Desde que la COVID-19 irrumpiera en nuestras vidas, a Silvio Evacio Brito Ríos no se le ve el pelo en su barrio. Solo el sonido de su ómnibus Diana anuncia su llegada a casa, el espacio que lo acoge durante escasas horas al día. Se levanta a las cuatro de la mañana y desde las cinco toma la carretera para trasladar a los profesionales del sistema de Salud del norteño municipio de Yaguajay, que laboran en las instalaciones hospitalarias de Sancti Spíritus.
Desde Perea hasta la cabecera provincial, este hombre, perteneciente a la Unidad Empresarial de Base (UEB) Transporte Yaguajay, reconoce cada uno de los secretos de esta ruta. Llega bien temprano en la mañana hasta los policlínicos de esas comunidades en busca de quienes desafían una pandemia que le ha dado la vuelta al mundo; una experiencia que le ha tocado vivir a sus 67 años de edad.
“La dirección de la empresa me comunicó que tenía una tarea: transportar a los médicos y enfermeros que iban a atender a los pacientes de la COVID-19 y la asumí con el recorrido Perea-Sancti Spíritus. En este trayecto entro a las localidades de Perea, La Dalia, Iguará, hasta que llego al puesto médico de Jarahueca, y allí, los cuatro carros que asumen esta función parten hasta la provincia”, cuenta Silvio.
En el itinerario, dos instituciones sanitarias se ubican en el punto de mira de estos conductores: el Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos y el Hospital Pediátrico Provincial José Martí Pérez. Hasta estos lugares, Silvio traslada a12 personas sentadas y cuatro de pie, quienes se acomodan de forma aislada en la guagua y evitan la conversación entre ellos.
“Antes de que los pasajeros suban al carro, me bajo, cojo mi pomo de hipoclorito de sodio, les echo a la escalera de la guagua y a las manos de cada uno de los viajeros. Una vez que están todos dentro, vuelvo sobre el hipoclorito y le riego a la puerta, una medida que adopto durante todo el recorrido”, manifiesta.
Sin embargo, el chofer no se conforma con esta práctica. Una vez que atraviesa la villa espirituana y arriba al Hospital Pediátrico, asegura la higiene del ómnibus para retornar hasta su destino inicial. “Cuando llegamos a Colón, tenemos una hora para desinfectar el carro. Limpiamos los pasamanos de las escaleras y la escalera, y lo dejamos listo para el regreso. Montamos una persona por asiento y no recogemos a nadie de la calle”, asegura el chofer.
Pero, en medio de esta estricta disciplina, a este hombre, con más de 40 años de labor en la UEB Ómnibus Meneses, tampoco le gusta ser informal a la hora de recoger a las personas. Por ello incorpora rigurosos horarios a sus costumbres para llegar a tiempo a los sitios previstos.
“De Perea salgo a las 5:50 a.m. para Sancti Spíritus. Llegamos a Colón a las ocho y regresamos para el municipio a las nueve. Después que llegamos, descanso hasta las 2:30 de la tarde. Luego voy para el Policlínico de Meneses y cubro el segundo viaje hasta la cabecera provincial. De viaje en viaje, llego a mi casa sobre las 6:50 p.m, desde las cuatro de la mañana que me levanto. No descanso ningún día, porque tengo que transportar a esas personas y no puedo fallar”, comenta el conductor.
Mas, a Silvio no le pesa el sacrificio que hace porque sabe que la labor que asume desde hace más de dos meses es para el bien de su territorio y por eso no escatima esfuerzos. Lo avala, además, su trayectoria laboral en Yaguajay, donde sobresale por su entrega ante cada una de las situaciones que ha enfrentado el país.
“Esta tarea encarna una responsabilidad bien grande y hay que cumplirla. La desempeño como militante que soy, como trabajador de vanguardia y como un ser humano que debe dar el paso al frente ante este escenario”, confiesa.
Sin embargo, si hoy asume esta tarea se debe, en gran medida, al apoyo de su entidad, que le otorgó hace muy poco este ómnibus Diana que exhibe con orgullo. “Antes de realizar este recorrido, tenía a mi cargo la ruta Yaguajay-Sancti Spíritus, una línea que pretendo retomar con compromiso cuando la situación epidemiológica del país lo permita”.
Con esa satisfacción de hacer el bien, Silvio Evacio Brito Ríos hace un pacto todos los días con la carretera; esa que lo abraza desde muy joven y que lo ha hecho estar ahí, en la primera línea, cuando el país, su provincia y su territorio lo han necesitado. Ahora, una nueva misión le roba su tiempo para permanecer en casa. Mas no le importa, solo piensa estar detrás del timón para frenarle el paso a la COVID-19.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.