Sin apagarse aún los ecos por la rotunda victoria de Matanzas para alcanzar el título en la Serie Nacional, el béisbol ya mira a su próxima temporada y así activa el país en función de los cambios de calendario que propone.
La que termina, aun con sus altibajos y deudas, enseñó lo principal: que la pelota sigue inoculada en la sangre de los cubanos; si no, ¿cómo entender la apoteosis que vivió la Atenas de Cuba tras el éxito y el recibimiento en calles y estadio llenos a los protagonistas?
Solo esa razón justifica la necesidad de seguir potenciando este deporte como el principal suceso sociocultural del país, mucho más porque esta versión debió pasar varios obstáculos que amenazaron su existencia, tales como las debacles del Cuba en los Juegos Panamericanos de Lima y en el Premier 12, el descenso en el ranking internacional, la exclusión de la Serie del Caribe en la antesala de los play off, la retahíla de refuerzos de la segunda fase y los distintos horarios de los juegos…
Aun así, los estadios siguieron atrayendo público, mucho más, como es lógico, en la postemporada, y los medios acrecentaron sus seguidores, aunque la estructura actual deja sin jugar a más de la mitad de los atletas durante casi todo el año.
Al final de una de las contiendas más reñidas que se recuerde, triunfó el equipo capaz de reunir las herramientas que le hacen falta a un aspirante a campeón. Tras varios años de intentos, los Cocodrilos al fin maduraron como conjunto para superar escollos anteriores, sobre todo aquellos que les impedía ganar el juego bueno.
Matanzas fortaleció sus lados flacos en la segunda fase y en la postemporada en aquellas posiciones que creyó lo necesitaban. Desplegó un juego aguerrido con una batería potente, una alineación bien distribuida, distinguida por la agresividad sobre las bases y un pitcheo certero en el que sobresalió con creces el espirituano Yamichel Pérez, lo mejor de ese departamento en el país.
Pero en unos días la Serie 59 ya será de archivo, mientras la 60 activa su convocatoria en la que, según se ha dicho de manera extraoficial, cambia el calendario (debe ser de 75 partidos) y el inicio está marcado para el 12 de abril.
Ese cambio de fecha obliga a las provincias a replantear su esquema territorial. Así, Sancti Spíritus iniciará su campeonato doméstico el próximo 8 de febrero, con cambios importantes.
Según ha informado Nelson Ventura, comisionado provincial de la disciplina, en virtud del poco tiempo que media antes de la campaña nacional, los elencos se dividirán en dos zonas y cada uno desarrollará nueve encuentros en la fase regular. Los dos campeones de cada llave discutirán por el título en cinco partidos al mejor en tres.
En un grupo se medirán las selecciones de Trinidad (actual campeón), Fomento, Cabaiguán y Jatibonico; en el otro lo harán Yaguajay, Sancti Spíritus, Taguasco y La Sierpe. Los partidos serán los fines de semana, a razón de doble el sábado y sencillo el domingo.
Como coincide con los preparativos de la preselección de los Gallos para la campaña venidera, no todos los jugadores tomarán parte en ese torneo.
“Se han establecido regulaciones para su participación y otros no jugarán, muchos de ellos lanzadores, como es el caso de Yamichel, porque merecen un descanso y son claves para la Serie Nacional”, añadió el comisionado.
La Serie Provincial no detendrá las acciones en los entrenamientos de los Gallos, que fueron a Topes de Collantes a cumplimentar una preparación en condiciones de altura.
Cuando regresen tendrán otra oportunidad muy singular, pues podrán topar con la preselección del equipo Cuba Sub-23 que se prepara para el Panamericano de la categoría en el estadio José Antonio Huelga, bajo las riendas del director Eriel Sánchez León.
De manera que el béisbol trata de aprovechar la llama que dejó encendida la Serie Nacional 59 y se mantiene vital, con el concurso también de las categorías inferiores, tanto la juvenil y la 15-16, así como la llamada pequeña liga que enfrenta a los peloteritos del 11-12 de todo el país.
En ese propio contexto, en breve se conformará la preselección nacional enfocada hacia el mayor reto del béisbol nacional este año: lograr el cupo olímpico a Tokio 2020, cuando se discuta del 22 al 26 de marzo en Arizona, Estados Unidos. Pasar esa prueba sería vital para el béisbol nacional y el ego de los cubanos.
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