Con los jóvenes, esos a los que “no paralizó el miedo” y se fueron a la primera línea de enfrentamiento a la COVID-19, a los laboratorios de diagnóstico, a la zona roja de los hospitales… y también con quienes se fueron a pesquisar a los barrios o con quienes por sus patologías no podían hacerlo y preguntaron “¿qué podemos hacer porque no queremos quedarnos en casa?”, conversó, como uno más de ellos, el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en la noche de este viernes.
Justo en la explanada donde horas antes en el Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí” (IPK), Cuba había festejado el Día de la Medicina Latinoamericana, fue la cita. Un encuentro, que al decir del director de la insigne institución, el doctor Manuel Romero Placeres, “no podía ser solo con nuestros jóvenes, queríamos que también estuvieran otros, porque en todo este esfuerzo para el control de la enfermedad son muchos, desde diversas instituciones, quienes se han unido a nosotros”.
De agradecimiento, entrega, pasión, compromiso y temores ante la enfermedad, contaron los muchachos al Jefe de Estado, quien con la familiaridad y respeto que habla siempre a los jóvenes les aseguró que “somos nosotros quienes tenemos que agradecerle a ustedes por todo lo que han hecho en estos meses”.
Era una deuda personal, de gratitud, de sentimiento, de moral, estar aquí con ustedes, visitar este centro, pionero en el enfrentamiento a la COVID-19 en el país y de donde salieron las primeras enseñanzas sobre cómo planificar mejor nuestras acciones y perfeccionar los protocolos de actuación ante el virus, les confió el mandatario.
“A ustedes, la gratitud de Cuba, el reconocimiento de Cuba, de la dirección del Partido y del Gobierno.”
Con desenfado y algunos nervios hablaron los muchachos al Presidente, “porque parece increíble tenerlo aquí”, dijo uno de ellos y en sus voces se adivinaba el orgullo de saberse escuchados, de saberse útiles.
“No hubo que avisar a casi nadie para ir a la primera línea y ahí hemos estado desde el primer momento”, explicó en medio de emociones la doctora del IPK Gladys Gutiérrez, una muchacha que se siente satisfecha por haber sido útil en medio de tan aciagos días, en los cuales nunca dejaron de pensar que detrás de cada exudado había un paciente en sus manos.
La fresca noche habanera se fue llenando poco a poco de sentimientos y esencias, también de la certeza de quienes como el doctor José Alberto Rodríguez atesoran cientos de historias de gratitud de los pacientes, a pesar de la incertidumbre con que muchos llegaron a sus cuidados. “Aquí estamos, dispuestos a seguir brindando paz, amor y conocimientos cuando haga falta”.
De las muchas incertidumbres que lo embargaron al llegar por primera vez a la zona roja habló Jhonatan Hernández, estudiante de Medicina. “A ninguno nos ganó el miedo entonces, tampoco ahora”.
“No sé de manejar fusiles, pero los estetoscopios me apasionan”, así de simple pero profunda fue la reflexión de Jorge Luis Valdés. “Sabíamos que luego del primer caso nos iba a tocar entrar y así fue”, recordó el joven especialista del IPK que antes había lucido una larga barba –pasión de su pequeña hija- y que tuvo que afeitarla y raparse la cabeza para poder ajustarse perfectamente el equipo de protección.
“Si mi trinchera y mi fusil van a estar aquí, yo le aseguro que jamás van a estar vacíos”, aseveró sin titubeos en el encuentro, donde también estaban presentes el viceprimer ministro Roberto Morales Ojeda y el titular de Salud Pública, José Angel Portal Miranda.
Con otro grupo de jóvenes había intercambiado el Presidente Díaz-Canel poco tiempo antes en áreas del Laboratorio de Biología Molecular, allí donde se trabaja sin descanso desde hace casi nueve meses y se ha hecho el diagnóstico del 33% de las muestras PCR realizadas en el país.
Nuestros jóvenes, y por supuesto con el ejemplo de los profes, reflexionó el mandatario, han crecido en esta batalla y en estas circunstancias, como ciudadanos, como profesionales, como jóvenes, como revolucionarios y como cubanos dignos.
Un centro como este, subrayó, con lo que ha aportado, también ha crecido, y junto a centros como este y jóvenes como ustedes, que están por toda Cuba, también la Patria y la nación lo han hecho. “Ustedes han crecido, y con ustedes Cuba”, había dejado plasmado poco antes en el libro de la institución el Presidente.
Eso es un reflejo de que hemos pensado entre todos como país, hemos actuado como país y yo creo que todos podemos compartir que sí, que somos Cuba y somos continuidad, comentó Díaz-Canel a quienes allí se encontraban al filo de las nueve de la noche de este viernes.
Y a esa hora, en que toda Cuba se une en un maravilloso aplauso por la vida, desde ese espacio sagrado de la Salud cubana y de la Patria, los aplausos rompieron también la quietud de la noche y sellaron el encuentro.
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