En medio de su creciente hostilidad hacia Cuba, el Departamento de Estado norteamericano proyecta distribuir, antes de finalizar este año, una nueva asignación millonaria de fondos para programas de subversión contra la Isla.
En el sitio web cubamoneyproject.com, se divulgan hoy los requisitos que deben cumplir los aspirantes a recibir ese dinero, una convocatoria lanzada mientras ocurría en la barriada habanera de San Isidro una supuesta huelga de hambre por una decena de personas, algunas con vínculos probados con agencias y representantes de Washington.
Justo en ese contexto, el Departamento de Estado anunció que destinará hasta un millón de dólares para programas que estén vinculados con «los derechos civiles, políticos, religiosos y laborales en Cuba».
En reiteradas ocasiones, autoridades cubanas e incluso organizaciones internacionales han denunciado cómo el Gobierno estadounidense pretende manipular el tema de los derechos humanos para justificar sus agresiones contra la mayor de las Antillas.
La subdirectora general de la Dirección de Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Johana Tablada, advirtió también recientemente de este nuevo intento de la actual administración de Donald Trump de financiar la subversión en la isla.
Más dinero de Estados Unidos para agresión e injerencia en asuntos internos de Cuba: ilícitamente, el Departamento de Estado anuncia que repartirá un millón de dólares para proyectos de subversión que justifiquen políticas norteamericanas como las del bloqueo, y la campaña contra la situación de los derechos humanos, dijo por medio de las redes sociales.
Expertos y analistas alertan que Cuba es diana en estos momentos de una guerra mediática desarrollada principalmente en las redes sociales y como parte del conocido ‘golpe blando’.
Así se le denomina al mecanismo de intervención extranjera indirecta creado por la Agencia Central de Inteligencia para el cambio de sistema social en países con algún objetivo estratégico para Estados Unidos.
Bajo el pretexto de velar por los derechos civiles y políticos, y denunciar supuestas violaciones de derechos humanos y corrupción, el Gobierno de Estados Unidos promueve también su agenda injerencista en naciones latinoamericanas como Nicaragua y Venezuela, de acuerdo con numerosas denuncias realizadas por esos Gobiernos.
Desde el triunfo de la Revolución cubana, Washington financia a grupos subversivos, como el denominado Movimiento San Isidro, con el fin de que impulsen acciones desestabilizadores dentro de la Isla.
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