciones venideras del flagelo de la guerra y conquistemos una paz duradera y sostenible para todos.
Muchas gracias.
Intervención del ministro de Relaciones Exteriores de la República
de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, en la Conferencia de Desarme. Ginebra,
febrero de 2020
Señor Presidente:
Preservar
el multilateralismo y el respeto a los propósitos y principios de la Carta de
las Naciones Unidas y el Derecho Internacional, resulta imprescindible en un
escenario internacional cada vez más peligroso y complejo, en el que la
seguridad y el bienestar de nuestras naciones enfrentan desafíos sin
precedentes.
Proliferan
las guerras de rapiña y la carrera armamentista, se intensifica la guerra no
convencional, los actos de agresión, las sanciones unilaterales, la manipulación
y la politización de los derechos humanos y el irrespeto del derecho a la libre
determinación de los pueblos.
El
desarrollo de nuevos sistemas de armas nucleares y la modernización de las
fuerzas y arsenales ya existentes; el fortalecimiento del papel de esas armas
en las doctrinas militares de defensa y seguridad de los Estados Unidos, mayor
poseedor de arsenales nucleares; el incremento de sus gastos militares; las
amenazas de intervención militar y el desconocimiento de compromisos
internacionales en materia de desarme y control de armamentos, socavan la paz y
la seguridad internacionales y erosionan la maquinaria de desarme de las
Naciones Unidas.
En
el año 2018, el presupuesto militar global ascendió a 1,8 billones de dólares.
El gasto militar de los EE.UU. creció, por primera vez desde 2010, en un 4,6%,
hasta alcanzar los 649 mil millones de dólares en 2018. Es alarmante que cada
año se inviertan sumas exorbitantes en la industria de la guerra, en lugar de
destinar esos recursos a fomentar la paz, a combatir el hambre y la pobreza e
implementar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Señor
Presidente:
En
ese contexto, genera profunda preocupación la conducta del actual gobierno de
los Estados Unidos y su estrategia de dominación militar, que mantiene más de
800 bases e instituciones militares en todo el mundo; avanza proyectos de
militarización del espacio ultraterrestre y del ciberespacio, y emplea de forma
encubierta e ilegal las tecnologías de la información y las comunicaciones para
agredir a otros Estados.
Rechazamos
la decisión del gobierno de los Estados Unidos de retirarse del Tratado sobre
Misiles de Alcance Corto e Intermedio firmado con la Unión Soviética en 1987,
así como del Plan de Acción Integral Conjunto o Acuerdo Nuclear con la
República Islámica de Irán.
La
comunidad internacional no puede permanecer pasiva ni en silencio ante la
amenaza que representa la Revisión de la Postura Nuclear de los EE.UU., que
reduce el umbral para la consideración del uso de las armas nucleares, incluso
en respuesta a las llamadas “amenazas estratégicas no nucleares”.
Instamos
al gobierno de los EE.UU. a renovar el Tratado de Reducción de Armas
Estratégicas (START III) con Rusia.
Para
atender los desafíos que enfrenta la humanidad, subrayamos la importancia de
preservar los acuerdos de desarme y regulación de armamentos, resultado de la
cooperación internacional y las negociaciones multilaterales, que deben
retomarse en la Conferencia de Desarme.
Este
foro multilateral está preparado para negociar simultáneamente, un tratado que
prohíba la carrera de armamentos en el espacio ultraterrestre; y otro que
brinde garantías de seguridad efectivas para los Estados que, como Cuba, no son
poseedores de armas nucleares.
Señor
Presidente:
Cuba
reitera la plena vigencia de la Proclama de América Latina y el Caribe como
Zona de Paz adoptada en la II Cumbre de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en La Habana, en 2014, en momentos en que
prevalecen las políticas unilaterales e injerencistas que buscan desestabilizar
nuestra región y en que el gobierno de los EE.UU. aplica una política exterior
inspirada en la Doctrina Monroe.
Denunciamos
las campañas de Estados Unidos contra fuerzas políticas, líderes de izquierda y
gobiernos progresistas de América Latina y el Caribe. Rechazamos la guerra no
convencional que lleva a cabo Estados Unidos para intentar derrocar al gobierno
legítimamente constituido del presidente Nicolás Maduro Moros, en la hermana
República Bolivariana de Venezuela.
El
gobierno del Presidente Donald Trump persiste en su pretensión de destruir la
Revolución Cubana mediante la asfixia económica de nuestro pueblo.
Hoy,
más que antes, resulta indispensable la atención a nuestro reclamo de que todos
los Estados se abstengan de ejercer presiones o coacción sobre otros países,
incluida la aplicación y fomento de cualquier medida unilateral de carácter
coercitivo, contraria al Derecho Internacional.
Señor
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Reafirmamos
el compromiso ineludible de Cuba con el multilateralismo y con los esfuerzos
para avanzar hacia un orden internacional democrático, justo y equitativo que
responda al reclamo de paz y desarrollo sostenible de todos los pueblos. Ese mundo
será posible si luchamos de manera mancomunada para lograrlo.
Concluyo
rememorando a Fidel Castro, Comandante en Jefe de la Revolución Cubana y
luchador incansable en favor de la paz y del desarme, quien en abril de 2016
sentenció: «El peligro mayor que hoy se cierne sobre la tierra deriva del
poder destructivo del armamento moderno que podría socavar la paz del planeta y
hacer imposible la vida humana sobre la superficie terrestre» (fin de la
cita).
Trabajemos
sin descanso por el desarme general y completo, especialmente nuclear;
preservemos a las generaciones venideras del flagelo de la guerra y
conquistemos una paz duradera y sostenible para todos.
Muchas gracias.
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